- Manuel Gamio. Manuel Gamio nació y se educó en plena época porfirista. …
- Leopoldo Batres. Leopoldo Batres, (Ciudad de México, 1852-1926) fue un pionero de la arqueología moderna en México, célebre por sus excavaciones durante el Porfiriato. …
- Alfonso Caso. …
- Leonardo Lopez Lujan.
México es un país de cultura y tradiciones, muchas de las cuales hemos heredado de los habitantes prehispánicos de este vasto territorio, si bien es cierto que hubo más asentamientos en la parte centro y sur del país, también es posible encontrar algunos vestigios arqueológicos en el norte. Seleccionar solo 25 zonas arqueológicas para este especial, fue muy difícil, pues siendo asidua visitante de las zonas arqueológicas cada vez que emprendo un viaje, me encantaría poderlas retratar todas, pero eso resultaría en un post demasiado largo.
La arqueología es esa ciencia que conjunta dos virtudes principalmente: la paciencia y la esperanza, la paciencia para no destruir por la emoción las huellas de un pasado remoto, y la esperanza de que siempre habrá un hallazgo más importante que el presente, o el anterior, de eso se alimentan los arqueólogos, y creo que nosotros los mortales, deberíamos imitarlos.
Chichén Itza, Yucatán
Ha sido denominada una de las siete maravillas del mundo moderno de acuerdo con el sitio New7wonders. Entre sus estructuras principales destaca El Castillo, El Caracol (u observatorio), el Juego de Pelota, el Templo de las mil columnas.
Uno de los hallazgos más importantes en Chichén Itzá fue el cenote sagrado, del cual se extrajeron diversas ofrendas y osamentas de las doncellas que eran sacrificadas a los dioses, y en ocasiones también los prisioneros de guerra eran sacrificados y arrojados a ese pozo aparentemente sin fondo.
Sin duda uno de los sitios arqueológicos más importantes de la cultura maya en Yucatán, El Castillo fue uno de los grandes templos que fueran construidos casi al final del esplendor de esa cultura. El costo de admisión es de 64 pesos, con descuentos para estudiantes, maestros y adultos mayores, además, los menores de 13 años no pagan su entrada.
Palenque, Chiapas
Palenque es Patrimonio Cultural de la Humanidad, se encuentra en el estado de Chiapas, sus magníficas esculturas y edificaciones nos narran la historia del hombre que intenta entender y explicarse el universo.
Su edificación más importante es el Gran Palacio, el Templo de las Inscripciones, el Templo de la Cruz Foliada y el Gran Juego de Pelota. Uno de los hallazgos más importantes de Palenque fue sin duda la tumba de Pakal II, cuya estela adorna esta entrada, muchos han identificado esta estela como si de un astronauta en una nave espacial se tratara, y aunque teorías hay muchas, lo más probable es que se retrate el árbol de la vida, apuntando las raíces hacia el inframundo que era misterioso y atrayente para los mayas.
Sin duda, El palacio es su construcción más importante, pues a lo largo de 400 años fue construida en varios estilos, con varios elementos arquitectónicos como una torre, cuatro patios, basamentos y escalinatas, entre otros. El acceso a Palenque es de 51 pesos, con descuentos para estudiantes, maestros y adultos mayores, además de visitar la zona arqueológica, por ese importe es posible también visitar el museo de sitio.
Uxmal, Yucatán
Una de las máximas exponentes de la ruta Puuc es la zona arqueológica de Uxmal, sus edificios principales son la Pirámide del Adivino, el Cuadrángulo de las Monjas y la Casa de las Palomas. Entre sus ruinas se encontraron estupendos mascarones de Chaac (dios de la lluvia) y también estelas con jeroglíficos.
De las cosas que más disfruté en Uxmal fue su espectáculo de luz y sonido, ya que adentrarse a una zona arqueológica durante la noche, te da una perspectiva diferente de como es durante el día, además, esos espectáculos diseñados por el INAH te permiten adentrarte a conocer la historia y la vida cotidiana de los antiguos habitantes del lugar.
Se encuentra muy cerca de la ciudad de Mérida, la admisión es de 64 pesos por parte del INAH más una cuota de 142 pesos por parte del gobierno del Estado de Yucatán, lo cual la hace una de las zonas arqueológicas más caras para ser visitada, sin embargo, la inversión vale la pena, por el estado de conservación de las estructuras.
Tajín, Veracruz
Una de las edificaciones prehispánicas más bonitas, es sin duda la pirámide de los Nichos de Tajín, ubicada en el estado de Veracruz es un gran exponente de la cultura Totonaca. Nichos, relieves y pintura mural, son los mudos testigos de esa ciudad que se conocía como la ciudad de los templos humeantes ya que constantemente se quemaba copal en sus edificios.
Cuenta con 17 juegos de pelota, lo cual han interpretado los arqueólogos como un signo de multiculturalidad, pues estuvo habitada durante casi 900 años, lo cual habla de periodos de evolución dentro de la misma etnia.
La cuota de acceso es de 64 pesos, y tiene cinco puntos de acceso: desde Veracruz, desde Tampico, desde la Ciudad de México, desde Puebla y desde Xalapa.
Teotihuacán, Estado de México
Uno de los sitios arqueológicos con los cuales se identifica a nuestro país es sin duda Teotihuacán, es una de las ciudades más importantes del centro del país, su nombre en náhuatl significa ciudad de los dioses.
En su época de máximo esplendor llegó a tener 100mil habitantes. Su ubicación privilegiada en un valle rico en recursos naturales la volvió una ciudad además de importante por su arquitectura, un centro económico, político, religioso y cultural de la época. Lo más impresionante es que aún hoy no terminamos de desentrañar todos sus secretos, aunque sabemos que desde tiempos de los aztecas era considerado un sitio sagrado.
Su extensión disponible para el público es de 264 hectáreas, en ellas encontraremos la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna, la Ciudadela, la Calzada de los Muertos, el Templo de la Serpiente Emplumada, así que sin duda lo mejor es ir a visitarla y llenarte de la energía y la historia que aún habita entre sus muros. El costo de admisión es de 64 pesos y hay que pagar también una cuota por el estacionamiento que varía dependiendo del tipo de vehículo en el que llegues.
Paquimé, Chihuahua
Uno de los pocos sitios arqueológicos encontrados en el norte del país es Paquimé, se ubica en el estado de Chihuahua, una cultura que se adaptó a luchar y sobrevivir en la gran extensión del desierto chihuahuense y que dejó constancia de ello con las impresionantes estructuras que encontramos en este lugar a poco más de 300 kilómetros de la ciudad de Chihuahua.
En Paquimé se dio la unión del suroeste de los Estados Unidos con el norte de México, esas construcciones laberínticas de adobe quedaron como un recuerdo de la riqueza comercial y arquitectónica que se desarrolló en la época pues tenían un buen sistema de distribución de agua y además sitios especiales para especies de animales tales como guacamayas y tortugas, y otros más para artesanías elaboradas con concha y cobre.
Lo más llamativo de Paquimé es acaso el impresionante juego de luces y sombras que se hacen cuando el sol incide desde diferentes alturas en esos laberintos que albergaban cientos de cuartos, algunos con una función muy específica y otros simplemente habitacionales. El acceso es de 62 pesos, incluye la entrada al museo de sitio.
Yaxchilán, Chiapas
La riqueza arqueológica de Yaxchilán no solo está en sus edificaciones, sino en los textos encontrados en sus estelas, altares y dinteles, que narran la historia de esa ciudad estado, con todo y sus conflictos bélicos, sus alianzas y las hazañas de sus gobernantes.
Una de las peculiaridades de Yaxchilán es que ha de llegarse en una lancha con motor fuera de borda surcando el río Usumacinta, no debes perderte la Acrópolis, el Laberinto ni el Juego de Pelota, mudos testigos del esplendor de esta ciudad.
Desde la parte superior de la Estructura 33, uno de los edificios más altos de la arqueología chiapaneca, es posible observar al serpenteante río Usumacinta y también una parte del Petén Guatemalteco, otra área donde floreció la cultura maya. El acceso a Yaxchilán es de 62 pesos, y un accesorio que podría hacer aún más disfrutable tu visita, son unos buenos binoculares para observar la Selva Lacandona desde su acrópolis.
Montealbán, Oaxaca
A tan solo 10 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, se encuentra Monte Albán, vestigio de la cultura zapoteca y mixteca, ya que como muchas de las ciudades prehispánicas, fue habitada por diferentes culturas a lo largo del tiempo. De acuerdo con su arquitectura, se ha determinado que estuvo en contacto con la poderosa Teotihuacán.
Sus estructuras principales son el Juego de Pelota, el Edificio de los Danzantes y la Plataforma Sur. En la explanada denominada Gran Plaza se ubicaban los comerciantes para montar el mercado. Esta ciudad fue fundada hacia el 500 a. C. en la cima de un cerro en los valles centrales de Oaxaca, llegó a tener hasta 35mil habitantes que vivían de la arquitectura, la alfarería y la pintura mural.
El acceso es de 64 pesos, y dentro del lugar es posible encontrar también el museo de sitio, una cafetería, y una tienda de artesanías y publicaciones.
Cholula, Puebla
Una de las imágenes más conocidas de Cholula es la de la iglesia sobre un montículo y con el Popocatépetl como telón de fondo, y es que según cuenta la historia, los españoles intentaban reemplazar a los dioses indígenas con su Dios, y para ello destruyeron los antiguos templos y edificaron sobre ellos sus iglesias. Más o menos así es la historia de esta ciudad de Puebla, de la que se dice que tiene más de 300 iglesias.
Pero hablando de la zona arqueológica hay que mencionar Tlachihualteptl (que significa cerro hecho a mano), la pirámide sobre la cual está edificada la iglesia de la Virgen de los Remedios y cuya base tiene 450 metros de largo en cada lado. Los toltecas expulsados de Tula fueron quienes edificaron esta zona arqueológica.
La ubicación estratégica de Cholula la convirtió en un sitio privilegiado para el comercio entre las diversas etnias prehispánicas, cuenta con asombrosos murales en buen estado de conservación que por sí mismos hacen que valga la pena la visita. El acceso es de 52 pesos.
Tulum, Quintana Roo
Una ciudad amurallada que domina el mar Caribe desde lo alto, así es Tulum, un sitio sagrado para los mayas, que a pesar de estar tan cerca del mar, tiene murales y estructuras en muy buen estado de conservación. En maya recibía el nombre de Zamá, que quiere decir amanecer.
El Castillo, en la parte más alta del acantilado, tiene en sus fachadas esculturas del dios descendente, que se ha asociado en ocasiones con Chaac, el dios de la lluvia, se encuentra también el templo de los frescos en cuyas esquinas pueden verse también mascarones de Chaac.
La visita al sitio tomará acaso una hora y media, pero si tienes chance, te recomiendo bajar hasta la playa y darte un rápido chapuzón, o cuando menos un remojón de pies en las cálidas aguas del Caribe. La zona arqueológica no cuenta con estacionamiento propio, pero hay uno perteneciente a un centro comercial, desde el cual sale un trenecito a recorrer la distancia de un kilómetro que separa de la entrada al sitio. El costo de admisión es de 64 pesos.
Cobá, Quintana Roo
Nohoch mul es la pirámide más alta de Cobá, anteriormente, cuando era posible subir a ella, desde la parte más alta se apreciaban tres lagunas de agua dulce que utilizaban los mayas para abastecerse. Una de sus estructuras más impresionantes y en mejor estado de conservación es el Juego de Pelota.
Una de las cosas que me gusta de estos sitios arqueológicos es que se han respetado los árboles centenarios que crecieron sobre las estructuras, dotándolas de un aire sobrecogedor. La zona arqueológica de Cobá es bastante extensa, por lo cual después de visitar los edificios principales, te recomiendo alquilar una bicicleta o un triciclo con chofer para llegar a las estructuras más alejadas de la entrada.
Sus estelas nos cuentan la historia de este sitio, que si bien no estaba habitado por la clase dominante, sí que contaba con un sacbé de más de 100 kilómetros que llegaba hasta una ciudad cercana a Chichén Itzá. La admisión es de 64 pesos, y además hay que pagar una cuota de estacionamiento que beneficia al ejido Cobá.
Comalcalco, Tabasco
De caracter eminentemente comercial, Comalcalco (ciudad de los comales), es la ciudad más occidental del mundo maya, en ella se han encontrado objetos que pertenecían a etnias de otras latitudes tanto hacia el norte de nuestro país como hacia el sur hasta centro américa.
Los chontales que habitaron esta área (y cuyos descendientes aún habitan ahí), eran comerciantes natos, incluso, llegaron hasta Cacaxtla en Tlaxcala. En este lugar el cultivo del cacao era y es hasta nuestros días una de las actividades económicas más fructíferas.
La Plaza Norte, la Acrópolis y la Tumba de los Nueve Señores son las estructuras mejor conservadas, y uno de los atractivos de este lugar es el contraste entre las cuidadas zonas verdes y los tonos grises y amarillentos de los muros. El acceso es de 52 pesos, como dato curioso, aquí no se ofrecen visitas guiadas, a pesar de la importancia que tuvo este sitio en la antigüedad.
Calakmul, Campeche
Si eres amante de la naturaleza, y te encanta observar la flora y la fauna, Calakmul es una ciudad que no puede faltar en tu itinerario a Campeche. En medio de la reserva de la biósfera se encuentra la zona arqueológica que significa dos montículos adyacentes.
Mucha de la historia de este sitio quedó plasmada en sus estelas y en las preciosas pinturas murales que aún no están abiertas al público pues están siendo preparadas para ser exhibidas. Dentro del sitio puedes recorrer extensas plazas ceremoniales y lugares destinados para las viviendas de los habitantes.
Su majestuoso palacio es una construcción alta que domina la selva y si llegas muy temprano, desde su cumbre podrás admirar cómo poco a poco se va levantando el manto de niebla que por la noche cubre el lugar. El costo de admisión es de 52 pesos, y si vas en tu propio vehículo, es recomendable que cargues suficiente gasolina antes de llegar y cuentes con suficiente para partir, pues las gasolineras más cercanas se encuentran a 100 kilómetros de distancia.
Bonampak, Chiapas
Las pinturas murales que alberga Bonampak son de las más representativas del mundo maya, muchos han sido los estudios que se han conducido para intentar determinar quienes son los personajes retratados y qué pasajes de la historia nos cuenta cada una de esas paredes pintadas.
En la Acrópolis, se encuentra el Edificio I, en cuyos tres cuartos se conservan 112 metros cuadrados de estos murales que según han desentrañado los arqueólogos hablan de una larga batalla.
Llegar a Bonampak no es tarea sencilla, pues después de varias bifurcaciones del camino, te encontrarás con una carretera de terracería que después de 8 kilómetros desemboca en un lugar desde donde serán transportados por vehículos de la comunidad lacandona. El acceso es de 52 pesos.
Ek Balam, Yucatán
Su nombre significa Estrella Jaguar (según otros traductores, significa Jaguar Negro) , y su Acrópolis contiene una de las muestras más impresionantes del trabajo en estuco que realizaban los mayas. Ese palacio fue construido como tumba para uno de sus reyes.
En su interior contiene una rampa que utilizaban los sacerdotes y gobernantes para que el pueblo no los viera ascender, sino que los veía ya en la cima del palacio que en una de las puertas principales está adornada con lo que parecen las fauces de un jaguar, y también es posible ver, seres humanos con alas, como si fueran ángeles.
Desde la entrada del sitio podemos sorprendernos con un magnífico arco maya, muestra de lo avanzado de su arquitectura, además en su época de mayor esplendor, la ciudad estuvo protegida por una doble muralla que tenía un acceso en cada punto cardinal. La entrada a esta zona arqueológica tiene un costo de 62 pesos, pero el gobierno del estado cobra una cuota adicional.
Chacchoben, Quintana Roo
El lugar del maíz colorado, así se traduce el nombre de Chacchoben, fue uno de los asentamientos más importantes de la zona de los lagos, y empezó a poblarse antes del nacimiento de Cristo, ya que los cuerpos de agua atraían a los habitantes para establecerse a su alrededor, recordemos que en Quintana Roo solo existen ríos subterráneos.
Las diferentes edificaciones nos recuerdan el estilo de otros sitios de la cultura maya, pero por su tamaño destaca uno de los grandes templos que vemos al inicio de estos párrafos, se han encontrado en el sitio también dos estelas y aún quedan sitios por explorar.
Una de las cosas que más disfruté en mi visita a Chacchoben fue, cuando ya había terminado el recorrido, encontrarme con una familia de monos araña comiendo en un árbol de mamey, supe que era de esa fruta pues intentaron tirarme una en la cabeza, lo bueno que no le atinaron. El acceso es de 52 pesos, y hay que pagar una cuota adicional por el estacionamiento.
Cacaxtla, Tlaxcala
Cacaxtla contiene unos murales que bien podrían confundirse con los de Bonampak por su estética, fue una ciudad que después de la caíde de Cholula tuvo la hegemonía de la zona Puebla-Tlaxcala. Fue un centro ceremonial, una ciudad fortificada, tenía murallas y fosos defensivos y zonas habitacionales para la élite.
Sus murales conjugan rasgos mayas y del Altiplano, en uno de los más imponentes se puede observa la escena de una batalla entre guerreros jaguares olmecas y hombres pájaro huastecos que claramente van perdiendo la contienda, y algunos se muestran desnudos o en distintos estados de desmembramiento.
El Gran Basamento es su estructura más importante, de hecho en ella se construyeron diferentes edificios ceremoniales y es donde los sacerdotes tenían sus viviendas. El acceso es de 62 pesos y también incluye la visita al museo de sitio.
Cantona, Puebla
Cantona si bien tiene poco tiempo de haber sido abierta al público, fue rival de Teotihuacán, de hecho desviaba las mercancías de debían llegar a aquella ciudad, lo que contribuyó a su declive. Sin embargo, su poderío se vio obstaculizado por un cambio climático que desecó las tierras y los obligó a emigrar.
La obsidiana era uno de los principales productos que comerciaban y labraban en sus diversos talleres, y de hecho, al tener tan cerca el volcán Citlaltépetl de donde lo extraían, les era posible dominar el comercio de este bien tan valioso para las etnias del centro del país. Además por su posición privilegiada controlaba el comercio entre el centro y la vertiente del Golfo.
Cantona es considerada la ciudad más urbanizada del México prehispánico, lo demuestran las más de 500 calles y 3mil patios habitacionales que se han descubierto, así como sus calzadas de más de un kilómetro de longitud. Hasta ahora se han descubierto 24 juegos de pelota, lo cual demuestra la gran importancia de este sitio. El acceso es de 52 pesos.
Xochicalco, Morelos
Asentada sobre un grupo de cerros bajos, Xochicalco fue una de las ciudades más importantes de Mesoamerica tras la caída de Tenochtitlán, cuenta con edificios cívicos, habitacionales y religiosos, y además también con fosos y murallas, lo que nos habla de una época bélica en la que cada ciudad quería controlar su propio territorio.
Entre las construcciones que puedes visitar está la Gran Pirámide, en la plaza central, el Juego de Pelota Sur y la Pirámide de las Serpientes Emplumadas, lo cual sugiere que algunos grupos mayas del sur habrían emigrado a Xochicalco ante la caída de sus ciudades.
En esta zona arqueológica encontramos un observatorio bastante peculiar pues se localiza dentro de una cueva a la cual se accede mediante una escalinata labrada en piedra. El acceso al sitio es de 64 pesos.
Tamtoc, San Luis Potosí
Tamtoc fue un centro político y religioso que llegó a albergar hasta 16mil habitantes, fue hogar de la cultura huasteca, lo cual sabemos por sus edificios con base circular o bien con las esquinas redondeadas. Los habitantes de Tamtoc se dedicaban principalmente a la astronomía y a la ingeniería hidráulica.
Las otras actividades económicas de Tamtoc eran la agricultura principalmente de frijol y maíz, la pesca y la cacería de animales. Sus habitantes eran sedentarios y sabían trabajar la obsidiana, el pedernal, el oro, el basalto y el cobre.
Una característica importante de esa cultura es que le daba un valor muy especial a la mujer, pues era considerada símbolo vivo de la fertilidad y además dueña del tiempo debido a sus ciclos menstruales. El acceso es de 62 pesos.
La Campana, Colima
En Colima por su clima, y las pocas lluvias que suelen caer al año, es difícil encontrar asentamientos prehispánicos, sin embargo está el Potrero de la Campana, nombrado así porque antes de la excavación, el cerro parecía una campana por su forma trapezoidal. En él encontramos las famosas tumbas de tiro, lugares donde se depositaban los cuerpos y ricas ofrendas y a los que se accedía por un tiro vertical.
Se localiza entre los ríos Colima y Pereira, lo que a pesar de tener pocas lluvias durante el año, les aseguraba el abasto de agua. Sus plataformas son circulares o cuadrangulares y es posible apreciar un Juego de Pelota e innumerables petroglifos.
Una de las cosas que más llama la atención de la Campana es su red de drenaje y distribución de agua, lo que nos habla de una avanzada ingeniería hidráulica. El acceso a este sitio es de 47 pesos y se localiza al pie del periférico en la ciudad de Colima.
La Ferrería, Durango
Uno de los asentamientos más importantes del Valle del Guadiana fue en La Ferrería Durango, en él se tienen identificadas más de veinte estructuras con funciones religiosas, habitacionales, pirámides, patios, en fin, casi todos los tipos de estructuras prehispánicas se encuentran aquí.
Hay evidencia de observación astronómica, también de un buen conocimiento hidráulico, pues utilizaban canales para evacuar el agua de lluvia. La casa de los Dirigentes, conserva sus desagües originales y está orientada hacia el cerro del Temascal, muy importante para la élite gobernante.
Hay también en el área varias rocas grabadas que nos cuentan historias de la vida cotidiana, escenas de cacería, de rituales de fertilidad asociados con la figura femenina, una representación del nacimiento del sol, entre otras. El acceso a esta zona es de 47 pesos.
Mitla, Oaxaca
Mictlán era el nombre que se le daba en Náhuatl al lugar de los muertos, hispanizado quedó en Mitla, esta ciudad de origen zapoteco y mixteco nos sorprende por la abundante decoración en sus fachadas, hecha de mosaicos de roca caliza que forman grecas, y que podría recordarnos a los motivos decorativos de otras zonas arqueológicas.
Después de la caída de Monte Albán fue el sitio más importante en Oaxaca, contiene cinco conjuntos de arqruitectura monumental. También en Mitla los evangelizadores construyeron una iglesia sobre uno de sus palacios principales, así es como vemos sobre esa estructura la iglesia de San Pablo.
Las columnas monolíticas son muy importantes, pues se utilizaban tanto como elementos estructurales y también decorativos. Las piedras de la construcción del templo de San Pablo, fueron obtenidas de la destrucción de otras estructuras y templos prehispánicos. El acceso a Mitla es de 47 pesos.
Tzintzuntzan, Michoacán
Los tarascos fueron un cultura paralela en relevancia a la mexica, la gran diferencia es que los de Michoacán no eran tan bélicos, sin embargo, cuando eran atacados por los tenochcas no tenían reparo en combatirlos y pararlos en seco, infligiéndoles severas derrotas a los más poderosos gobernantes mexicas: Atzayácatl, Ahuizótl y Moctezuma Xocoyotzin.
El dominio de los tarascos se extendía desde el río Lerma hasta el Balsas, ocupando más de 75mil kilómetros cuadrados. La ciudad de Tzintzuntzan tiene una sobriedad y austeridad que contrasta con la ornamentación de los templos que los españoles hicieran construir a los tarascos.
El nombre tiene que ver con el colibrí, un ave de mucha importancia tanto para los mexicas para quienes representaba al dios Huitzilopochtli, como para los tarascos para quienes representaba al dios Tzintzuuquixu. El acceso es de 52 pesos.
Tula, Hidalgo
Un lugar dedicado al comercio, que tuvo influencia por toda Mesoamérica es Tula, ellos controlaban el comercio de la turquesa, y su ocupación comenzó a suceder al mismo tiempo que Teotihuacán empezaba su declive. Los gigantes o atlantes de Tula son esculturas muy altas representando guerreros.
Mientras Quetzalcóatl reinaba esos lugares, los palacios recubiertos de plumas y jade eran comunes, y debido a la fertilidad de sus tierras hasta ahí llegaban comerciantes que traían de otras latitudes el cacao, metales preciosos, pieles de jaguar, jade y cerámica de Chiapas y Guatemala.
El Palacio Quemado y los dos Juegos de Pelota con sus aros decorados con serpientes ondulantes, son estructuras que no te debes perder, y es destacable que los atlantes sostenían un palacio, dando a entender que el ejercicio bélico era el sustento del universo. El acceso es de 52 pesos.
Sin duda recorrer México a través de sus zonas arqueológicas es empaparte de cultura, tradiciones y hallazgos que no te dejarán indiferente. Para este artículo me tomé la libertad de aportar algunas imágenes tomadas por mí, estas son las de Cobá, Tulum y Chacchoben. ¿Qué sitios arqueológicos conoces, y cuáles te gustaría conocer?