La actriz y activista presentó su primer largometraje como directora, La llevada y la traída, en el festival de cine de Guadalajara
Guadalajara, Jal.,
Como un trabajo que se fue hilando segundo a segundo
entre 2019 y 2020 y que luego se llevó más de un año de edición, la actriz, bailarina, cantante, guionista, productora de radio y activista mexicana, Ofelia Medina, presentó ayer su primer largometraje documental como directora La llevada y la traída, en el cual hace un recuento testimonial del fervor por la Virgen de Zapopan.
En el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), Medina estrenó su obra, en la que destaca las vertiginosas secuencias de imágenes desde personalísimos planos en close up hasta el uso continuo de cámaras con drones, con una edición y colorimetría notables, que muestran las facetas de una de las tradiciones católicas más relevantes del país.
La Virgen de Zapopan representa esta aceptación de la religión católica de parte, en este caso, de los chichimecas para sobrevivir y continuar. Hecha de maíz, fue la identificación con los indios; ella representa el mestizaje
, afirmó la actriz en la rueda de prensa posterior a la proyección del filme.
Curiosamente, la película se exhibió en la sala Guillermo del Toro de la Cineteca de la Universidad de Guadalajara, una de las sedes del FICG, pues la idea de realizar la cinta surgió en 2018 luego de que la romería para llevar a la imagen desde la catedral de Guadalajara hasta la basílica de Zapopan, cada 12 de octubre, fue declarada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, ante la enorme convocatoria de fieles.
Pablo Lemus, presente en la rueda de prensa, era en ese entonces alcalde de Zapopan –ahora recién estrenado como presidente municipal de Guadalajara–. Contó que tras la declaratoria se reunió con Raúl Padilla, presidente del FICG y con el director Guillermo del Toro, para contarles la inquietud de realizar una película que diera a conocer la importancia de esta tradición católica que ha reunido hasta 2 millones de personas en una peregrinación, la cual se realiza el 12 de octubre cuando la Virgen de Zapopan regresa a su basílica.
Guillermo se entusiasmó muchísimo y ahí salió la mejor recomendación que me pudieron haber hecho que fue hablar con Ofelia Medina. Cuando platiqué con ella y empezamos a recorrer todos los espacios que la virgen visita durante varios meses en su peregrinar, inmediatamente se enamoró del proyecto
, contó el alcalde.
En efecto, la película recorre varios de los barrios más representativos de Guadalajara como Cruz Verde, Mezquitán, San Juan de Dios, donde la chaparrita
, como la llaman sus feligreses, es recibida con entusiasmo, fervor, danzas, pirotecnia y banderines de papel de china picado colgados en las calles.
También muestra la visita anual de la virgen a Chapala, donde se dice que su presencia propicia las lluvias en la región para evitar que el lago más grande del país se seque.
Ofelia Medina hizo hincapié en la musicalización de la película, en la que matachines, tatachines, tastoanes y danzantes de todas las edades muestran su entusiasmo y cómo se hilvana –con sincronía absoluta– con la música prehispánica de tlapitzallis (flautines), atecocolli (caracoles), huilacapitztli (ocarinas) y tambores, tejido de imágenes y sonidos que transmiten el fervor y sincretismo de los fieles que no paran de bailar hasta caer en la absoluta fatiga dedicada a su patrona.
Sostuvo que dedicó el filme a Rosendo Plascencia y a la abuela de Marisol
, ambos decanos danzantes: el primero fallecido a causa de Covid-19 y la segunda debido a la edad, durante el proceso de edición de la cinta.
–¿Por qué aceptó trabajar una temática de esta naturaleza, qué significa para usted la Virgen de Zapopan?–, se le preguntó a Medina.
–Es mi primer y último pensamiento cada día. A ella agradezco lo que soy y lo que somos, su luz y su fuerza, su piel morena y su amor a los niños. Es mi faro, mi luz y mi inspiración.
La película fue patrocinada por empresarios jaliscienses devotos de la virgen, muchos presentes en la sala. De acuerdo con Lemus, no se invirtió dinero público, pero sí un enorme esfuerzo que representó para Ofelia Medina, quien tenía largas jornadas que muchas veces iniciaban a las 4 de la madrugada.
La actriz, como lo hace en el documental, ofreció una disculpa “si alguna mirada, algún mal gesto ofendió a alguien, lo hicimos con todo nuestro amor.
Esto no se logró con una persona, somos muchas; no sé cuántas cámaras, kilómetros, días y revisiones de los mejores momentos tuvimos, pero ahí está el trabajo, lo hicimos de todo corazón y esperamos que conmueva y emocione como nos ha emocionado a todos nosotros
, concluyó.
La película, cuya exhibición comercial no se ha programado, tendrá mañana una función de entrada gratuita junto a los arcos de Zapopan, entrada al pasillo peatonal que conducea la basílica de la virgen.