Café La Blanca: 100 años de sabor en el Centro Histórico

Por Karla Almaraz

Pocos han sido los restaurantes que se han mantenido en pie en nuestra ciudad, tal como el café La Blanca que desde hace 100 años ha brindado a los chilangos una gran variedad de platillos y además es un buen lugar para pasar con la familia

Entrar a este lugar te transporta directamente a otra época. El ruido de la calle 5 de mayo desaparece por completo mientras te sumerges entre mesas y sillas provenientes de hace décadas y comienzas a percibir el olor de su comida.

Famoso por sus desayunos y comida mexicana, el café La Blanca comenzó su historia en 1915 siendo una lechería, donde el empresario español Higinio Gutiérrez Pelaez vendía la leche que producía en su rancho, ubicado en Texcoco, llamado La Blanca.

Con el paso de los años fue agregando más servicios a su local hasta que en 1943 fue adquirido por Marciano Diez y Diez, quien decidió agregarle más variedad al menú y ampliar el espacio, pues la fama de café La Blanca subía como la espuma y se había convertido en el favorito de todos para pasar a comer después de pasear por el Centro Histórico.

Actualmente el inmobiliario no ha cambiado mucho algo que es muy notorio al entrar. Antes de tomar tu orden te proveen de un mantel de papel que cambia cada cierto tiempo y exhibe la historia del lugar, de recintos importantes de la Ciudad de México y el origen de algunas tradiciones mexicanas.

A pesar de estar en el Centro, el costo de la comida no es tan exagerado y puedes disfrutar una gran variedad de comida como pastas, pollo, cochinita pibil, consomés y milanesas, además de la ya tradicional sopa azteca.

Café La Blanca es popular por sus desayunos, pues muchos comensales están de acuerdo en que su café es uno de sus puntos fuertes, así como los molletes.

Gracias a su historia e importancia muchos personajes públicos han pasado a comer aquí, como el ex presidentes, la agrupación Botellita de Jerez, Zamorita y Ricardo López Nava, quien fuera campeón mundial de box.