Valentín Frías; Padre de la historia regional queretana
Nació un 2 de noviembre de 1862.
Murió a los 64 años de edad, un 26 de octubre de 1926.
Hubo una vez, a principios del siglo XX, que un hombre llamado Valentín F Frías se dirigió a los maestros de la Dirección de Instrucción Pública del Estado y de esa disertación nació un precioso libro, que enmarca su personalidad, su asiduidad, su respeto y su amor por la historia.
El contenido de las conferencias son cuatro temas fundamentales para entender, en donde vivimos y con quienes. El primer tema lo titula: “Querétaro en los tiempos prehispánicos. Su Conquista. Su posición topográfica. Jerarquía civil. Instrucción pública”
El segundo capítulo lo llamó: “Revoluciones. La Independencia. El sitio de 1867. Historia eclesiástica”. Las otras dos conferencias son de otra índole, una dedicada a “Los benefactores e hijos célebres” de Querétaro y la cuarta son efemérides queretanas del año 1446 a 1909, según su decir.
Todos sus escritos y al que me refiero en particular en este texto, están realizados, al modo de los grandes escritores de historia mexicanos y no al estilo y conceptos occidentales de esta ciencia-arte.
Valentín F Frías está más cercano a Luis González y González y afortunadamente más alejado de Marc Bloch. Está el libro editado por primera vez en 1909 y vuelto a editar por la U. A. Q. en 1999, se titula “Conferencias sobre historia de Querétaro”.
El escritor, supo mirar a Querétaro, con ojos escrutadores, más allá del espacio de decadencia en el que se encontraba la ciudad, a mediados del siglo X1X.
A este historiador, le quedó grabada, vivamente, la escena del sitio de Querétaro, cuando junto a su madre y en el interior del oratorio de Las Teresas, junto a un pueblo temeroso y arrinconado en ese lugar, escuchó el 14 de marzo de 1867, el fragor de la guerra, cuando el príncipe europeo, Maximiliano, era sitiado por las fuerzas republicanas en Querétaro.
“Un descendiente de cien reyes, dos mexicanos valientes, revolcándose en su sangre; Una princesa enajenada; Un ejército destrozado, macilento y desunido; Una hermosa ciudad convertida en ruinas y sus habitantes desmembrados, hambrientos, sucios y desnudos.”. Dice una parte de su texto referente al Sitio.
Nacido Valentín F Frías un 2 de noviembre de 1862, de José Frías y María de los Ángeles Frías, alumno del colegio de San Luis Gonzaga al mando de Luis G Balvanera.
Valentín F Frías fue administrador y tenedor de libros y bajo el acicate de José Meza, se convirtió en el historiador, esperado por sus coterráneos.
Nuestro historiador por antonomasia, hace mención, en sus conferencias a los maestros, el de un ejército invasor, integrado por españoles, tlaxcaltecas, otomíes y mexicanos; en la región de Querétaro.
De la entrega de Iztachichimecapan, por el jefe chichimeca, México, pueblo inmemorialmente habitado, llamado a partir de la invasión, San Juan del Río.
Narra el mismo hecho, en la región de Querétaro, por el chichimeca, Juan Criado, quién entregara la región, después de una honrosa batalla, llamada del Sangremal, vuelta mito. Es la zona de Tlachco y Nda Maxei, actuales poblaciones llamadas: El Pueblito, La Cañada y Querétaro.
Menciona claramente las dos etapas de fundación del Querétaro actual, una indígena por 1531 en la loma y una posterior, española, en la plaza de abajo.
Estos hechos invasivos fueron encabezados por el encomendero Hernán Pèrez de Bocanegra y los indios Conín o Fernando de Tapia y el cacique de Tula, Nicolás de San Luis de Montañés.
“Las calles de Querétaro”, “La epigrafía queretana”, “La conquista de Querétaro”, son obras de este valiosísimo escritor queretano, al que se le atribuyen los méritos de juntar La Historia, la leyenda, la anécdota y la nomenclatura de Querétaro, a través del tiempo.
“Las leyendas y tradiciones queretanas” y sus escritos en “El Progreso” y “La Cruz “, su participación en “Revista de Revistas” de Excélsior, son otros pasos dados por este hombre que bebiera la cultura, en el seminario conciliar, fundado por el obispo Bernardo Gárate.
“febrero 18 de 1892.- Inauguración de la Escuela Gregoriana de canto, fundada por el Ilmo. Sr. Dr. D. Rafael Camacho. El Orfeón de esta escuela, bajo la dirección de los profesores, Pbro. D. J. Guadalupe Velázquez y el Sr. D. Agustín González, ha servido las fiestas religiosas de más resonancia en la república, desde las fiestas de La Coronación de la Madre de los mexicanos en 1895?. Dice en una de sus efemérides.
En la manera desenfadada de narrar los acontecimientos, va la trascendencia de los hechos en la vida histórica de la ciudad, por lo que el trabajo de Valentín F Frías logra su cometido.
El uso de la crónica y de la tradición oral, le da un valor agregado a sus trabajos de investigación documental y un aporte a la interpretación de la historia regional.
Remarca lo que muchos contradicen, en el sentido de que la primera “Iglesia” católica levantada en Querétaro fue de romerillo, palma y pino, en la loma del Sangremal y la primera misa el 26 de julio de 1531.
Que los clérigos a Querétaro, fueron llegando poco a poco desde el inicio de la dominación española, formando un cuerpo colegiado hasta 1659 y que los franciscanos se establecieron en la “nueva” población en 1535, fundando el templo y convento de San Francisco el grande.
Menciona a Juan Sánchez de Alanís, criado primero del encomendero de Acámbaro y conquistador de Querétaro, posteriormente sacerdote, como al primer doctrinero en la ciudad e introductor de la medicina, agricultura y canto, europeos en la población.
Señala a los franciscanos como quienes primero generalizaron la educación básica europea en Querétaro y posteriormente a los agustinos y a las beatas carmelitas, sin descartar la importancia de los jesuitas en este sentido.
Menciona a las casas ubicadas, una en La Cerbatana núm.4, otra en la calle del Descanso núm. 14 y la otra en el Callejón del Ciego núm.2, como los lugares donde se reunían los insurgentes, en busca de la independencia de México.
Desde las “Glorias de Querétaro” de Sigüenza y Góngora, no se encuentra un documento tan fundamental para la narración de las costumbres, tradiciones e historia de Querétaro, hasta llegar a la mitad del siglo XX con Manuel Septién y Septién.
Es de admirarse en Valentín F Frías y Manuel Septién y Septién, la dedicación, no subvencionada para la historia regional y los logros tan fundamentales obtenidos por estos historiadores.
“La imagen de la Virgen del Pueblito, pernoctaba fugitiva en varias partes de la ciudad, por temor a una profanación, las vidrieras del templo caían a pedazos y el tiroteo y gritería se oía cada vez más cerca y horrorosa, hasta cerca de la media noche que se fueron calmando las iras liberales y no lograron tomar la plaza.” Dice en forma autobiográfica.
Los restos de Don Valentín F Frías descansan en el templo de Santo Domingo, en la capilla anexa, de la cual debieran ser rescatados y llevados al Panteón de los hombres ilustres o de Dolores, en la loma del Sangremal.