Ciencia: estudiantes deben ser analíticos y acercarse al ciberespacio
Joel Montes da clases en la telesecundaria ubicada en Tzcuala I, que es una comunidad perteneciente a Tehuipango, en la sierra de Zongolica
Indica que en su día a día con jóvenes se ha percatado de la importancia de orientar a las nuevas generaciones en su relación con el internet: “ya no tenemos que educar para alfabetizar, el 90% de la población está alfabetizada, hay que enseñarles a hacer ciudadanos de internet, hay que enseñarlos a ocupar las redes sociales, cómo discriminar la información, enseñarlos a aplicar un pensamiento crítico y analítico; se tiene que enseñar cómo acercarse a los conocimientos”.
DOCENTES SE COMPROMENTEN
Joel Montes da clases en la telesecundaria ubicada en Tzcuala I, que es una comunidad perteneciente a Tehuipango, en la sierra de Zongolica, donde la población es nahuahablante y vive en pobreza en extrema.
En esa zona indica que los retos educativos se vieron recrudecidos por la pandemia, pero que ha logrado salirse adelante porque el profesorado está comprometido pese a lo difícil de la situación.
“A los profesores no nos debe influir el ambiente, sino nosotros influirlo a él; cuando el chico comprende algo, una nueva forma de ver el mundo, cómo funcionan ciertos procesos o se da cuenta de que hay un panorama más amplio y diferente al que tenía antes, ya cambiamos al mundo; nosotros por esa parte como docentes sí podemos cambiar al mundo”.
Agrega que “si el docente hace un esfuerzo con pasión y vocación éste va a impactar a los alumnos. Algo interesante en la pandemia fue que los maestros nos encontramos con el ‘a ver cómo le hacen para que el chico aprenda’, ‘a ver cómo le hacen para darles el contenido´’, y sí se logró, cada maestro realizó su propio esfuerzo, lo principal fue hacerle sentir a los estudiantes que están acompañados, que hay un lazo en el que el profesor te va a ayudar o te va a guiar para que puedas salir adelante”.
Para ello se puso en contacto con diversos luchadores, quienes le dieron permiso de poder usar su identidad con fines educativos, y aunque al principio el proyecto tardó en “pegar”, ahora hay una respuesta favorable.
“Dar clases con las limitaciones por la pandemia fue un reto personal para cada docente; muchos se disfrazaron, se fueron a Tiktok, a Youtube, se arriesgaron a ir a la comunidad; todos buscaron la manera y eso muestra el compromiso que hay y que se afrontó con responsabilidad y cariño”.
Finalmente, ante las nuevas circunstancias donde el internet parece regirlo todo, indica que el maestro ahora se enfrenta a tener que validar los conocimientos que se dan en la escuela: “hay que hacerle ver al estudiante por qué lo que se enseña es importante, y lo es porque puede saber por qué las cosas funcionan de cierta forma y el mundo es como es”.