Cuentos inéditos de Leonora Carrington
Merry Macmasters
La visión de la realidad de Leonora Carrington se trasladó de sus lienzos surrealistas al ámbito literario a través de sus relatos, reunidos por el FCE en ‘Cuentos completos’. .
Ciudad de México.
En el aniversario natal 104 de Leonora Carrington, que se cumplió este 6 de abril, el Fondo de Cultura Económica presentó un libro con sus cuentos completos que comprende tres textos inéditos.
En su presentación virtual, Eduardo Matías, a nombre de la casa editorial, informó que el libro reúne los relatos publicados en La casa del miedo y El séptimo caballo. Todos los cuentos en el libro fueron traducidos del inglés al español. Se incluye un breve texto introductorio de Katherine Davis.
La actividad contó con la presencia de Daniel Weisz Argomedo, nieto de Leonora Carrington (1917-2011) y secretario de la fundación que lleva su nombre, y la historiadora del arte Laura Martínez Terrazas, quienes hablaron de las diferentes facetas de la artista.
Para Weisz Argomedo, la diferencia entre la obra pictórica de Carrington y su literatura tiene que ver con la interacción del lector o espectador: “Con los cuentos lo visual está a cargo de nosotros; sin embargo, cuando se trata de las pinturas Leonora quiere que contemos una historia con estas imágenes. Son mundos diferentes.
“Entendía que había diferentes maneras de crear una historia, ya sea en una pintura, una escultura o un cuento. Por medio de las obras trascienden los mensajes de Leonora como el respeto hacia los animales, y hacerle burla a ciertas convenciones, en especial las religiosas o de monarquía.”
Además, “que no tengamos miedo a nuestro imaginario, que aprendamos a jugar con ello y disfrutarlo. Que uno tiene que ser más abierto en la vida y que tanto una verdura como un animal valen”. Weisz Argomedo también se refirió al humor negro que su abuela construye en el terreno de lo fantástico. En sus cuentos “logra de alguna manera procesar traumas y cosas que le sucedieron en la vida, apoderarse de una situación en la que a lo mejor en el momento no tenía mucho poder”.
Muchos de los cuentos de Ca-rrington tienen una arista biográfica; sin embargo, toman otro rumbo, desconocido para la autora, aunque de descubrimiento. Según Martínez Terrazas son como fragmentos de sueños: “Crees que va a pasar algo, y no, se acaba el relato. Eso es un gran truco de Leonora. Sus cuentos producen la misma sensación de cuando uno despierta de un sueño. No siempre va a haber un final porque lo deja abierto”.
La historiadora del arte señaló que en casi todos los cuentos el personaje principal es femenino y es muy parecido a la autora, o tiene mucho que ver con ella. Son “el motor y el centro de la acción”. Según Eduardo Matías, los relatos hablan de “una relación de la mujer y una cuestión un tanto de sororidad e, inevitablemente, feminismo”.
eras de crear una historia, ya sea en una pintura, una escultura o un cuento. Por medio de las obras trascienden los mensajes de Leonora como el respeto hacia los animales, y hacerle burla a ciertas convenciones, en especial las religiosas o de monarquía.”
Además, “que no tengamos miedo a nuestro imaginario, que aprendamos a jugar con ello y disfrutarlo. Que uno tiene que ser más abierto en la vida y que tanto una verdura como un animal valen”. Weisz Argomedo también se refirió al humor negro que su abuela construye en el terreno de lo fantástico. En sus cuentos “logra de alguna manera procesar traumas y cosas que le sucedieron en la vida, apoderarse de una situación en la que a lo mejor en el momento no tenía mucho poder”.
Muchos de los cuentos de Ca-rrington tienen una arista biográfica; sin embargo, toman otro rumbo, desconocido para la autora, aunque de descubrimiento. Según Martínez Terrazas son como fragmentos de sueños: “Crees que va a pasar algo, y no, se acaba el relato. Eso es un gran truco de Leonora. Sus cuentos producen la misma sensación de cuando uno despierta de un sueño. No siempre va a haber un final porque lo deja abierto”.
La historiadora del arte señaló que en casi todos los cuentos el personaje principal es femenino y es muy parecido a la autora, o tiene mucho que ver con ella. Son “el motor y el centro de la acción”. Según Eduardo Matías, los relatos hablan de “una relación de la mujer y una cuestión un tanto de sororidad e, inevitablemente, feminismo”.