Deterioro del lenguaje como una primera señal de la crisis en la cultura.

Acabar con las instituciones, propósito de la política cultural actual: Matos

En la mesa de análisis participaron el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, el escritor David Huerta, el biólogo Antonio Lazcano, el cineasta Nicolas Echavarría y el etnólogo Sergio Raúl Arroyo.

Acabar con las instituciones, propósito de la política cultural actual: dice. El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.

Por Judith Amador Tello

(apro).-

Falta de interlocución, intención de acabar con las instituciones, uso arbitrario de la historia y la prioridad al Proyecto Chapultepec, son algunos de los señalamientos que se hicieron a la política pública en materia cultural del gobierno de la 4T en la Mesa de Análisis “Balance desde la Ciencia y la Cultura”, organizada por el Seminario Patrimonio Cultural: Antropología, Historia y Legislación.

Realizado por videoconferencia, el encuentro –convocado por el antropólogo Bolfy Cottom, coordinador del seminario– contó con la participación del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, el escritor David Huerta, el biólogo Antonio Lazcano, el cineasta Nicolas Echavarría y el etnólogo Sergio Raúl Arroyo.

La mesa, tercera de un ciclo para analizar la política cultural del gobierno federal, contrastó con la primera en la que los ponentes fueron funcionarios de la Secretaría de Cultura que –aun habiéndose realizado después de que su titular Alejandra Frausto debió disculparse ante colectivos artísticos por la filtración de la conversación en WhatsApp y cuando se mantiene la demanda para que presente su renuncia– sólo hablaron de “logros”.

En este encuentro final abrió el debate el arqueólogo Matos Moctezuma, profesor-investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quien resumió sin ambages:

“La política está clara, es ir acabado con diversas instituciones de varias maneras”.

Recordó entonces la propuesta al inicio de este año para modificar la Ley orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que fue considerada un atentado a la autonomía. Vino luego, añadió, el hostigamiento a determinados científicos, entre ellos el propio Antonio Lazcano, destituido de la Comisión Dictaminadora del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), por haber hecho críticas a dicha institución.

Sumó la merma de 75% del presupuesto a diversas instituciones culturales y académicas, entre ellas al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pues “obviamente una reducción de ese calibre va a limitar la investigación, las publicaciones, la difusión”.

Asimismo, hizo una crítica al decreto promulgado hace cinco días por el presidente Andrés Manuel López Obrador para hacer una adición al artículo 37 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de1972. Dicha modificación tiene como fin permitir la celebración de acuerdos con instituciones gubernamentales u organizaciones extranjeras para el traslado temporal a nuestro país de bienes culturales catalogados como monumento, es decir que sean patrimonio nacional.

La crítica ha considerado, incluso, que dicha adición se hizo con la finalidad de lograr que vengan a México, de manera temporal, el Penacho de Moctezuma y los códices que la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller, solicitó en su pasado viaje a Europa.

Destacó el arqueólogo, miembro de El Colegio Nacional: “La adición es grave por varias razones: En primer lugar, se plantea que se establecerán acuerdos con instituciones, gobiernos extranjeros, en fin, para poder intercambiar y traer objetos arqueológicos mexicanos que se encuentren en el extranjero y después devolverlos”.

Explicó en segundo término que, aunque estén en el extranjero, esos objetos son patrimonio nacional, conforme a la Ley de 1972, pero el pedirlos prestados, traerlos y regresarlos implicará una suerte de reconocimiento a quienes los prestan, pues no se puede prestar algo que es de uno y mucho menos regresarlo al museo e institución de donde provenga “porque tácitamente estás haciendo ver que es de ellos, no nuestro”.

Habló de la “manipulación” histórica mediante la cual se pretende hacer coincidir en 2021 el aniversario de la consumación de la Independencia de México, ocurrida en 1821, y la fundación de Tenochtitlan, cuando la evidencia señala que fue en 1325, no 1321.

Y de la idea del presidente López Obrador de pedir que España y el Vaticano se disculpen por lo ocurrido hace 500 años, cuando a los pocos años de que México se independizara, apenas en 1836, se establecieron relaciones con España, y luego de una ocupación de 300 años y de batallas interminables, dijo: “ellos enviaron (1938) su primer embajador a la república que se estaba intentando consolidar, Ángel Calderón de la Barca”.

Si ya desde entontes se zanjó esa problemática, ¿por qué se insiste en eso?, ¿quién va a pedir perdón a los indígenas muertos durante las batallas por Tenochtitlan y Tlatelolco?, preguntó, y culminó cuestionando: por qué en las conferencias mañaneras no se ha hecho una sola mención al Premio Menéndez Pelayo que hace unos días obtuvo el científico mexicano Ruy Pérez Tamayo, “un destacado investigador de la medicina”.

Deterioro del lenguaje

El escritor Efraín Huerta, profesor en la UNAM y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, optó por hablar del deterioro del lenguaje como una primera señal de la crisis en la cultura.

Y fue el marco para señalar la falta de un interlocutor “en las esferas centrales del poder político” para dialogar, pero no porque “físicamente no esté ahí”, sino porque hay una “renuncia voluntaria a esa interlocución”, lo cual socava cualquier intención de una reunión como la de esta mesa. Y sentenció:

“Con dos adarmes de nacionalismo mágico y pintoresquista, una pizca de nociones generalizadoras y, vistas de cerca, falsas, no puede establecerse un diagnóstico sobre la cultura en México que tenga un mínimo valor, se puede en cambio entusiasmar a los simpatizantes y convencer a los ya convencidos, convencerlos, entre otras cosas, de la razón que tiene el interlocutor abdicante, al negarse a dialogar con nosotros”.

El poeta hizo una crítica al proyecto del Bosque de Chapultepec, porque en su opinión ha sido entregado a “un solo artista de méritos muy discutibles, aunque de indiscutible proyección en el supermonetizado mercado del arte moderno”, y porque han ignorado las voces críticas que han intentado levantarse contra él.

Se refirió, asimismo, a la situación en la que se encuentra actualmente el Fondo de Cultura Económica, debido a que el gobierno actual considera que todo lo ocurrido desde su fundación, en 1936 hasta 1928, es “ignominioso”.

Lamentó que todo ello permita “ver con claridad las nociones de cultura que privan en México”.

La mesa de debate puede verse íntegramente en la plataforma de YouTube.

 

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