Blood on our side, de Nikou y Hernández, se estrena hoy en el Austin Film Festival
El documental expone el contraste de la violencia en México y EU // Para su producción contó con el apoyo de Witness de Al Jazeera
Jorge Caballero
La Jornada
Cuando el tándem integrado por Elpida Nikou y Rodrigo Hernández planeaba hacer un nuevo trabajo después de sus documentales Disparos y Cherán, the burning hope, le afloró las ganas de contar una historia de la violencia desde una perspectiva que tuviera las dos realidades, la de México y la de Estados Unidos; algo que estuvimos buscando desde hace bastante tiempo, porque queríamos trabajar con la productora Poh Si Teng, quien es comisionada por Witness de Al Jazeera, y estuvimos buscando una historia que pudiera encajar con esa perspectiva de los muertos y los beneficios.
El esfuerzo se concretó y este viernes debuta en la selección oficial del Austin Film Festival su documental Blood on our side, que sigue a un equipo de médicos forenses en su día a día, levantando cadáveres en Ciudad Juárez.
La fibra óptica y las aplicaciones para teléfonos inteligentes hacen posible la entrevista transatlántica con Elpida Nikou y Rodrigo Hernández, quienes precisan que no queríamos hablar otra vez de la violencia en Ciudad Juárez y en México, sino hacer por lo menos la reflexión de hasta qué punto hay quienes de verdad consiguen sacar ventaja de tanta muerte que hay en el lado mexicano.
Cabe mencionar que Nikou y Hernández son parte proactiva de la Cooperativa/Productora Muzungu, que aglutina a directores, editores y periodistas, en la cual se trabaja de forma horizontal en todas las producciones que emprenden.
Fue complicado seguir la chamba de este equipo de peritos forenses y ver lo frustrante que resulta para ellos no darse abasto, porque los muertos no paran en esa ciudad. No les alcanza el tiempo para levantar tantos cadáveres.
Para dar cuenta de la magnitud del problema, ilustran: Imagínate, durante muchos años Ciudad Juárez fue el lugar con la mayor cantidad de muertos por violencia del mundo, mientras El Paso, Texas, con el que comparte frontera, fue durante muchos años la ciudad más segura de Estados Unidos, es como el contraste más brutal que se pueda imaginar. Mientras el tráfico de drogas es la razón de tanta violencia en México, en el otro lado es donde están consumiendo, blanqueando el dinero y se benefician.
Blood on our side se centra en la figura de una perito, porque a decir de los directores, nos pareció interesante la historia de Ana Lorena, pues Chihuahua es de los estados con más feminicidios en México y ella es una criminalista en ese contexto de violencia de género. Es la historia de una mujer haciendo lo que puede en ese entorno hostil de corrupción, impunidad, muerte y violencia; además, tuvimos que convencer a la fiscalía para que nos permitieran grabarlos y, sobre todo, que nos dieran ese acceso a contar cómo es el día a día de su chamba, no solamente el hecho de seguirla, sino mostrar el lado humano de esta parte.
Empatía
Para realizar el documental, los directores tenían que ganarse la confianza del equipo forense con el fin de crear empatía. “Hicimos varios viajes a Ciudad Juárez y pasamos tiempo con ellos, hasta que conseguimos romper una barrera de desconfianza, porque al equipo forense le resulta complicado abrirse a las cámaras, a los periodistas y documentalistas, porque el primer contacto que tienen los peritos con los medios suele ser en el contexto de la nota roja y, segundo, por la misma violencia a la que ellos están sometidos.
“Fue una cuestión de irse ganando la confianza de Ana y todo el equipo con el que trabaja. Lo triste fue ver que cada vez que íbamos a Ciudad Juárez no nos faltaban imágenes; todo el tiempo están recogiendo muertos, todo el tiempo están trabajando… lo difícil fue entrar en esta parte más personal de cómo vive alguien esa realidad, cómo eres capaz de aceptar, asumir y lidiar con el hecho de enfrentarte a muertos a diario y cómo les va afectando en su vida personal y a la gente que tienen a su alrededor. En el caso de Ana Lorena, perdió compañeros y familiares por culpa de esta violencia.”
Continuando con su explicación, agregan: Es tal la cantidad de muertos que hay a diario en Ciudad Juárez, que lo más difícil para el equipo forense es coordinarse con el fin de realizar el reporte de todos los cadáveres. Tienen lista de espera para ir de una a otra escena del crimen y, claro, recoger toda la información de cada uno de los delitos; el tiempo es determinante a la hora de resolver un caso, y si se le suma la impunidad y corrupción que hay en estas instituciones, el resultado es lo que sucede en todo México, donde 90 por ciento de los delitos quedan impunes, no se resuelven.
Otro de los objetivos de Nikou y Hernández al filmar Blood on our side era tener una perspectiva más cercana de esta violencia con una persona que viviera directamente las consecuencias de esta guerra tan brutal contra el narcotráfico. No queríamos dar una explicación teórica de la violencia o de lo que sucede en México, ni hacer un retrato sensacionalista de lo que ocurre en el país; el propósito era mostrar con la mayor cercanía posible el trabajo y el sufrimiento que tienen estos profesionales y todas las dificultades que enfrentan para realizar su chamba. Aquí queríamos llegar a esta visión más personal de lo que sucede, alejándonos de este sensacionalismo que cubren las historias de violencia en México.
Poderosos intereses
A su consideración, en la forma de gobernar de la actual administración federal, “el equipo forense no ha percibido un cambio muy grande en términos políticos. Esto es algo que repiten mucho en el documental: ‘ésta es una guerra que no termina’, mientras haya cárteles vendiendo droga, así como bancos y empresarios que se beneficien, el número de muertos va a seguir creciendo. Este problema va más allá de quién es el gobernador o el presidente, son intereses mucho más fuertes. En México podemos comprender perfectamente cómo el narco poco a poco se va comiendo todo, se va comiendo a la juventud, a la política, a la economía y esto no sólo sucede en la frontera del país, sino en todo el territorio nacional”.
Sobre su participación en el Austin Film Festival, que se inauguró ayer y concluye el viernes 30 de octubre, comentaron: Nos parecía que este certamen encajaba mucho con nuestra película, es una ciudad cercana a la frontera, es un festival que busca historias que tengan un contenido fuerte, donde se premia mucho a los guionistas y las historias que tengan una relación social. Estamos muy contentos de que nos seleccionaran y de poder participar. Además, dentro del circuito de festivales de Estados Unidos es uno de los que más busca este tipo de temáticas sociales y también en términos formales sentimos que tiene más apertura a documentales que no sean con un ritmo y estilos tan reflexivos.
Finalizaron la charla confiados: Tenemos muchas ganas de que mucha gente lo pueda ver ahora que se inicia este circuito de festivales y que pronto estará en línea porque es un proyecto comisionado por Witness de Al Jazeera, y nos hace mucha ilusión que todo el mundo pueda conocer esta historia.