Décimas a Dios
por Pita Amor
Dios, invención admirable,
hecha de ansiedad humana
y de esencia tan arcana
que se vuelve impenetrable.
¿Por qué no eres tú palpable
para el soberbio que vio?
¿Por qué me dices que no
cuando te pido que vengas?
Dios mío, no te detengas,
o ¿quieres que vaya yo?
La angustia y la vanidad,
fundidas, te han inventado,
y después te han obligado
a ser la sola verdad.
Quiso la fatalidad
que me tocases de herencia;
mas me persigue tu ausencia
y me da espanto mi suerte,
pues voy a morir sin verte
y sin comprender tu esencia.
No, no es después de la muerte,
cuando eres, Dios, necesario;
es en el infierno diario
cuando es milagro tenerte.
Y aunque no es posible verte
ni tu voz se logra oír,
¡qué alucinación sentir
que en la propia sangre habitas,
y en el corazón palpitas,
mientras él puede latir!
Me sirves de baluarte,
de asilo de mis temores,
de centro de mis amores,
y a ti ¿qué puedo yo darte?
Egoístamente amarte;
pedirte que seas verdad;
que comprendas mi maldad;
que mi ser tenga sentido,
y que mi último latido
haga eco en la eternidad.