Hoy, en España, la Ley 13/2005 de matrimonio igualitario cumple 16 años. No celebramos únicamente un cambio de texto normativo sino una realidad tangible: más de 100 mil ciudadanos han podido desde entonces formalizar su relación íntima y sentimental, disfrutando de los mismos derechos y obligaciones del matrimonio, y obteniendo con ello la protección de los mismos por parte de las autoridades españolas.
Es hoy, 1º de julio, un día que conmemora la dignidad de la persona, de toda persona independientemente de su orientación sexual. Un hito en la lucha contra posiciones homófobas, reduccionistas, alcanzado gracias al impulso de una sociedad madura y pionera que apostó por considerar que el respeto a la diversidad es una fortaleza, y defendiendo que la convivencia en una sociedad plural, la tolerancia y respeto por lo diferente sólo florecen al existir un consenso básico alrededor de unos valores y principios comunes y vertebradores, que son la dignidad de la persona, los derechos humanos y los valores propios del estado de derecho.
Fuimos entonces audaces. Con la Ley sobre el Matrimonio Igualitario, España se colocó, otra vez, en la vanguardia de la defensa y protección de los derechos sociales y de los derechos y defensa de los colectivos LGBTI. No cabía ya que la esfera íntima de las personas viviera oculta, sometida a penalización, en una disimulación que coartaba anhelos de parejas cuyas relaciones se basan en el libre consentimiento. Además de ser el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio igualitario, fuimos el primero en establecer la igualdad total para la adopción de menores entre parejas del mismo sexo.
Desde entonces, España ha liderado los esfuerzos internacionales para alcanzar el objetivo último: la universalidad del respeto, protección y disfrute digno, libre e igual de los derechos de todas y todos los integrantes de los colectivos LGBTI. La promoción de la comprensión de la diversidad LGBTI ha integrado la Estrategia de la Acción Exterior española, como vector director hoy clave en un momento de involución en materia de garantía de los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales.
Multilateralmente, España despliega un papel muy activo con Naciones Unidas, la Unión Europea y el Consejo de Europa para seguir avanzando determinadamente hacia el reconocimiento y equiparación de los derechos de las personas LGBTI, y la visibilización de la diversidad por identidad de género u orientación sexual. De la misma manera seremos críticos en la lucha contra los ataques, contra las manifestaciones de odio, de oprobio social, de intolerancia y discriminaciones hacia la comunidad LGBTI para que nadie tenga que esconderse y menos aún sufrir persecución al optar por un proyecto de vida pleno, independientemente de su orientación sexual e identidad de género.
Pero la lucha ha de proseguir en pos de la igualdad de todas y todos y del pleno disfrute en paz y seguridad de todos los derechos. Según informes publicados, sigue habiendo muchos gobiernos que hacen caso omiso a la promoción de la diversidad, persiguiendo a sus ciudadanos. En estos últimos lustros, algunos se han puesto manos a la obra, aunque desgraciadamente es necesario recordar que en aproximadamente 70 países se encarcela a personas LGBTI en aplicación de leyes que criminalizan unas determinadas orientaciones sexuales o identidades de género.
En este contexto, gobiernos, sociedad civil, sector privado y ciudadanos debemos implicarnos, conjuntamente y directamente para promocionar, a escala local, nacional e internacional, en el avance de los derechos de los colectivos LGBTI. Nos encontramos en un momento crítico, y debemos esforzarnos para promover áreas de convergencia. Por eso, desde 2017, España es parte del LGBTI Core Group de Naciones Unidas, red informa y heterogénea de países, organizaciones internacionales, ONG, y organizaciones dela sociedad civil, creada para dar visibilidad y apoyo a las demandas y reivindicaciones de las personas LGBTI.
España, junto con todos nuestros socios, estamos convencidos de que hay que dar un paso más encaminado a lograr la aceptación de la diversidad y la configuración de un espacio seguro y de inclusión. El reconocimiento de la diversidad es una fortaleza para cualquier sociedad. Hay todavía muchas cuestiones abiertas y una muy diferente situación legislativa de los derechos de las personas LGBTI según países, pero sin una actuación conjunta no podremos tener éxito.
Como afirmó hace escasos días en Bruselas el presidente del gobierno Pedro Sánchez, el odio, la intolerancia y la discriminación no tienen cabida en nuestra Unión Europea. Por eso, hoy y todos los días, defendemos la diversidad y la igualdad LGBTI para que nuestras generaciones futuras puedan crecer en una Europa de igualdad y respeto
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*Embajador de España en México.