El presidente Andrés Manuel López Obrador dio inicio a tres días de luto nacional por las víctimas de Covid-19, por lo que desde este mediodía la bandera de Palacio Nacional ondea a media asta.
López Obrador también inauguró por primera vez en el patio central de Palacio Nacional una ofrenda homenaje denominada “Una flor para cada alma”, apegada a costumbres indígenas.
Tras recibir una limpia indígena, al igual que su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, el mandatario señaló: “a partir de hoy inician tres días de luto nacional dedicado a recordar a todos nuestros difuntos y en especial a quienes han perdido la vida a causa de la a pandemia del Covid-19”, señaló. Destacó que la pandemia “está causando mucho dolor y tenemos que recordar a nuestros difuntos como se hace en todos los pueblos con estos altares y ofrendas”.
Agradeció “de corazón” a las mujeres y hombres de los pueblos originarios, de “las distintas culturas del México profundo que han participado en la creación y adorno de estos altares y estarán en estos días –hasta el lunes– pidiendo al Creador, a los dioses y a la naturaleza, mediante rezos e invocaciones, por el descanso y la paz de los difuntos, así como la resignación y tranquilidad de los familiares y amigos”.
El Presidente detalló que la ofrenda está apegada a costumbres que “vienen de lejos; recordamos a los difuntos, niños y adultos”, según la tradición de 20 pueblos originarios representados.
“Según la tradición y en esto hay coincidencia, en estos días están más cerca de nosotros los difuntos, comiendo y bebiendo lo que les gustaba: el pan y otros alimentos y bebidas; lo que les gustaba en vida y también en estos días hay más acercamiento, más convivencia con sus seres queridos”, explicó el presidente.
Al recorrer los 20 altares instalados por los representantes indígenas de distintas regiones del país en torno al patio central, resaltó que Palacio Nacional es la casa de los pueblos originarios. “Nunca les vamos a dejar, nunca les vamos a olvidar… Con esta transformación se le está dando preferencia a la gente humilde y pobre”.
Subrayó que cumplirá con el plan de justicia a los pueblos yaquis y anunció que el día 12 Adolfo Regino los visitará para ponerse de acuerdo “con lo que tiene que ver con la tierra, con el agua, con las obras y con las comunidades”.
La ceremonia homenaje inició con un saludo al Sol por parte de José Ángel Maldonado, gobernador tradicional de Pótam, uno de los pueblos yaqui; prosiguió la limpia mazateca a Beatriz Gutiérrez y al Presidente, en ese orden, por parte de la rezadora de Oaxaca Teresa Ríos García, quien además encabezó una ofrenda ritual a las víctimas de la pandemia.
En representación de todos los pueblos indígenas, Ríos García destacó que mantienen vivos sus valores culturales y espirituales, así como resaltó la importancia de ser escuchados.
Tras un breve mensaje, el titular del Ejecutivo federal encendió una vela en señal de vida y esperanza, con la cual recorre los 20 altares. El altar de Michoacán está dedicado al general Lázaro Cárdenas, a 50 años de su fallecimiento. “Dedicar esta ofrenda al general es muy importante; es el presidente que le ha tenido más amor al pueblo de México”, mencionó López Obrador.
En esta ofrenda homenaje participan de la zona oriente y costa del Golfo, los pueblos Tu´tunakú (totonaco), Nahua, Hñähñú (otomí), Yokot´an (chontal); de la región norte y centro-norte: Yoeme (yaqui), Rarámuri (tarahumara), O´dam (tepehuán del sur), Úza´ (chichimeca jonaz), Tenek (huasteco); de occidente y sur, Purépecha, Nahua, Me’phàà (tlapaneco), Nnancue ñomndaa(amuzgo), Ñuu svi, Ben´zaa( zapoteco de Valles Centrales); de sur-sureste, Ha shuta enima (mazateco), Ayuujk (mixe), Tojolwinik´otik (tojolabal), Tseltal y maya.
Ni el mandatario ni su esposa utilizaron cubrebocas, a diferencia de los indígenas.