Consejos de mujeres para balancear vida y trabajo
México reprobó en temas de balance de vida, de ahí que ellas creen sus propias políticas; usar la tecnología a su favor, llevar una agenda, involucrar a los hijos, son algunas de sus ideas.
mar 02 junio 2015 06:03 AM
Gabriela Gutiérrez
Cuatro de cada 10 personas que trabajan en México son mujeres, sin embargo, solo 31% de ellas alcanzan puestos directivos y más de la mitad (51%) se dedica al sector informal, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Una de los obstáculos más importantes para que las mujeres alcancen su máximo desarrollo profesional es la falta de políticas para balancear la vida y el trabajo. “Nos sentimos culpables, en el trabajo por no llegar a la cuota. Y luego en la casa por no ser la mamá que creemos que debemos ser”, dijo la especialista y fundadora de Working Mother México, Verónica Elizondo.
México reprobó como país en temas de balance vida-trabajo con 2.4 de calificación, solo por encima de Turquía y a la mitad del camino de Chile, que obtuvo 5, de acuerdo con el Índice de una Mejor Vida de la OCDE. Pero las mujeres no se detienen y generan sus propias formas para salir adelante.
CNNExpansión conversó con tres mujeres y madres trabajadoras, una empleada, una freelance y una empresaria para conocer sus historias y las mejores prácticas que les han funcionado para balancear sus vidas.
1) Aprovecha la tecnología
“No puedes estar en dos lugares al mismo tiempo. Habrá festivales de la escuela que te pierdas y otros a los que no puedas faltar. Acéptalo”, dijo Elizondo.
Cynthia Ávila, ejecutiva en Banco del Bajío, de 33 años lo sabe bien. A principio de cada ciclo escolar, solicita a la maestra de su hija de tres años, el calendario de eventos del colegio. Esto le permite gestionar con anticipación los permisos en su empresa y seleccionar aquellos a los que puede faltar.
“A los que no puedo ir, siempre va alguien de la familia. Toman fotos, video y me los mandan por Whatsap”, dijo Ávila. “Para cuando llego a recoger a mi hija, ya sé que pasó en el festival, quién se cayo, quién se equivocó y ella cómo lo hizo. Es como si hubiera estado ahí”.
Elizondo Ortiz, quien además tiene tres hijos comentó: “En alguna ocasión tuve un viaje muy importante que coincidía con el cumpleaños de uno de mis hijos. La distancia no fue obstáculo para que le cantara las mañanitas como todos los años, solo que lo hice por Facetime”.
2) Planea a corto y largo plazo
Aunque sólo 13% de las mujeres que trabajan son empresarias, para 2013 se detectó que tres de cada cinco PYMES nacientes eran fundadas por mujeres, por lo que las cifras podrían equilibrarse en el corto plazo, de acuerdo con el Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección del IPADE.
Margarita Rodríguez se adelantó a esta corriente hace 25 años, cuando fundó CSI, una operadora de telemarketing. Rodríguez comenzó a planear el arranque de CSI cuando estaba embarazada de su primera hija. Cuando ambas nacieron “fue como criar, alimentar y ver crecer a dos bebés al mismo tiempo”, recuerda.
Siete años después, y ya con dos hijas, decidió estudiar una maestría en Negocios, lo que sabía que limitaría aún más su tiempo en familia. “No me arrepiento. Fue una inversión y nos fue bien”.
“Además, los hijos aprenden lo que ven, no lo que uno les dice. Mis hijas estudian en el extranjero. Saben lo que quieren y nada las detiene. Lo vieron de su madre”.
3) Involucra a tus hijos
Sara García es diseñadora gráfica y desde hace 10 años trabaja en el sector restaurantero: “Diseño la imagen de la publicidad y de los menús”. Su hijo, Arturo tiene 10 años y desde pequeño acompaña a su madre a las citas con los clientes.
“No puedo llevarlo a todas las citas, pero en aquellas que sé que el cliente es más accesible, hasta me ayuda a vender y me da su opinión sobre los diseños”, dijo García, de 39 años.
Rodríguez también involucró a sus dos hijas cuando estudiaba la maestría. “Me levantaba a las seis de la mañana a estudiar. Cuando mis hijas despertaban se acercaban a ver qué hacía y en lugar de pedirles que me dejaran tranquila, les pedía que me ayudaran haciendo dibujos y les ponía tareas para hacer junto conmigo en la mesa”.
“Uno de mis temores cuando inicié la maestría fue que bajaran su rendimiento escolar por dedicarles menos tiempo. Pero con esa actividad, lejos de bajar, subieron sus calificaciones”, agrega.
Al involucrar a los hijos en las actividades laborales éstos crecerán con perspectiva de responsabilidad y se sentirán parte de la ecuación que hace que el hogar funcione, dice Elizondo.
4) No te olvides de ti
“Si yo no corriera, me moriría”, aseguró García, quien se prepara para su segundo maratón. Todos los días la diseñadora se levanta a las seis de la mañana, prepara el desayuno, lleva a su hijo a la escuela y a su esposo al trabajo y de ahí se dirige al Jardín Botánico de Ciudad Universitaria para correr.
Puede ser un libro, un hobbie, salir con los amigos, o hacer algo que dé tranquilidad y permita a las mamás trabajadoras pensar en cosas diferentes al trabajo y la familia. “Yo recomendaría que fuera algo en exteriores”, dijo García. “Te da la sensación de libertad y despierta la creatividad”.
Existe la falsa idea de que balancear la vida personal con el trabajo se hace referencia solo a los hijos, pero las mujeres también tienen necesidades sociales y de divertimento que de entrada se sienten poco merecedoras de ellas, explicó Elizondo Ortiz. “Encontrar un espacio para simplemente ser mujer, debe entrar en la agenda de muchas mujeres que trabajan”, dijo.
5) Confía
Las tres mujeres consultadas, en sus distintos campos y puestos, coincidieron en dar valor primordial a las redes de apoyo que las auxilian para cuidar a sus hijos, ya sean familiares, sistemas escolarizados o guarderías.
Y también implica delegar en el trabajo, si está en puestos directivos, como Rodríguez: “Tengo colaboradores desde hace más de 20 años. Son como mis hijos y confío en que me puedo ausentar y ellos tomarán las decisiones que yo tomaría”.
Los temores son el verdadero obstáculo para el desarrollo profesional de las mujeres. El temor de no ser buena madre, buena esposa, de no cumplir las expectativas del resto de las personas paraliza a las mujeres. “Eso, en el fondo, es ser egoístas y cuando lo reconocemos y dejamos de medir el éxito en base a lo que los demás consideran, las cosas se acomodan en su sitio y fluyen”, dice Elizondo.