A 200 años del natalicio de Charles Baudelaire

A 200 años de su natalicio, Baudelaire nos alimenta en la vida cotidiana y está en todo lo que hacemos

La UNAM dedicó un homenaje al poeta francés con la participación del escritor Vicente Quirarte y la investigadora María Andrea Giovine

La Jornada

El Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó un homenaje al poeta francés Charles Baudelaire con motivo del bicentenario de su natalicio que se celebró este 9 de abril, en el cual el escritor Vicente Quirarte aseguró que toda la obra y vida del autor de Las flores del mal se resume en su obsesión por el tiempo.

El encuentro virtual titulado Nuevos perfumes, colores y sonidos: bicentenario del nacimiento del poeta Charles Baudelaire (1821-1867, que contó con la participación de Vicente Quirarte y de la investigadora María Andrea Giovine, se transmitió a través de la cuenta oficial de Facebook del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la máxima casa de estudios.

En el encuentro, Quirarte sostuvo que Baudelaire pensaba que el gran enemigo del individuo era el tiempo, este tiempo que nos condiciona, este tiempo que nos obliga a ser uno de la hora cero a la hora 24.

También comentó que el poeta francés “se encargó de perseguir a la vida constantemente y de ofrecerla en sus extraordinarios poemas, donde no sabemos si admiras más el fondo que la forma, porque logra en Las flores del mal esta conjunción entre la manera de decir y lo extraordinario de este drama espiritual que se refleja en toda su obra.

Es un autor que nos alimenta en nuestra vida cotidiana y está presente en todo lo que hacemos.

De acuerdo con Vicente Quirarte, Charles Baudelaire nos enseña a través de todos sus escritos y su propia vida, que hay que ser poeta incluso cuando se escribe en prosa. Nos enseña que no debe haber lenguaje ocioso; siempre debe haber una intención artística detrás de lo que hacemos.

En el homenaje al poeta, cuyos versos rompieron con la poesía tradicional en su tiempo, la investigadora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, María Andrea Giovine, expresó que Baudelaire es una de esas voces que nos sigue hablando desde la poesía, desde la filosofía y desde el arte mismo.

Al referirse al concepto de modernidad, herencia del autor francés, Giovine señaló que a Baudelaire le tocó el tránsito de la ciudad medieval a la ciudad moderna, a la ciudad que confronta al individuo con la muchedumbre y la ciudad que viene después de la revolución industrial y que empieza a señalar de manera evidente a los marginados que fueron tan queridos por el escritor.

Baudelaire vio a la modernidad como un tránsito permanente; el concepto de novedad, de vértigo, algo que nos acerca a la noción del individuo que estará presente en su obra y va influir en la de muchos filósofos.

Giovine también habló sobre la relación del autor de Los paraísos artificiales con el arte: Concibió a la estética como algo surgido del abismo. La belleza de la extrañeza; su himno a la belleza tiene que ver con esta noción del abismo, con la idea de ángel o demonio y la belleza que puede surgir de cualquiera de esos dos territorios.

Agregó que gracias al poeta francés y a sus contemporáneos hubo un cambio de paradigma en la estética. Esta cabida a lo grotesco, a lo feo, a lo no bello, a lo incluso repulsivo generó un cisma importantísimo en la noción de arte que se venía sosteniendo desde muchos siglos atrás.

Giovine expresó que el pensamiento de Baudelaire otorgó una conciencia crítica y estética a casi todos los movimientos artísticos de nuestra época.

El poeta francés, nacido el 9 de abril de 1821, es considerado uno de los máximos exponentes del simbolismo y también como el iniciador de la poesía moderna.

 

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