El INAH restauró a medias el santuario San Lorenzo Tlalmimilolpan, acusan pobladores
El inmueble resultó gravemente dañado en los sismos del 19-S // El instituto reportó la reparación de la torre campanario y dicha obra no se realizó, denuncian comisionados
René Ramón
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La Jornada
Tlalmanalco, Méx.,
El pueblo está caliente. Sus habitantes, campesinos, albañiles, gente humilde, se sienten engañados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al que acusan de jugar con su fe, ya que, aseguran, el organismo restauró a medias el santuario San Lorenzo Tlalmimilolpan, que resultó con daños graves en los sismos de septiembre de 2017 (19-S); desde entonces, el inmueble sigue cerrado.
La póliza del seguro, cuyo monto superó 7 millones 600 mil pesos, apenas alcanzó para ejecutar 50 por ciento de la obra. Además, el INAH reportó la intervención de la torre campanario, afirmación que desmienten los integrantes del Comité de Restauración del Santuario.
Los sismos del 19-S afectaron más de 220 inmuebles históricos, 60 de los cuales (edificados en el siglo XVI) se ubican en 12 municipios de la región de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
Los fervientes católicos de esta comunidad cumplieron tres años de celebrar la homilía en una capilla improvisada en el salón ejidal, donde se resguardan las imágenes rescatadas de su templo en ruinas.
El terremoto ocasionó el derrumbe de dos de las tres cúpulas y parte del muro norte; además, fracturó el coro, el muro sur, los contrafuertes, la barda perimetral del atrio, la fachada y la torre campanario. De la estructura, 75 por ciento quedó afectada.
Óscar Lira Salayes, secretario del comité, habla claro: La gente está bien caliente aquí en el pueblo. Hace seis meses, el INAH notificó que el presupuesto se agotó y que no habrá más. La asignación de más recursos tardaría unos 12 años. Ahora, el organismo pide la contribución de la gente para que concluyan las reparaciones.
La empresa Espacios Arquitectos inició los trabajos el 31 de agosto de 2018, y los dio por concluidos el 2 de diciembre de 2019.
Jesús Torres Hernández, presidente del comité, advierte: Nuestra molestia es que el INAH nos diga que la torre campanario se intervino y, miren, no está edificada, denuncia durante un recorrido.
La fe de la gente está muy decaída por esta situación. La mayoría está afectada económicamente por la pandemia. Somos campesinos, albañiles, gente humilde, y en seis meses apenas hemos conseguido 400 mil pesos, cuando se requieren 6 millones para terminarla.
Eulalio Barrios, tesorero del comité, y Luis López Zúñiga, presidente del comisariado ejidal de San Lorenzo Talmimilolpan, lamentan la situación en la que se encuentran, porque la fe también está sufriendo. Nuestro Cristo está sufriendo, como nosotros. Se refieren a su principal imagen religiosa, que se deteriora día a día.
A los católicos de San Lorenzo la mala racha los persigue: a principios de septiembre falleció el padre Gustavo Tapia González, titular del templo San Luis Obispo de Tolosa, en la cabecera de Tlalmanalco, y responsable del santuario San Lorenzo. Legalmente, hoy no hay quien exija una explicación al INAH.
Rechaza señalamientos
Luis Antonio Huitrón Santoyo, titular de INAH estado de México, respondió a los señalamientos por presuntas irregularidades en la obra.
En entrevista telefónica, confirmó que el santuario San Lorenzo forma parte del programa de resarcimiento de daños por el 19-S. La aseguradora Banorte destinó 7 millones 612 mil 489 pesos a la póliza.
El funcionario explica que el santuario, al igual que otros 14 monumentos históricos de la región de los volcanes, sufrió daños graves, y que la restauración no contempla la intervención estructural.
Así, el muro norte se demolió en su totalidad, se trabajó en los contrafuertes a una profundidad de tres metros, donde se encuentran los cimientos, y se demolió la tercera bóveda fracturada tras el movimiento telúrico, y por eso no alcanzó la póliza.
La intervención de la estructura se convino con el sacerdote responsable y el patronato. Se les informó y ellos estuvieron de acuerdo, y el presupuesto permitió un avance de 80 por ciento, no de 50, como indica el patronato.
De la torre campanario, sostiene que sí fue intervenida. La anterior presentaba daños severos, por lo que fue demolida y se prepararon los cimientos para la nueva.
El delegado habla de una segunda etapa, pero reconoce que el INAH no tiene presupuesto.
También acepta que se pidió a los habitantes ser corresponsables, pues, insiste, no fue recuperación de daños, sino reconstrucción.
Para Huitrón Santoyo, la empresa contratada por la aseguradora aplicó el presupuesto y está justificado y demostrado. Hizo referencia al llamado libro blanco que permite la rendición de cuentas y la transparencia, el cual será entregado al nuevo presbítero, una vez que éste sea designado por la Diócesis de Valle de Chalco.