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Su finalidad es preservar, rescatar, restaurar y difundir la cinematografía nacional e internacional, por ello la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es considerada el archivo más grande de América Latina y reconocida a nivel mundial, y hoy, 8 de julio, cumple 60 años de existencia.
Hugo Villa Smythe, director de Actividades Cinematográficas de la UNAM, recalca por escrito a Proceso que “se trata del acervo más grande de cine mexicano, con laboratorio foto químico y por estar en el seno de la UNAM es un espacio de investigación abierto y cercano al cuerpo estudiantil, lo que le da vigencia con las nuevas generaciones”.
–Se vive un momento inusitado e histórico por la pandemia, ¿qué significa conmemorar los 60 años de la Filmoteca de la UNAM?
–El verbo “conmemorar” me parece muy correcto. Ante las circunstancias tan duras que viven y vivirán muchos mexicanos en estos días y los que vienen, no podríamos realizar una celebración, pero tampoco queremos dejar pasar la fecha sin marcar la memoria de que una de las filmotecas más importantes del mundo tiene sede en la Universidad de México. De eso tenemos mucho que agradecer a la propia Universidad, por supuesto, también a un universitario como Manuel González Casanova, fundador de la filmoteca, que supo que la semilla plantada en tierra universitaria crece mucho y rinde muchos frutos.
–Por el covid-19 será un antes y un después, ¿cuál es el reto de la Filmoteca de la UNAM?
–La operación diaria de bóvedas, talleres, laboratorios será relativamente sencilla. Todos esos sitios funcionan con controles de clima, protocolos de manejo de emisiones y sustancias químicas diversas y el personal está acostumbrado a trabajar con mascarillas de manera diaria en los talleres y bóvedas de acetato, así como en el Centro de Documentación donde se trata siempre de prevenir esas infecciones respiratorias que se transmiten por hongos y algunos otros patógenos en libros y papeles. Lo complejo será mantener el flujo de investigadores de todos los niveles en las áreas referidas, pero en la UNAM y la propia Coordinación de Difusión Cultural ya se trabaja en protocolos para asegurar la mejor experiencia posible y evitar los contagios en esas áreas.
“Ahora bien, las salas de cine que opera la filmoteca, Julio Bracho, José Revueltas, Carlos Monsiváis, Cinematógrafo del Chopo, Lumière y Fósforo, tendrán que adaptarse al nuevo modelo y eso puede ser más complejo.
“Habrá que programar con más espacio para que no haya aglomeraciones, usar salidas de emergencia para desalojar las funciones, evitando que el público que sale cruce con el que entra y muchas acciones de higiene y control de acceso. Eso nos obliga a pensar en la programación digital y adaptarnos, como hemos hecho con las funciones del aniversario y algunas otras que el equipo ha podido programar, para poner a disposición de públicos digitales una oferta tan diversa y amplia como la que tenemos en salas.
“Debemos repensarnos para funcionar más y mejor en línea y creo que lo hemos hecho bien porque, por ejemplo, hemos logrado que cursos que no contaban con reconocimiento, pasaran al mismo tiempo al mundo digital-remoto, y cubrieran los requisitos académicos para tener valor curricular. Eso habla de que la filmoteca pudo adaptarse a las necesidades de la pandemia y seguir mejorando para nuestros usuarios”.
Actividades por aniversario
Por su seis décadas de fundación, la filmoteca realiza distintas actividades en línea en su página oficial (www.filmoteca.unam.mx) durante toda esta semana. Desde el lunes 6 de julio ofrece una muestra virtual de las colecciones restauradas por su Centro de Documentación, sitio que dedica sus esfuerzos a la reparación de los diversos materiales de sus múltiples fondos documentales y colecciones especiales, provenientes del quehacer cinematográfico de realizadores y personalidades de la cultura fílmica mexicana e internacional como Salvador Toscano, Fernando de Fuentes, Alejandro Galindo, Alfredo Joskowicz y Arturo Ripstein, entre otros.
Incluye la exhibición de los cuatro proyectos de restauración más importantes del Centro en los años recientes:
1.- Carpeta hemerográfica de Fernando de Fuentes, donada en 2008 por la familia del cineasta y se restauró en 2012. Está compuesta por recortes de periódicos, programas de mano, fotografías de rodaje, caricaturas, reseñas y críticas de sus películas. También presenta registros fotográficos personales que contextualizan la actividad del realizador.
2.- Guion cinematográfico de La sombra del caudillo, dirigida por Julio Bracho, donado en 2014 por la actriz Diana Bracho, hija del cineasta, y fue restaurado en 2015. El impreso es uno de los pocos documentos rescatados por la actriz tras el incendio de la biblioteca de su padre. Pueden apreciarse anotaciones de puño y letra del realizador, datos sensibles que dan pie a nuevas líneas de investigación sobre el financiamiento, producción, filmación y estreno del filme, obra maestra de la cinematografía nacional que padeció 30 años de censura oficial.
3.- Fondo Carlos López Moctezuma. En noviembre de 2015 Carlos López Moctezuma y Escobedo donó documentación que perteneció a su padre. El fondo está conformado por recortes periodísticos, programas de mano, fotografías de rodaje, fotos personales, dibujos, reseñas y críticas que dan cuenta de la reconocida y celebrada trayectoria del actor en el cine, el teatro y la televisión. La digitalización de los documentos se inició en 2016 y en 2018 se concluyó la restauración de cuatro carpetas.
4.- Cartel monumental del filme Purity (Truth), dirigido por Rae Berger. Desde su creación, la filmoteca ha recibido donaciones de materiales gráficos especiales como carteles de filmes en gran formato. Entre su gran colección de carteles monumentales, el Centro de Documentación restauró en 2013 el correspondiente a este filme estadunidense, cuya producción data del año 1916.
Ayer martes 7 de julio se agregó la Galería Virtual Filmoteca UNAM, acervo gráfico. La filmoteca ha reunido además una singular colección de gráficos que ha rescatado y preservado del deterioro del tiempo en su Centro de Documentación. Contiene cuatro exposiciones en 3-D: El cine mexicano en el cartel extranjero, El cine y la Revolución mexicana, Horror y ciencia ficción a la mexicana y Exterior. Ciudad Universitaria. Toma 1… ¡Se filma!; así como una sección con cinco muestras gráficas permanentes: El cine francés por los fotógrafos de Magnum, José Revueltas y el cine, Zoom fotográfico de las películas Los olvidados y El grito, y La juventud en el cine mexicano.
Torero, Los olvidados y El suavecito
Hoy, 8 de julio, con el apoyo de Az Cinema de Televisión Azteca, se exhibirá en la página de la filmoteca y por 24 horas la película Torero (1956, 70 minutos), de Carlos Velo. Un retrato del torero mexicano Luis Procuna, producida por Manuel Barbachano, quien proporcionó una copia de 16 milímetros de este documental, y de la película Raíces (1953), con las que se fundó oficialmente la Filmoteca de la UNAM.
Además, durante el día se estarán publicando en las redes sociales algunos datos históricos e infografías sobre la filmoteca.
Mañana jueves 9 de julio, con la colaboración de Fundación Televisa, se podrá ver durante 24 horas, sólo en México, la versión digital restaurada de la película Los olvidados (1950, 81 minutos), de Luis Buñuel, retrato crudo y realista de la vida de un grupo de jóvenes y niños de un barrio marginado en la Ciudad de México, resguardada por la Filmoteca de la UNAM y recientemente exhibida en el Festival de Cannes.
Es uno de los largometrajes de ficción que han ingresado al registro Memoria del Mundo de la UNESCO. Restaurada digitalmente por The Film Foundation’s World Cinema Project at L’Immagine Ritrovata, en colaboración con Fundación Televisa, la Cineteca Nacional y la Filmoteca de la UNAM, los fondos para la restauración fueron proporcionados por The Material World Foundation.
Y el viernes 10 de julio se presentará durante todo el día, igualmente sólo en México y también con el apoyo de Fundación Televisa, la película El suavecito (1950, 83 minutos), dirigida por Fernando Méndez, un filme que irrumpió ante las buenas conciencias de los espectadores para mostrar el duro rostro del delito, la seducción de la ciudad y el peligro de lo nocturno. Esta película forma parte del patrimonio cinematográfico de Televisa y fue restaurada digitalmente con el apoyo del cineasta Guillermo del Toro y el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, gracias al buen estado del negativo original de 35 salvaguardado por la Filmoteca de la UNAM.
Y a partir del sábado 11 de julio se pondrá a disposición del público un juego de memoria virtual, el cual mostrará la fotografía de ocho personalidades del cine mexicano: Silvia Pinal, Antonio Aguilar y Rita Macedo, entre otras. Su objetivo es conseguir los ocho pares de cartas en el menor número de movimientos y en el menor tiempo posible. Cada vez que se encuentre un par de cartas, se desplegará la biografía de esa personalidad. Una vez que se han encontrado los pares de las cartas con éxito, se podrá introducir el nombre del jugador para que aparezca en la tabla de clasificación general del juego. Todas las actividades, películas, exposiciones y galería virtual estarán disponibles en www.filmoteca.unam.mx.
Nacimiento de la Filmoteca
En 1954, Manuel González Casanova, un joven estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras que había comenzado a promover ciclos de cine en pequeñas salas logró consolidar una Federación Mexicana de Cineclubes. En 1959 se convertiría en el primer titular de las actividades cinematográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Él sabía muy bien que para sostener el funcionamiento de los cineclubes como entidades destinadas a difundir lo mejor de la cinematografía era necesario tener acceso a esas películas y, mejor aún, ir conformando una colección propia que, con el transcurrir del tiempo, pudiera convertirse en un archivo fílmico universitario.
Este proyecto comenzó a materializarse en una ceremonia presidida por el entonces rector Nabor Carrillo el 8 de julio de 1960, cuando el productor Manuel Barbachano Ponce obsequió a la Universidad una copia de dos de sus películas: Raíces, dirigida por Benito Alazraki en 1953, y Torero, realizada por Carlos Velo en 1956, donativo con el que se fundó oficialmente la Filmoteca de la UNAM.
Desde hace más de 35 años, la Filmoteca de la UNAM cuenta con un laboratorio cinematográfico completo que le ha permitido ser un factor muy importante para el salvamento de una gran cantidad de películas consideradas clásicas del cine mexicano. El hecho de ser custodio de más de 45 mil títulos conlleva la responsabilidad de conservarlos en las mejores condiciones posibles.
Esto significa controlar la temperatura y mantener una humedad relativa constante para más de 400 mil latas que contienen los más diversos tipos de películas en numerosos formatos, emulsiones y soportes, resguardadas a su vez en siete bóvedas destinadas a almacenar materiales en base de nitrato de celulosa, y otras ocho bóvedas equipadas con aire acondicionado y reguladores de humedad, destinadas a los materiales en base de acetato y poliéster, así como video analógico y digital.
En materia de rescate y preservación, uno de los mayores logros ha sido la recuperación de una serie de materiales del periodo silente de la cinematografía nacional, entre los que destacan más de siete horas de imágenes documentales sobre la Revolución Mexicana. Con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se logró hacer una restauración digital muy profunda de alrededor de dos horas y media, lo que ha hecho posible que en la actualidad se disponga de una muestra representativa de estas imágenes con una calidad similar a la que tenían cuando fueron rodadas.