Excavaciones recientes en la fachada externa del altar prehispánico que sostenía el universo
en el Centro Histórico capitalino muestran también restos con dientes intervenidos
En las recientes excavaciones en la fachada externa de los vestigios del Tzompantli que se ubica en el Centro Histórico de la Ciudad de México se descubrieron los cráneos de dos niños juntos, así como restos de individuos con dientes puntiagudos o con varias incisiones.
Si bien ya se sabía que había pequeños en ese gran altar que los mexicas consagraron al dios Huit-zilopochtli, donde se empalaban las cabezas de los cautivos sacrificados, el hallazgo de los menores que estaban mudando de dientes es un aspecto que proporciona mucha información acerca de las poblaciones y su origen, explicó a La Jornada el antropólogo físico Rodrigo Bolaños Martínez.
La estructura Huei (en náhuatl gran o grande) Tzompantli (muro o hilera de cabezas) formó parte de una importante práctica ritual de los mexicas, basada en la creencia de que este altar servía para sostener el universo
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De acuerdo con el especialista, se ha calculado que 65 por ciento de los cráneos encontrados en el Tzompantli son de hombres, 25 por ciento de mujeres y un aproximado de 3 por ciento de niños. Se trata de personas muy jóvenes, cuya edad oscilaba entre 25 y 30 años
, agregó.
Bolaños Martínez detalló que entre los aspectos culturales que hoy se investigan en torno a los cráneos se encuentra el estudio del modelado encefálico, es decir, las modificaciones que hacían de la cabeza, así como el limado dental. Las incisiones, por ejemplo, eran una forma de diferenciarse de los demás. Igual se analiza qué comieron y dónde vivieron los últimos años de su vida
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En diciembre de 2020, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó acerca de la localización de 119 cráneos humanos, los cuales se sumaron a los 484 encontrados antes y que forman parte de una de las torres del Huei Tzompantli de Tenochti-tlan. (La Jornada, 12/12/20).
El proceso de investigación ha implicado mucho tiempo y trabajo, continuó el antropólogo físico, ya que los cráneos se encuentran fragmentados, hay que limpiarlos y volverlos a armar.
Hoy las investigaciones están enfocadas a aspectos post mortem para determinar cuándo fueron sacrificados los individuos y su cabeza separada del cuerpo, ya que hubo una serie de procesos para que sus cráneos estuvieran en el Tzompantli, como desollarlos, pues los cráneos se tenían que mostrar lo más descarnados posible, pero conservando la mandíbula
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La arqueóloga Lorena Vázquez Vallin, jefa de campo en la excavación, explicó que el espacio donde se encuentra el Tzompantli ha quedado ya habilitado como una ventana arqueológica, lo cual es resultado de unir dos excavaciones
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Al principio se excavó una mitad de la torre del Huei Tzompantli y luego la otra mitad, ahora, al fin, esos vestigios se pueden ver en conjunto, sin embargo, aún no se sabe cuándo será abierto al público
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Vázquez Vallin comentó que aún quedan por hacer distintos análisis a profundidad sobre los cráneos, con el equipo de antropología física, y queda por explorar aún más el simbolismo del Tzompantli y los sacrificios, práctica mexica que les servía para que el universo siguiera vivo
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En charla aparte, el arqueólogo Raúl Barrera, quien encabeza el Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH, explicó que el avance de las excavaciones ha permitido identificar tres etapas constructivas del Huei Tzompantli, las cuales abarcan un periodo probablemente comprendido entre 1440 y 1520 dC
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Barrera comentó también que el edificio donde se encuentra el Tzompantli podrá ser abierto al público en cuanto las obras civiles de restauración del mismo terminen, ya que en el edificio donde se encuentra se proyecta la apertura del Museo del Chocolate.
El especialista explicó que donde se encontraron los vestigios en el Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, así como la principal cancha del juego de pelota de Tenochtitlan, en la calle de Guatemala 16, y donde se hará una ampliación del Hotel Catedral, van a ser dos cosas independientes. El hotel no funcionará con vista a la parte arqueológica. Estarán el hotel y un museo subterráneo, a cargo del INAH, con su propia vigilancia. Cada espacio tendrá su propio acceso
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En la actualidad, en la Ciudad de México existen 42 ventanas arqueológicas. Algunas son de acceso restringido, como el Templo de Ehécatl y el Huei Tzompantli hasta el momento. Las otras se encuentran en espacios o edificios públicos y privados y se pueden ubicar en la plataforma digital del INAH.