En mayo de 2016 el Grupo Editorial Planeta publicó la novela de
Sandra Frid La danza de mi muerte, dedicada a la vida y desaparición de Nellie Campobello. En octubre de 2018 Vargas Valdés y García Rufino enviaron una carta a Editorial Planeta, hasta ahora sin respuesta, que gloso en su parte medular:
“La autora aseguró en diferentes entrevistas que su novela había sido fruto de una investigación y que todos los personajes de su libro eran reales, al igual que los hechos que ahí se narran […] y efectivamente el corpus del libro se sustenta en una exhaustiva investigación que hacen de la novela una historia verídica y apasionante.
“A nuestro juicio, el principal atractivo de La danza de mi muerte es que contiene datos asombrosos de las muy diversas etapas de la vida de Nellie Campobello que no eran conocidos y que enaltecen sus méritos, así como información sobre las relaciones que sostuvo con grandes personajes del medio artístico e intelectual.
“Indudablemente, la información que contiene la obra es resultado de una investigación que llevó más de 20 años, en los que se revisaron minuciosamente los archivos de varias ciudades, se realizaron más de 20 entrevistas a familiares, vecinos, amigos, compañeros y alumnos, y se consultaron archivos hemerográficos y todas las publicaciones disponibles dedicados a su vida y obra. Pero esta exhaustiva investigación no fue realizada por Sandra Frid, ni es en su libro donde se publicaron originalmente esos datos, sino en la biografía Nellie Campobello, mujer de manos rojas, de Jesús Vargas Valdez y Flor García Rufino, publicada en 2013”.
Sandra Frid no hace una sola referencia a los trabajos de Vargas Valdés y García Rufino, pero el ejercicio que ambos hicieron (y compartieron conmigo, por lo que me consta, me escandaliza todo lo aquí asentado) es abrumador: no, no se trata de una leve apropiación sino de datos y párrafos en 85 de las 153 páginas de la novela de
Frid.
En los ejemplares del libro de
Frid que los autores hicieron llegar a Editorial Planeta hace casi tres años, se señala con claridad dos formas de apropiación: en naranja marcó “la información que sólo nosotros hemos presentado como producto exclusivo de nuestra investigación: datos que obtuvimos a través de documentos familiares que no se encuentran en ningún archivo, así como de entrevistas –ella desarrolló incluso anécdotas que los personajes entrevistados únicamente habían compartido con nosotros–. Facetas de gran importancia en la historia de Nellie que eran ignoradas completamente”. En amarillo se subrayaron los datos o fotografías que encontramos en artículos periodísticos recopilados durante años de revisión detallada de periódicos y revistas tanto de nuestro país como de La Habana, Cuba, y El Paso, Texas. Todos esto lo utilizó Sandra Frid dando la impresión de que los hubiera consultado, pero es evidente que los obtuvo a través de nuestro libro, pues casualmente sólo menciona o cita los fragmentos que nosotros ahí incluimos. En algunos pasajes incluso agrega nuestras valoraciones y sugerencias sobre alguna situación específica
.
La carta termina así: “Resulta pues ofensivo e injusto que todo el trabajo y la inversión puesta en nuestra biografía con el fin de rescatar el origen, la personalidad y los logros de una mujer que a base de esfuerzo, talento e inteligencia, logró sobresalir dignamente en un medio adverso, dignificando su nombre y su obra para que no quedara solamente identificado como nota roja por el desafortunado final de su vida, sea ahora utilizada sin ningún escrúpulo en una novela que precisamente se complace en enfatizar la condición de fragilidad y abandono que sufrió Nellie durante su secuestro.
Exponemos pues nuestra comprensible inconformidad de que una obra que con evidente dolo se aprovecha de un trabajo realizado por otras personas negándoles siquiera una mención, tenga el apoyo, la difusión y la distribución que nuestro libro no ha tenido y solicitamos a la Editorial Planeta que haga las consideraciones necesarias y actúe como sea justicia en este caso
.
Jesús y Flor siguen sin respuesta. Es muy importante retomar el tema no sólo porque hay que ser implacable con los plagiarios (una enseñanza de nuestro añorado Luis Fernando Granados): también porque anuncian la muy esperada redición de Nellie Campobello: mujer de manos rojas.
Insistiré, porque, tras revisar copia de la evidencia que Jesús y Flor mandaron a Planeta, me parece inaceptable y escandaloso. Y me extraña, porque Planeta, mi casa editorial, siempre ha demostrado profesionalismo y seriedad.