Francisco Eduardo Tresguerras
Celaya, México. 1759 – 1833.
Arquitecto, pintor y grabador.
Fue uno de los artistas más importantes del tránsito entre los siglos XVIII y XIX, y formulador de un peculiar lenguaje a caballo entre un barroco clasicista y un neoclásico Avant la lettre.
Tresguerras nació en la ciudad de Celaya en 1759 y ya en 1775 aparece en la ciudad de México, al parecer para estudiar dibujo.
En la ciudad de Celaya practicó diversas actividades artísticas, entre las que podemos citar al menos la pintura, la música o el grabado. Pese a ello, su actividad fundamental fue siempre la arquitectónica, constándonos que ya en 1794 había pedido licencia a la Academia de San Carlos para ejercer dicha actividad.
En el año de 1807 fue nombrado Maestro Mayor de Obras de la ciudad de Celaya, y de esa época nos consta que ensambló numerosos retablos adscribibles a una estética ya claramente neoclásica en la región del Bajío.
Una de sus primeras obras, la iglesia del Carmen, se convertirá también en una de las más reconocidas, así como en una definición de sus postulados estéticos, mostrando una particular predilección por severos pórticos tetrástilos o hexástilos, tendencia que confirmará en su obra para el convento de Teresitas de la ciudad de Querétaro, tal vez la primera obra neoclásica de ese lugar. Entre otras construcciones destacadas podemos encontrar un puente en Celaya, la capilla del Vía Crucis del convento franciscano también en Celaya, el teatro de San Luis Potosí, o el monumento a los eventos de San Juan de Ulúa en la misma ciudad.
Su obra escrita, los Ocios Literarios, que permanecería inédita, es un elemento invaluable para estudiar su personalidad. En sus páginas encontramos citas que van desde la ecuanimidad hasta la crítica más exacerbada, por ejemplo, las que realiza a la obra arquitectónica y retablística del último barroco de la región, de artífices tan destacados como De las Casas o Gudiño. De igual manera, sus tormentosas relaciones con la Academia de San Carlos y sus contemporáneos académicos tales como Tolsá o Manzo, son también un indicativo de su carácter ambicioso y contradictorio.
Su obra pictórica, pinturas, dibujos y grabados, se conoce peor que la arquitectónica. Y hoy, a pesar de haberle dedicado acuciosos estudios, todavía muchas atribuciones permanecen sumidas en la incertidumbre. A pesar de ello, algunas obras, el dibujo de la Fuente de Neptuno, en Querétaro, por ejemplo, son de extraordinaria calidad.
Falleció el año de 1833, siendo sepultado en San Francisco de Celaya.
Obras ~:
Iglesia del Carmen, Celaya, 1802-1807;
Iglesia del convento de Teresitas, Querétaro,
s. f.; puente, Celaya,
s. f.; Capilla del Vía Crucis del convento de San Francisco, Celaya, 1817
En Celaya, al cruzar el nuevo puente de la carretera libre, en la entrada orienté al municipio de Celaya, sobre el río Laja, me encontré con las ruinas del anterior puente, el cual es de tiempos de la Independencia de México: una obra majestuosa de 1809, un esplendoroso puente de arcos de piedra de cantera estaba frente a mí estaba uno de los trabajos del famoso arquitecto celayense Francisco Eduardo Tresguerras, el cual solo es superado por la famosa Fuente de Neptuno.
Francisco Eduardo Tresguerras (1759-1833) fue un notable arquitecto, pintor, escultor y grabador de tiempos de la Colonia y primeros años de México independiente. Confundido por presiones de sus padres, ingresó a un convento de la Ciudad de México para convertirse en monje; sin embargo, lo abandonó en breve por no haber nacido para la vida religiosa. Tras esto, regresó a Celaya y se casó con María Josefa Ramírez, con quien procreó seis hijos.
Se inició hábilmente en labores de escultura, pintura y grabado. Sus conocimientos sobre las bellas artes fueron de carácter bibliográfico: estudió meticulosamente los libros de sus contemporáneos, y los de los arquitectos Vitruvio y Serlio. Por supuesto, la práctica cotidiana no pudo faltar en su formación.
En 1797, cuando sintió que ya tenía el conocimiento necesario, pidió sus primeras obras al virreinato: la Fuente de Neptuno y un arco que conmemoraba la proclamación como monarca de Carlos IV de España. Estas se encuentran en Querétaro, que en aquel entonces congregaba a gente notable del gobierno y las artes.
Apenas terminados estos trabajos, Tresguerras continuó con una tablada, un arco triunfal y una pirámide en Celaya para hacer partícipe a su ciudad de los festejos en nombre del monarca español. De estas tres, solo sobrevive La Pirámide, que terminó como Columna de la Independencia en el centro de Celaya, primera obra conmemorativa de este tipo del México independiente.
Entrado el siglo XIX, el artista trabajó cinco años en la reconstrucción de la Iglesia del Carmen en su natal ciudad. Es un monumental edificio de estilo neoclásico que está catalogado por los expertos como la obra maestra del artista. La iglesia cuenta con tres fachadas neoclásicas sobre las cuales emerge una esplendorosa torre que termina en forma de campana (esto era lo más novedoso en aquel entonces en la Nueva España). Además, tiene una bella cúpula y una fachada lateral de marcada influencia francesa. Incansable en ideas y proyectos, también esculpió algunas de las esculturas del recinto religioso.
Una vez terminado el templo, a Tresguerras le fue otorgado el título de arquitecto por los maestros de la Escuela de las tres nobles artes de San Carlos. Este reconocimiento le fue concedido, aunque carecía de estudios universitarios, algo que también le sucedería a José Refugio Reyes Rivas, nacido 29 años después de que falleciera el celayense.
En 1815, Francisco edificó, con finos acabados en hoja de oro al estilo neoclásico, el famoso Templo de los Doce Apóstoles a tamaño real en Buenavista, Jalisco. En la torre del majestuoso templo, hay un singular reloj de sol. Esta obra es considerada una de las más importantes, puesto que en el país solo hay dos templos con 12 apóstoles, siendo este el primero en construirse.
Siguiendo el mismo estilo neoclásico, construyó la capilla que diseñó para su tumba en la Iglesia de San Francisco y el famoso puente sobre el río Laja, en ruinas.
En Guanajuato, levantó el palacio del Conde de Casa Rul. También se le atribuyen otros edificios en San Luis Potosí, San Miguel el Grande, Salvatierra, Irapuato, Salamanca y algunas otras ciudades de Jalisco.
Como pintor, dentro del estilo neoclásico, destacó y agradó mucho al público. Pintó retratos, paisajes y temas religiosos. Entre sus mejores pinturas se encuentran un retrato de su esposa (1787), un autorretrato (1794), los cuadros de Santa Ana y La Virgen Niña, y dos frescos en la iglesia del Carmen en San Luis Potosí. Pintó un Juicio Final en la capilla de Los Cofrades en la Iglesia del Carmen de Celaya.
Como escultor, uno de sus trabajos más destacados es la representación de la Inmaculada Concepción, que realizó para la Parroquia de la Purísima Concepción en Yurécuaro, Michoacán. Y por si lo anterior no fuera suficiente, también escribió obras devocionales, como la Novena a la Dolorosa, que aún se reza en la ciudad de Celaya, y sátiras poéticas.
Tresguerras fue arrestado en 1811 por simpatizar con el movimiento de independencia de Querétaro. Durante su vida, además de ser el mejor arquitecto de su época, fue síndico, diputado, regidor y alcalde de Celaya. El Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México contiene varias obras suyas como La Virgen, Santa Rosa de Viterbo y Educación de la Virgen.
La siguiente vez que pasen por Celaya no olviden visitar el Puente de Cinco Ojos, ahora que ya está completamente restaurado, les cause una mayor impresión.