Corresponde a los tiempos dorados de la colonia Juárez, cuando era el búnker de artistas, intelectuales y sibaritas, cuando dicen que Carlos Fuentes, o José Luis Cuevas, o Agustín Barrios Gómez, la nombraron “zona rosa”. Al Montmartre mexicano le faltaba un cine a la altura de su elegancia y joie de vivre.
El Latino lo crearon los arquitectos Gabriel Romero, Carlos Vergara y Guillermo Salazar, con un amplio pórtico, vestíbulo a doble altura y aforo de 2 mil 500 personas. Su construcción inició en 1942 pero se inauguró hasta el 28 de abril de 1960. Resaltaba el mural de Octavio Ríos, con alusiones latinoamericanas.
En sus mejores tiempos contó con tecnología D-150 para proyectar películas de 70 mm en una pantalla curva de casi 180°.
Fue la primera y única sala durante los setenta y parte de los ochenta con sonido surround.
Su declive inició en 1993, cuando el presidente Carlos Salinas se lo vendió al mercader Ricardo Salinas Pliego en un “paquete de medios de comunicación del Estado”.
Junto con él se fueron los cines París, Bella Época, Futurama, Cosmos, Ópera, Pecime. Pocos sobrevivieron a la primavera de las adquisiciones. En el espacio ahora se construye la Torre Reforma Latino.
ADIÓS AL CINE LATINO
Francisco Haroldo Alfaro Salazar y Alejandro Ochoa Vega A la extinción de los viejos cines de nuestra
ciudad se suma ahora la del cine Latino, cuya construcción en Paseo de la Reforma 296, se inició a partir de 1942, aunque se inauguró finalmente el 20 de abril de 1960. Paseo de la Reforma, con el cine en construcción.
El proyecto fue realizado por los arquitectos Gabriel Romero, Carlos Vergara y Guillermo Salazar. La fecha inicial explica la solución en dos niveles –luneta y anfiteatro que corresponde al partido tradicional de la época
de oro de las salas cinematográficas, misma que ya se había desechado prácticamente en todos los cines construidos después de 1954.
El esquema de pórtico, con vestíbulo a doble altura y sala de proyección con capacidad para alrededor de 2500 espectadores, perfiló a este cine dentro de la espectacularidad monumental de los realizados en las décadas de los treinta y cuarenta, sin embargo ofrecía una imagen más austera en su decoración. El Cine Latino en su época de esplendor. Las letras monumentales de CINE LATINO enfatizaban una fachada sobria, imagen imborrable de la zona por años.
Desde la calle y pórtico se accedía al enorme vestíbulo de doble altura, rematado por un mural de grandes dimensiones que representaba una figura humana con el perfil del mapa de América Latina, obra del artista Octavio Ríos.
Se cuenta que en sus orígenes tuvo una cascada al interior de la sala, parte de un atractivo extra a la proyección de las películas. Fue, en su época, de los primeros cines que contó con estacionamiento propio, signo de modernidad, retomado por los cines posteriores. El Latino fue el punto de reunión ideal para los cinéfilos durante muchos años,
como sede de la Muestra Internacional de Cine. ¿Cuál era la razón? Su encomiable ubicación, en plena Zona Rosa, menos decadente que ahora, y donde la gente podía ir a cualquier cafetería, restaurante o bar cercano a comentar la última de Allen, Kubrick, Bergman y Wenders, o lo último de la cinematografía mundial.
En sus últimos años como cine, se fragmentó en tres salas,en búsqueda de más espectadores, los cuales ya preferían irse a un centro comercial, o quedarse en casa viendo cine mediante una videocasetera.
Fachada del Cine Latino. Para 1997, en nuestro libro Espacios Distantes… Aún Vivos. Las salas cinematográficas de la Ciudad de México (UAM Xochimilco, México), se proponía rescatar un edificio relevante de la arquitectura moderna y conservar un espacio para la exhibición cinematográfica: … su ubicación sobre Paseo de la Reforma es por demás privilegiada al converger en el lugar personas de todos los puntos de la ciudad, ya sea por estar
ahí el sector financiero más importante de la capital del país, o por ser parte del núcleo comercial y recreativo de la Zona Rosa, también muy visitado. Además, la sala fue hasta 1995 sede principal de la Muestra Internacional de Cine con lo cual definió un perfil de difusión hacia la cultura cinematográfica.
Por esta razón proponemos que se recupere la sala única -al estar fragmentada actualmente en 3- y que sea destinada a los grandes estrenos de la cinematografía mundial, además de volver a ser el recinto espectacular que un evento como la citada muestra requiere.(página 192) Aquella idea de recuperación no encontró eco y, como tantos otros cines, un mal día fue cerrado definitivamente y las especulaciones sobre su demolición se iniciaron. Tal hecho se retrasó por un tiempo, pero finalmente en noviembre de 2009 y cercano a su 50 aniversario, el cine Latino fue borrado del paisaje histórico, cultural y urbano de nuestra ciudad. La demolición del Cine Latino.
Como con otras estructuras cinematográficas, hoy nadie recuerda que donde está la Torre Mayor, alguna vez estuvo el cine Chapultepec; lo mismo sucederá cuando se concluya la mega torre de más de cincuenta pisos, que se
realizará en el predio donde ahora se apilan las ruinas del viejo y entrañable Cine Latino.