Artes visuales
Germaine Gómez Haro
Hay exposiciones que más allá de su recorrido y goce estético significan una experiencia cuando ofrecen al espectador la posibilidad de explorar otros mundos posibles a través del inconsciente colectivo. La espléndida y provocadora muestra Érase…: Carmen Mariscal & Mercedes Gertz, que se presenta en la Celda Contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana, es una de ésas: una experiencia que abre compuertas para adentrarse en la dimensión de los sueños y la memoria a través de obras que nos hablan de historias y vivencias entrecruzadas y puestas en diálogo entre las dos artistas. Comenta para La Jornada Semanal la curadora Karen Cordero: “Érase… retoma una exposición que se presentó en el Instituto Cultural de México en París en 2018, bajo el título Jusqu´à La Fin Des Temps: Carmen Mariscal/Mercedes Gertz. Es una muestra que pone en diálogo la obra de estas dos artistas, que aborda temas de la reconfiguración y re-narración de las historias idealizadas que construyen y subyacen en la identidad femenina y la memoria colectiva. Por medio de una diversidad de recursos –dibujo, pintura, escultura, instalación, performance y arte sonoro– nos envuelve en las posibilidades de dar cuerpo a los sueños reprimidos y transformarnos en este proceso.” Ambas creadoras mexicanas de trayectoria internacional se distinguen por el uso de materiales y soportes muy diversos y han desarrollado un importante corpus de trabajo a partir de sus investigaciones sobre temas tan relevantes y actuales como el género, la construcción de la identidad femenina, el cuerpo, los mitos, los arquetipos, la jerarquía del poder masculino, la memoria y los sueños, y han coincidido en su fascinación por los cuentos de hadas como un medio para desentrañar los claroscuros de la psique humana. En charla por Zoom con las dos artistas: Mercedes Gertz desde Los Ángeles, California, donde vive y trabaja, y Carmen Mariscal desde un aeropuerto en Portugal rumbo a Londres, donde radica actualmente. Comenta Gertz: “Es una muestra a la que le tenemos mucho cariño. Un espacio donde se hace una exposición se vuelve un intercambio de ideas y si esos espacios se multiplican, para mí esa es la misión cumplida de la exhibición. Hay un programa educativo con talleres de tejido porque tejer es una manera de entrelazar ideas e historias y, como han tenido mucho éxito, ya se van a quedar los domingos.” En cuanto al diálogo que se genera entre las dos artistas, Mariscal comenta: “Mercedes ha hecho mucho trabajo a partir de los sueños, de los arquetipos, que son temas de su doctorado en psicología jungiana, y yo trabajo la memoria desde otras perspectivas, pero lo interesante es que nuestras obras se tocan en muchos puntos y eso ha sido muy enriquecedor para las dos. Hay un recorrido muy lógico entre nuestros trabajos en esta muestra que me dio la sensación de algo entre exhibición de arte, diorama y exposición de historia.” Coinciden en temas como el simbolismo del vestido de novia, y recursos como el tejido en estambre que Gertz utiliza para la creación de sus Suéteres de la jerarquía, mientras que Mariscal “teje” piezas con alambres de púas que evocan las fronteras entre los seres humanos y los territorios, y hacen alusión a los campos de concentración.
“Adaptar la exposición para la Celda Contemporánea fue un reto y un placer, ya que este espacio histórico y arqueológico tiene un gran peso estético, que se puso en juego con las obras para que se integrara al discurso de la exposición”, agrega la curadora. Y cabe considerar también que la memoria de una de las mujeres arquetípicas más importantes de nuestra historia que habitó este espacio, Sor Juana Inés de la Cruz, añade al ethos de la muestra una fuerte carga simbólica: “El sueño todo, en fin, lo poseía:/ todo en fin, el silencio lo ocupaba;/ aun el ladrón dormía:/ aun el amante no se desvelaba…” (Sor Juana, Primero sueño.)