En Japón ante denuncias de abuso sexual, Miwa Nishikawa, Hirokazu Kore-eda y Koji Fukada, se expresan

Crisis en la industria cinematográfica de Japón ante denuncias de abuso sexual

Los realizadores Miwa Nishikawa, Hirokazu Kore-eda y Koji Fukada, entre otras figuras, expresan su indignación y piden detener esos actos

Ap
La Jornada

Tokio.

Una crisis de #MeToo se está librando en la industria cinematográfica japonesa.

Una petición firmada por figuras de renombre que incluye a Hirokazu Kore-eda, ganador de la Palma de Oro de Cannes; Koji Fukada, premio del jurado de Cannes, y Miwa Nishikawa, directora de Under the Open Sky, expresa su indignación por casos de abuso sexual en la industria.

Estos actos son imperdonables, señala la misiva, que exige que tales actos se detengan.

El llamado se produjo tras la repentina cancelación de los estrenos de dos películas dirigidas por Hideo Sakaki, Mitsugetsu (Luna de miel) y Hazard Lamp, luego de que la revista japonesa Shukan Bunshun informara sobre denuncias de violencia sexual presentadas en su contra por varias mujeres.

Su compañía productora denunció abusos sexuales y anunció que Sakaki se había marchado. Este último se disculpó por medio de un comunicado con sus seguidores y compañeros de trabajo por las cancelaciones, al tiempo que señaló inexactitudes en el informe, las cuales no especificó.

El actor Houka Kinoshita puso en pausa su carrera después de que dos mujeres lo acusaran de exigir sexo en contra de su voluntad hace una década. Una serie dramática de televisión se emitió a principios de esta semana con todas sus escenas eliminadas.

No puedo presentarme ante ustedes y continuar con mi trabajo de entretenimiento después de lo que he hecho, y me tomaré una licencia por tiempo indefinido, afirmó Kinoshita en un comunicado.

También se han hecho acusaciones contra Shion Sono, director que fue homenajeado en el Festival Internacional de Cine de Berlín.

Director de Himizu y Cold Fish, se disculpó pero no admitió su culpabilidad; en vez de eso, prometió tomar algún tipo de acción contra Shukan Josei, la revista que reportó acusaciones de que había abusado sexualmente de varias mujeres.

Me gustaría volver a examinar mis formas, tomando en serio la falta de conciencia que he mostrado como director y para quienes trabajan a mi alrededor, aseguró Sono en un comunicado emitido por su oficina esta semana. Sin embargo, hay muchas afirmaciones en el informe que son contrarias a los hechos.

Puede que no sea sorprendente que #MeToo prolifere en una nación que ocupa el puesto 120 en igualdad de género, muy por detrás de otras naciones industrializadas del Grupo de los Siete, según un estudio del Foro Económico Mundial.

Aún así, el momento no podría ser más trágico: Japón acaba de ganar su primer Óscar en 13 años con Drive My Car, de Ryusuke Hamaguchi.

Los directores que firman la petición y otros dicen que el problema es un secreto a voces desde hace mucho tiempo en el mundo del cine. Lo que cambia es que las víctimas están hablando, en lugar de sufrir en silencio.

Cuando los empleos en el cine son tan competitivos para empezar, no sólo para actores, sino para asistentes de dirección, editores, vestuaristas, traductores y productores, el problema es profundo.

La declaración de Kore-eda y otros directores que denuncian las agresiones sexuales enfatiza que las películas requieren de un equipo, lo que significa que las personas con cargos de poder deben respetar a todos como socios, sostuvieron los cineastas.

Nosotros, los directores, independientemente de nuestras habilidades individuales o personalidades, en especial, debemos darnos cuenta de que nuestra posición de dirigir a otras personas conlleva una violencia profunda, y ahí radica ese potencial que hace que sea demasiado fácil para nosotros victimizar a otros debido a nuestro poder abrumador, expresaron.

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