Un funeral comunitario virtual para Eustolia

Un funeral comunitario virtual

Familiares radicados en Estados Unidos se enlazaron con los de Oaxaca en la plataforma digital de la red para rezarle a Eustolia.

Un funeral comunitario virtual

Por Pedro Matías

OAXACA, Oax.

(Proceso).-

No hubo féretro ni cuerpo presente para llorarle. Pero el llanto contagió a toda la familia en Oaxaca. La mujer, a quien nombramos Eustolia para proteger su identidad, pedía ser enterrada en su tierra, junto a sus padres, donde está su ombligo. Pero la muerte la sorprendió en Estados Unidos. Ahora es parte de las cifras de la pandemia de covid-19.

Doña Eustolia, originaria de la Mixteca, dejó el estado hace 23 años en busca de mejores condiciones de vida. Finalmente se contagió, ingresó a un hospital de Nueva Jersey y a las pocas horas murió. Fue incinerada de acuerdo con los protocolos de sanidad de esa ciudad.

Sus familiares directos no pudieron despedirla con los ritos fúnebres de su tierra. Sus hijos dijeron que ella pensaba regresar algún día a reposar junto a la tumba de sus padres. Quería que una banda de música la despidiera con el “Dios nunca muere”.

Ante la imposibilidad de repatriar el cuerpo, que fue reducido a cenizas, o de viajar para sumarse al duelo por la ausencia de Eustolia, la familia recurrió a las nuevas tecnologías. Transmitió los rezos por Facebook.

No fue lo mismo. Se extrañó el olor a flores, a cera e incienso. El rezador no oró ni hubo alabanzas entonadas por el grupo de “apostolados”, tampoco se compartieron el chocolate ni el pan de yema, como se acostumbra en su pueblo.

Familiares radicados en Estados Unidos se enlazaron con los de Oaxaca en la plataforma digital de la red para rezarle a Eustolia. Aun con imágenes fijas, el Padre Nuestro, el Ave María y el Rosario siguieron hasta el final para pedir por su eterno descanso.

A muchos kilómetros de Manhattan, en la comunidad mixteca, el novenario siguió: se elaboró el tapete de arena, cal, arcilla, carbón y brillantina para realizar la levantada de cruz. Y Eustolia descansó.

 

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