Este 2021, en agosto para ser exactos, se cumplen 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, la gran ciudad del imperio mexica, cuyos vestigios brotan de las entrañas de las calles del centro de la capital mexicana hasta nuestros días.
Todo comenzó el 22 de abril de 1519. Aquel día Hernán Cortés desembarcó en las costas de Veracruz.
Meses más tarde, en noviembre de ese mismo año, se encontró por primera vez con el tlatoani de los mexicas Motecuhzuma Xocoyotzin, quien le permitió el ingreso a la ciudad. Casi dos años después, el 13 de agosto de 1521 se produjo la caída de la gran ciudad México-Tenochtitlan.
Ese día cayó Tlatelolco, la ciudad gemela de Tenochtitlan, que era el último punto de resistencia mexica. Tenochtitlan ya había caído días antes y una vez que los españoles capturaron a Cuauhtémoc, todas las tropas mexicas fueron vencidas.
Lo que sabemos de lo que ocurrió en esos años es gracias a las fuentes históricas con las que los investigadores pueden estudiar la conquista. El doctor Miguel Pastrana Flores, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, señala que los textos que describen lo sucedió son los de tradición hispánica y los de tradición indígena.
Las fuentes de tradición hispánica incluyen las crónicas y las relaciones elaboradas por los mismos conquistadores. Hay documentos de carácter legal que, sin ser memorias para el conocimiento del pasado, sí son documentos en los que los personajes se justifican o tratan de obtener favores y prebendas y hablan de esos hechos.
Además, hay obras mucho más complejas que son de carácter histórico y que fueron hechas pasado un tiempo de que ocurrieron los acontecimientos. También hubo cronistas que no participaron en los hechos pero que se informaron directamente con quienes estuvieron ahí.
Fuentes de tradición hispánica
Cartas de Relación de Hernán Cortés. En estas cinco cartas, que son extensas, Cortés va narrando sus hechos de armas a la vez que se justifica y se exalta a sí mismo. Las escribió al tiempo en que ocurren los hechos de la conquista.
Existen otros soldados que escribieron como Andrés de Tapia, Bernardino Vázquez de Tapia y hay otros escritos más cortos que provienen de cuando algunos de los conquistadores fueron llamados por la justicia como testigos.
Relación breve de la conquista de la Nueva España de Francisco de Aguilar. Fue un soldado que después entró a la orden de los dominicos. Escribe un relato breve pero muy interesante de los eventos que vivió cuando era parte del ejército español.
Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo. Es un autor complejo que tiene una visión amplia y memoria prodigiosa; conoce muchas fuentes históricas y además es un gran narrador. Su obra refleja la emoción de un soldado que cuenta sus experiencias.
La historia de la conquista de México. Francisco López de Gómara. Es un clérigo que, hasta donde se sabe, nunca visitó América pero conoció a muchos de los viejos conquistadores que estaban en España, entre ellos, el propio Hernán Cortés. Gracias sus conversaciones con esos personajes, elabora la primera historia completa de la conquista de la Nueva España.
La tradición indígena también generó testimonios desde los primeros contactos con los españoles. El doctor Miguel Pastrana explica que algunos eran códices, retratos o documentos que informaban de lo que sucedía y otros eran relatos orales. “Muchos de estos testimonios no se conservaron, solo sabemos de su existencia por otros documentos que hacen referencia a estas primeras informaciones que fueron conocidas en su tiempo.”
Después de la caída de Tenochtitlan, los indígenas del centro de México continuaron con su tradición de hacer códices. Muchos de los que se elaboraron después de la caída de la ciudad recogen las noticias de esos eventos con imágenes y escritura jeroglífica nahuatl. Algunos refieren los acontecimientos de manera escueta y otros son muy extensos.
Entre los códices más extensos están los elaborados por los tlaxcaltecas, aliados de los castellanos. Dado que el grueso del ejército que tomó Tenochtitlan estaba formado por indígenas, en su mayoría tlaxcaltecas, ellos tuvieron un papel fundamental y se asumieron como vencedores.
Por otro lado, los indígenas aprendieron muy pronto los caracteres latinos y comenzaron a hacer sus propias obras donde relataban sus vivencias. Muchas eran relatos orales o códices que se transcribieron en caracteres latinos.
Fuentes de tradición indígena
Anales de Tlatelolco. Es una historia de Tlatelolco de principio a fin, pero tiene una parte muy extensa de la conquista desde el punto de vista de la ciudad gemela de Tenochtitlan.
Libro 12 de la Historia general de las cosas de Nueva España, de Fray Bernardino de Sahagún. Es una versión de la conquista desde el punto de vista tlatelolca que recabó el fraile con la ayuda de sus colaboradores indígenas. Recaba un relato hecho por antiguos guerreros, soldados y jefes militares de Tlatelolco.
Visión de los vencidos, antología preparada por Miguel León-Portilla. Recoge numerosos testimonios indígenas de la conquista; es una excelente introducción documental al punto de vista mesoamericano.
El Lienzo de Tlaxcala. Es un códice monumental que media varios metros de largo por varios metros de ancho. Cuenta la participación de los indígenas tlaxcaltecas como aliados de Cortés dando su propia versión de los hechos. Aunque el documento original se perdió, se cuenta con copias y calcas de los siglos XVIII y XIX.
500 años. Un aniversario que invita a la reflexión
La historia de la caída de Tenochtitlan constituye un “laboratorio de reflexión” donde se puede estudiar lo que ocurre cuando dos culturas tan distintas entran en contacto, considera el doctor Miguel Pastrana. Este tema es de total actualidad porque esos choques de culturas están ocurriendo en todo el mundo en la actualidad.
Por otro lado, el aniversario nos permite reflexionar sobre cómo un sistema político puede parecer muy imponente y sólido cuando en realidad es frágil y se resquebraja rápidamente. Fue precisamente lo que ocurrió con la organización política de México-Tenochtilan. Había numerosas tensiones entre los grupos indígenas del centro de México y divisiones internas que Cortés supo aprovechar para sus objetivos.
Asimismo, es una oportunidad de explorar los mitos alrededor de ese episodio histórico que aún perduran entre los mexicanos.
Algunos piensan que la civilización llegó a Mesoamérica con la venida de los españoles y otros creen que los mexicas vivían en una sociedad idílica. Estas dos posturas son racistas y simplistas. En palabras del doctor Pastrana, las visiones encontradas del pasado reflejan divisiones de nuestra sociedad, pero no explican de manera exacta, precisa y documentada como fueron los hechos en la realidad.
Por esta razón, la historia académica tiene el trabajo de hacer un discurso que ayude a dar una explicación más ecuánime del pasado con base en el conocimiento, pero sin perder el lado humano. Este tipo de conocimiento histórico es el que sirve también para “comprender lo humano en tu propio tiempo”.