En enero, el Inegi, dio a conocer los resultados del censo 2020. Se confirma la caída cada vez más pronunciada de la religión católica: 77.7 por ciento de la población se dice católica. Tan sólo en el censo de 1990, el porcentaje de católicos era de casi 90 por ciento. Otras cifras del censo actual son: 11.2 por ciento se declara protestante o cristiano evangélico; 0.2 por ciento se dice de otras religiones; 2.5 por ciento afirma ser creyente sin tener una adscripción religiosa, y 8.1 por ciento se declara sin religión. Lo relevante de las cifras es el claro crecimiento de los no creyentes, pues indica la secularización que vive el país.
Los comicios intermedios de 2021 tuvieron consecuencias religiosas que conviene registrar. Los tribunales electorales penalizaron el uso religioso en las campañas políticas. En casos como Tlaquepaque, se anuló la elección. En efecto, la sala regional especializada del tribunal electoral ordenó a la Secretaría de Gobernación sancionar a los cardenales Juan Sandoval Íñiguez y Carlos Aguiar, así como al obispo de Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, al párroco Mario Ángel Flores Ramos y al sacerdote legionario Ángel Espinosa de los Monteros, por haber vulnerado la separación Iglesia-Estado durante las elecciones y trasgredir la equidad en la contienda. El caso más notable fue el Juan Sandoval, cardenal en retiro, quien llamó a no votar por el partido en el gobierno por ser comunista.
El Partido Encuentro Solidario (PES) perdió su registro, al no alcanzar el porcentaje mínimo de la votación. El PES es un partido evangélico que indebidamente obtuvo su registro. Las autoridades electorales, INE y tribunal, fueron laxas porque a todas luces el PES quebranta el carácter laico del Estado. A diferencia de otros países latinoamericanos la politización pentecostal no ha cuajado. Es la segunda vez que dicha asociación política pierde el registro por falta de apoyo real de la ciudadanía.
Wikileaks, fundada por Julian Assange, develó a la opinión pública a dos organizaciones de ultraderecha española, con asiento originario en el Yunque de México con ramificaciones en 50 países, se trata de HazteOir y CitizenGo. Wikileaks revela más de 17 mil archivos compuestos por correos electrónicos, cartas, fotos, videos y testimonios de las organizaciones vinculadas al ultraderechista partido Vox. Los documentos exponen a los principales donantes, agendas y sus estrategias de penetración en las sociedades y gobiernos. México aparece no sólo como el país de origen, a través de el Yunque, sino como uno de los principales centros de operaciones, formación de cuadros y de captación de recursos en la actualidad. Ahí se exponen secretos de la organización y evidencian deplorables complots político-religiosos.
El Yunque está instalado en sectores del PAN y otros partidos, en la jerarquía eclesiástica, asociaciones civiles, como Yo Influyo, la Red Familia, así como en medios de comunicación.
A escala internacional la Iglesia católica sigue siendo sacudida por los escándalos. En el centro de la controversia se encuentran los abusos a menores. En junio estalla otro escándalo en Canadá. El hallazgo de tumbas de niños indígenas en las escuelas residenciales canadienses causó consternación. Se descubrieron cientos de tumbas sin nombre y fosas comunes de unos mil 400 menores. Se calcula que hay más de 6 mil niños desaparecidos. La reacción de los pueblos originarios no se ha hecho esperar y quemaron siete iglesias católicas en la zona occidental del inmenso país. En Francia se dio a conocer en octubre el informe Sauvé, que revela que 330 mil infantes fueron abusados sexualmente por 3 mil depredadores clericales desde 1950. El informe emitió 45 recomendaciones. Una fue derogar el secreto de confesión cuando se trate de abusos sexuales. El clérigo estaría obligado denunciar a pederastas ante las autoridades. Por el secreto de confesión, esta medida fue cuestionada por el clero y estalló una polémica mayúscula en ese país. En mayo en Alemania un sector del clero entró en rebeldía con Roma, al bendecir matrimonios igualitarios y reivindicar el sacerdocio femenino.
Finalmente, en 2021, fallecieron dos gigantes de cristianismo progresista. El 6 de abril fallece a los 93 años, el sacerdote católico Hans Küng. Agudo teólogo que enfrentó el conservadurismo de los papas Juan Pablo II y de Benedicto XVI. En Sudáfrica, a los 90 años, fallece Desmond Tutu, obispo anglicano emérito. Tutu fue un baluarte en la lucha antiapartheid, por los derechos humanos y la reconciliación de su país y de la diversidad sexual en la Iglesia.