Los médicos, al límite
Integrantes del personal médico que arriesga su vida en la pandemia revelan a Proceso las extremas condiciones físicas y laborales en las cuales intentan salvar vidas. En algunos casos su desgaste es tan intenso que comienza a causarles pensamientos suicidas u homicidas
Por Sara Pantoja
Proceso
Integrantes del personal médico que arriesga su vida en la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 revelan a Proceso las extremas condiciones físicas y laborales en las cuales intentan salvar vidas. En algunos casos su desgaste es tan intenso que comienza a causarles pensamientos suicidas u homicidas. De igual manera externan su frustración por la falta de medicamentos y material para desarrollar su labor, así como por la falta de conciencia de la población que se aglomera, hace fiestas e ignora las medidas sanitarias diseñadas para contener los contagios y que hicieron regresar el semáforo epidemiológico al color rojo en la Zona Metropolitana del Valle de México.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La realidad se impuso ante las autoridades federales y locales. Después de 26 semanas con el Semáforo Epidemiológico en Naranja, con 12 “alertas al límite” y una “emergencia”, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; y el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, anunciaron que vuelven al Rojo las dos entidades que forman la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).
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Este endurecimiento de las medidas, en el que las actividades económicas no esenciales están suspendidas hasta el 10 de enero próximo, ocurre en un contexto en el cual los contagios y decesos por covid-19 no tienen freno desde octubre último.
Los pacientes con SARS-CoV-2 tienen al sistema de hospitales capitalino y mexiquense en 75% de saturación. Lo peor es que el personal médico está a punto del colapso por agotamiento físico y psicológico.
En la esquina de la muerte
En medio de la crisis causada por el covid-19, las autoridades locales y federales repitieron constantemente el llamado a quedarse en casa y no hacer fiestas; advirtieron que médicos, enfermeras, camilleros, paramédicos y demás personal de salud ya están cansados tras los 10 meses que llevan en la primera línea de atención de la pandemia.
Médico-urgencióloga del IMSS y del ISSSTE, Marisol Tapia empezó a sentir hace dos semanas los mismos síntomas que padeció en agosto último, cuando fue diagnosticada con el Síndrome de Burnout –estado de agotamiento mental, emocional y físico, consecuencia de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral–. “Es como estar en la otra esquina de la muerte”, explica.
“La psicóloga del IMSS me hizo el test y me dijo: ‘Tienes el puntaje mayor de Síndrome de Burnout que he visto en mi vida. Estás totalmente agotada, con ideas suicidas y homicidas’.
“Mi cuerpo me pedía dormir todo el día porque ya no podía más, o si no, me daba insomnio. Empecé a tener terribles crisis de ansiedad, a estar muy agresiva con mi hija; totalmente estaba desbordada. Dejé de cocinar y de hacer muchas cosas, aun cuando soy hiperactiva. Me preguntaba ‘¿qué me pasa?’”.
Varios de esos síntomas los han manifestado al menos 98 médicos y paramédicos de la Secretaría de Salud del gobierno de la Ciudad de México, que, en lo que va de la pandemia, han llamado a psicólogos de la dependencia, del Instituto Mexicano de Psiquiatría y del Instituto de Salud Mental para recibir el servicio de contención emocional, debido a que están con un “desgaste importante”, a decir de la secretaria del ramo, Oliva López Arellano.