Investigador y ensayista, Edmundo O’Gorman (1906)
Ha dado a los estudios históricos profundidad filosófica y eficacia literaria. En lugar de la investigación concebida como acopio documental y exposición de acontecimientos, O’Gorman prefiere hundirse en la intimidad de los hechos para inquirir su significación y reconstruir la visión del mundo de que surgieron. Esta búsqueda de la autenticidad histórica es el tema de uno de sus más sugestivos ensayos: Crisis y porvenir de la ciencia histórica (1947).
Uno de los temas preferidos de sus meditaciones ha sido el de la aparición de América, que concibe como una “invención” según lo ha expuesto en varios libros: Fundamentos de la Historia de América (1942), La idea del descubrimiento de América. Historia de esa interpretación y crítica de sus fundamentos (1951, 1976), La invención de América. Investigación acerca de la estructura histórica del Nuevo Mundo y del sentido de su devenir (1958, 1977), y Dos concepciones de la tarea histórica con motivo de la idea del descubrimiento de América (polémica con Marcel Bataillon, 1955). Y, además, ha reflexionado sobre otros temas: La supervivencia política novohispana (1969), México. El trauma de su historia (1977) y Destierro de sombras. Luz en el origen de la imagen y culto de Nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac (1986).
De sus estudios monográficos sobresalen la Historia de las divisiones territoriales de México (1937, 1948) –su primer trabajo–, y el Catálogo de pobladores de la Nueva España (1941). En la época que O’Gorman trabajó en el Archivo General de la Nación (1938-1952) publicó laboriosas e importantes investigaciones en el Boletín de dicho Archivo. En homenaje a los 80 años del doctor O’Gorman, este mismo Boletín dedicó un número especial (tercera serie, tomo, x, volumen 1, número 31, enero-diciembre de 1986) a recoger todas las notas introductorias a las colaboraciones de O’Gorman para dicho Boletín. Es una recopilación muy interesante, aunque se echen de menos los documentos mismos, sobre todo las listas de “Bibliotecas y librerías coloniales” (tomo x, número 4, 1939).
Además de sus estudios teóricos y monográficos, O’Gorman ha realizado una tarea importante en la edición de monumentos históricos, con minuciosas introducciones acerca de la elaboración y de problemas internos de las obras estudiadas, que han sido las siguientes: Historia natural y moral de las Indias, del padre José de Acosta (1940); las Décadas de Pedro Mártir de Anglería (dos volúmenes,1966); México en 1554 y Túmulo imperial de Francisco Cervantes de Salazar (1967), la Apologética historia sumaria de Bartolomé de las Casas (1967) y la antología Los indios de México y Nueva España, del mismo Las Casas (1966, con la colaboración de Jorge Alberto Manrique); la Historia de los indios de Nueva España (1969), los Memoriales (1971) y El libro perdido (1989), los tres de Motolinía; la Guía bibliográfica de Carlos María de Bustamante (1967); la Historia de la conquista de México de Antonio Solís (1968, con notas de José Valero Silva); la Guía de las Actas de cabildo de la ciudad de México. Siglo xvi (1968), las Obras históricas de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (dos volúmenes, 1975); y las Obras completas de Servando Teresa de Mier, tomos i, ii y iii, “El heterodoxo guadalupano” (1981).
Antes de consagrarse a la historia, Edmundo O’Gorman y Justino Fernández hicieron las hermosas ediciones literarias Alcancía (1932-1959).
O’Gorman ha sostenido polémicas, en ocasiones violentas y unilaterales, con Silvio Zavala, Lewis Hanke, Marcel Bataillon, Jacques Lafaye, Laurette Séjourné, Georges Baudot y Miguel León-Portilla, entre las más notorias.
Véanse: Conciencia y autenticidad históricas. Escritos en homenaje a Edmundo O’Gorman, México, unam, 1968; La obra de Edmundo O’Gorman. Discursos y conferencias de homenaje en su 70 aniversario, México, unam, 1976; 1978.
Obra de consulta: La literatura mexicana del siglo XX de José Luis