Pablo O’Higgins. Cronología de su obra gráfica

Pablo O’Higgins.
Cronología de su obra gráfica


Desde mediados de la década de 1920 hasta poco antes de su muerte, O´Higgins realizó una extensa obra gráfica que, junto a sus trabajos de caballete y pintura mural, lo situaron como uno de los creadores más importantes del México del siglo X
X.

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EDUARDO ESPINOSA CAMPOS • HISTORIADOR
Investigador del Cenidiap
espinosacam@yahoo.com.mx

En noviembre de 2006 salió a la luz el libro Humanidad recuperada. Obra gráfica de Pablo O’Higgins, con el patrocinio del Gobierno del Distrito Federal y cuyo excelente diseño editorial estuvo a cargo de Chac… El antecedente de esta publicación fue constituir la memoria documental (catálogo) para la exposición de homenaje al maestro  O’Higgins que se realizaría en 1997 en el Museo Nacional de la Estampa en la ciudad de México. Aunque la muestra no se llevó a cabo, tuve la oportunidad de participar desde el principio —al lado de la señora María de Jesús de la Fuente de O’Higgins, como coordinadora general— en la gestación del proyecto. Me tocó colaborar en la propuesta del guión curatorial y en la división de los temas que finalmente se conservaron en el libro; además de proponer a algunos de los autores de los textos y tomar parte en la selección de obra. A continuación se presenta una cronología de mi autoría (última versión en enero de 2003), hecha específicamente para incluirse en Humanidad recuperada y finalmente excluida al hacerse ajustes a la publicación, pero que considero importante ponerla a disposición de los interesados, con la finalidad de ubicar mejor en su contexto el legado de obra gráfica del maestro Pablo O’Higgins.

 

1904
Nació el 1 de marzo en la ciudad de Salt Lake, Utah, Estados Unidos. Fue el segundo hijo de Alice McAfee y de Edward V. Higgins. “Mi padre era un hombre liberal, abogado, que en varias ocasiones fue juez. Tenía que viajar. Nací ahí por circunstancias”.(1)

1907-1910
“A los tres años de edad me llevaron mis padres a vivir a San Francisco, California. Tres o cuatro años más tarde radicamos en San Diego. Ahí conocí a muchos mexicanos y aprendí el español.”(2)

1914
Luego de estudiar piano en el lugar que lo vio nacer, Pablo O’Higgins pudo ofrecer su primer recital cuando contaba con diez años de edad. “Mis padres siempre fueron comprensivos, inteligentes; nunca obstaculizaron mis gustos o mi carrera. Yo estudiaba piano y también pintaba, pero cuando vi que en San Diego no había maestra de composición me dediqué por entero a la pintura.”(3) Cerca de este año, O’Higgins realizó sus primeros intentos en la técnica del aguafuerte motivado por la obra de Rembrandt.

1922
Ingresó en la Academia de Arte de San Diego, donde permaneció sólo dos semanas por estar en desacuerdo con el método de enseñanza impartido. Montó un estudio independiente con el pintor mexicano Miguel Foncerrada y el estadunidense Kenneth Slaughter.

1924
En La Jolla, California, realizó sus primeros aguafuertes, en los que representa a un toro echado y el pórtico de una modesta casa. De visita en Guaymas, Sonora, en casa de la familia de su amigo Foncerrada, conoció a través de la revista The Arts unas fotografías del mural que Diego Rivera había concluido el año anterior en el Anfiteatro Bolívar, de la entonces Escuela Nacional Preparatoria, y que provocaron en él una fuerte impresión. Escribió a Rivera para expresarle el entusiasmo que le despertó su pintura mural. Recibió con grato asombro la contestación de Diego, quien lo invitaba a conocer de cerca el movimiento pictórico que se estaba desarrollando en el país. Viajó a la ciudad de México. “Apenas crucé la frontera sentí el ambiente de la vida de México, tan distinto al de Estados Unidos, que me causó un impacto muy fuerte. Incluso las cosas que veía en la estación, desde la ventanilla del tren, me impresionaban. La primera imagen fue la de unos soldados sentados a lo largo de la vía y unas mujeres que calentaban frijoles o caldo en unas ollas. Sus ademanes lentos, pausados, el rebozo, las faldas amponas, el pelo negro, la forma de caminar. Todo me pareció muy hermoso. Como que todo el olor de México entraba por la ventanilla.”(4)

Al cabo de unos días se incorporó al equipo de pintores que trabajaban con Diego Rivera en los murales de la Secretaría de Educación Pública y de la Escuela de Agricultura de Chapingo, en el periodo de 1924 a 1928. Su contacto con Diego y la relación de éste con grupos de campesinos en conflicto por problemas agrarios, en una época en que aún se respiraban los efectos de la Revolución, fueron introduciendo al joven pintor en los problemas del país. En lo particular, O’Higgins, de tan sólo veinte años de edad, comenzó a dar vida a una obra (pinturas y dibujos) en la que representó paisajes con montañas y escenas de la vida cotidiana.

1926-1927
De manera simultánea, participó como ilustrador, al lado de José Clemente Orozco, Carlos Mérida, Agustín Lazo, Máximo Pacheco, Miguel Covarrubias y Fermín Revueltas, en la revista Mexican Folkways, dirigida por la estadunidense Frances Toor. Incluso, en 1927, fue colaborador editorial de la misma revista. En estos años se afilió al Partido Comunista Mexicano, del cual se separó a mediados de los años cuarenta. Su filiación partidista se respira efectivamente en su obra inicial, pero, con el paso del tiempo, permaneció mas bien en él un espíritu de fraternidad, de solidaridad; más allá de partido alguno, asumió una actitud más personal y de relación verdadera con la gente más desprotegida que fue el motor de su obra. Entendió bien que la fraternidad se da en los hechos y no en meras palabras y teorías.

1928-1929
Se incorporó como misionero cultural, por parte de la Secretaría de Educación Pública. Le asignaron trabajar en diversos lugares de los estados de Hidalgo y Zacatecas, así como en la población de La Parrilla, Durango, zonas geográficas marcadas entonces por la pobreza y los conflictos sociales. En esta última dirigió la construcción de un pequeño teatro al aire libre, donde realizó sus primeras decoraciones murales. En estos años comenzó su amistad con Leopoldo Méndez, con quien habría de emprender innumerables proyectos. “Cuando yo conocí a Leopoldo… él acababa de regresar de las misiones culturales, de donde él tomó mucho material crítico de los obstáculos del campesino. Así empezó a trabajar en grabados de carácter político.”(5)

1930
Participó, junto con Frances Toor y Blas Vanegas Arroyo, en la edición de la Monografía. Las  obras de José Guadalupe Posada, grabador mexicano, la cual incluyó una introducción de Diego Rivera. Este año tuvo lugar su primera exhibición individual en Estados Unidos, en la Galería Bonestell, muestra a la que seguirían otras en años posteriores. Ya desde entonces pocos podían imaginar siquiera cómo un artista de origen extranjero había podido identificarse tanto con la historia y costumbres de la gente de otro pueblo.

1931
Participó en colaboraciones gráficas para el Daily Worker, periódico del Partido Comunista de Estados Unidos. La obra allí realizada atrajo el interés de autoridades de la Academia de Arte de Moscú, lo que motivó que le ofrecieran una beca para estudiar durante el año siguiente en la Unión Soviética.

1933
Realizó tres murales en la Escuela Emiliano Zapata de la ciudad de México, con los temas Los sopladores de vidrio (o La explotación del trabajo infantil en las fábricas), Los explotados contra los explotadores y La rebelión contra la dominación del clero católico.

1934
Fue miembro fundador, junto con Leopoldo Méndez, Fermín y Silvestre Revueltas, Juan de la Cabada y José Mancisidor, entre otros, de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), que lo ubicó en otra perspectiva para mirar de frente los problemas de carácter nacional e internacional, así como en posibilidad de afirmar su posición contra el fascismo, la guerra y el imperialismo, que constituían los objetivos de dicha agrupación. Colaboró con ilustraciones para la revista Frente a Frente, órgano de prensa de la LEAR.

1934-1936
Formó parte del grupo de pintores de la LEAR que realizaron murales en el mercado Abelardo Rodríguez, en el centro de la ciudad de México. El tema que desarrolló es La lucha de los obreros contra los monopolios. En 1936 realizó la litografía Vida de perros, en la cual retomó, con algunas variantes, uno de los detalles de este mural, correspondiente a la sección: “Manifestación contra la guerra”.

1935
Elaboró un grabado para ilustrar el artículo “Tumulto en el panteón callista” del suplemento Calaveras de El Machete, entonces órgano vocero del Partido Comunista Mexicano.

1936
Participó en la exposición colectiva de gráfica que la LEAR envió al Congreso de Artistas Americanos, en Nueva York. Formó parte del grupo de expositores de obra gráfica de la LEAR en una muestra colectiva, en la ciudad de México, y reiteró su colaboración en el suplemento Calaveras de El Machete con la obra La feria del fachismo español.

1936-1937
Integró un equipo de pintores de la LEAR, con Leopoldo Méndez, Alfredo Zalce y Fernando Gamboa, para pintar el mural La lucha sindical, en los Talleres Gráficos de la Nación en la ciudad de México.

1937
Expuso en la muestra Un siglo de grabado mexicano, organizada para apoyar el II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, en Valencia, España. Aportó una litografía para ilustrar  el suplemento Calaveras de la Sección de Artes Plásticas de la LEAR. Insatisfechos algunos de los miembros de esa agrupación, entre ellos O’Higgins, por el rumbo burocrático que tomaba, decidieron separarse de la Liga. De esta forma participó, junto con Luis Arenal, en la fundación de una nueva organización, el Taller de Gráfica Popular (TGP), creada por iniciativa de Leopoldo Méndez. En su Declaración de principios, el TGP se definió como un “centro de trabajo colectivo por la producción funcional y el estudio de las diferentes ramas del grabado […] [que] realiza un esfuerzo constante porque su producción beneficie los intereses progresistas y democráticos del pueblo mexicano, principalmente en su lucha contra la reacción fascista […] lucha por desarrollar las capacidades técnicas individuales de sus miembros […] prestará su cooperación profesional a otros talleres o instituciones culturales, a las organizaciones de trabajadores y populares […] defenderá los intereses profesionales de los artistas”.

El Taller, declaró O’Higgins a un periodista , “fue formado para fomentar la producción de artes gráficas en todo el país. Cada vez que se lleva a cabo una manifestación en contra de la prensa reaccionaria ponemos todo nuestro empeño en hacer los mejores panfletos […] Somos personas cautelosas. Un folleto de propaganda política mal ilustrado sería objeto de crueles burlas para todo el mundo. Las litografías y carteles antifascistas que producimos circulan por todo México. Podrá usted ver las litografías de Leopoldo Méndez en la prensa popular y en los salones del sindicato […] siempre hay pedidos, porque cada organización tiene un mensaje que quisiera difundir a lo ancho y a lo lejos […] Un cartel bien elaborado puede tener la misma importancia que un mural”.(6)

El TGP tuvo, con el paso del tiempo, varias sedes en la ciudad de México: primero en la calle de Belisario Domínguez, luego pasó a la de Regina, más tarde a Quintana Roo y de allí, en 1946, a la de Nezahualcóyotl. En los cambios se fueron incorporando nuevos miembros, así como otros artistas que en calidad de huéspedes llegaban de Cuba, Venezuela, España y Estados Unidos.

Las noticias que los periódicos y las radiodifusoras anunciaban –y aun aquellas que callaban u omitían– eran interpretadas de manera crítica y valiente por esta pléyade de artistas comprometidos, quienes las plasmaban en carteles y después pegaban en los muros de la calle de la ciudad. Los mismos carteles que ahora son pieza de museo y documentos preciados de coleccionistas.

1938
Colaboró en el Calendario de la Universidad Obrera de México con los  grabados: En la época de la represión, Buitres fascistas sobre España y Se van derrumbando los opresores del indígena. En este calendario participaron también Leopoldo Méndez, Luis  Arenal y Ángel Bracho. En apoyo a la Liga Pro Cultura Alemana en México, realizó un cartel, a partir de una litografía, para anunciar la séptima conferencia “El hombre en la sociedad nazi” de Manuel R. Palacios. Formó parte del equipo de ilustradores del número 10 de la revistaRuta.

1939
Trabajó en la edición de Calaveras extra, guerra extra, del TGP, donde contribuyó con dos litografías: La guerra de los frijoles y Guerra petrolera.

A finales de los años treinta, O’Higgins declaró: “estábamos revisando la situación del muralismo y su aspecto político, porque creíamos que había reducido su combatividad por la falta de muros. Yo quería ver la posición asumida por Diego Rivera en los murales que realizaba en el Palacio Nacional. Un día fui a verlo y deduje que, en comparación con su obra de Chapingo, la del Palacio estaba en decadencia; no encontraba la frescura de sus murales anteriores. Abandoné el Palacio preocupado por saber dónde se encontraba el muralismo. Al salir me topé con un hombre que estaba parado frente al Palacio Nacional con la preocupación de aquél que no tiene a dónde ir. Era un cargador. Lo dibujé y fui al TGP, donde lo trasladé a la piedra. Yo no le puse el título de El hombre del siglo XX, sino el de Un hombre”.(7) José Sánchez, impresor del TGP, dejó testimonio de ese momento: “Pablo traía su impresión fresquecita, porque tomó la piedra [litográfica] y luego se puso a dibujar. Nunca hizo una litografía en una sesión sino en dos o tres, pero esta la hizo en una […] Sólo a la de El hombre del siglo XX no le hizo nada.”(8) O’Higgins realizó después una versión en pintura de esta obra, misma a la que Diego Rivera se refirió en el texto de presentación de su exposición en el Salón de la Plástica Mexicana, en julio de 1956: “Por limpio de corazón, este bienaventurado ha podido ver al hombre. Por eso su cuadro Un hombre del siglo XX –el pelado solitario sobre un fondo vacío– ha sido la expresión luminatoria de la pintura mexicana de caballete emergente de la mural.”(9)

1939-1940
Pintó un mural en la Escuela Estado de Michoacán, en la ciudad de México, donde abordó el tema de la expropiación petrolera y realizó las litografías: Inicios de una colonia y Futbolistas, en las que retomó algunos detalles del mural.

1940
Participó en el portafolio colectivo del TGP El pueblo de México y sus enemigos, de 1935 a 1939, que incluiría 14 litografías (al parecer quedó inédito). Elaboró el díptico Workshop School of Painting and the Graphic Arts. Summer 1940, July-August. Mexico City. You are Cordially Invited…, en el que utilizó un grabado en linóleo.

1941
Contribuyó con el grabado Metalúrgicos para el Calendario del trabajo publicado por el periódico La voz de México del Partido Comunista Mexicano.

1942
En apoyo a la primera Convención Nacional de Amigos de la URSS realizó el cartel El frente soviético es nuestra primera línea de defensa, ¡Sostengámosla!, en alusión a la batalla de Stalingrado, contra la invasión fascista. Participó en la edición de Calaveras estranguladoras, con el grabado Segundo frente, ya mero… Realizó cuatro volantes, a partir de zincografías, dirigidos a campesinos de los estados de Nayarit, Zacatecas, Durango, Oaxaca y Veracruz, para alentarlos a no abaratar el maíz, producto de su trabajo en la tierra. Los volantes fueron solicitados por el Comité Regulador del Mercado de Subsistencias de la Secretaría de la Economía Nacional.

1943
Colaboró en la ilustración de El libro negro del terror nazi en Europa, con dos dibujos y la litografía Judíos cavando.

1944
Ejecutó el cartel, a partir de una litografía, Buenos vecinos, buenos amigos, por encargo de Herbert Gervin, de la Oficina para Asuntos Interamericanos. El cartel tuvo un tiraje de seis mil copias. Participó en un álbum de treinta grabados del TGP. Realizó una litografía para la portada de la revista Tricolor, con el tema Vicente Guerrero y la consumación de la Independencia de México.

1945
O’Higgins se trasladó a Estados Unidos para emplearse como soldador en los astilleros de San Francisco, dado su conocimiento y manejo del soplete por el uso de la técnica pictórica de la encáustica, y así contribuir a la derrota del fascismo. Medio año después fueron descubiertos sus antecedentes artísticos: “Unos ejemplares de carteles, panfletos y hojas volantes impresos en México y destinados a la propaganda de la lucha social, fueron los que promovieron que el secretario del Castell contratara los servicios de O’Higgins, para decorar su edificio sindical.”(10) El resultado fue el encargo para realizar el mural La lucha contra la discriminación racial y la unidad obrera, en el Sindicato de Limpiadores de Quillas de Barco de Seattle, Washington. Durante su estancia en Seattle, O’Higgins organizó una exposición de grabados y carteles para un congreso sindical.

1946
En equipo con Leopoldo Méndez proyectó y ejecutó el mural La maternidad y la asistencia social en el edificio Maternidad número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Esta obra fue destruida posteriormente, al hacerse modificaciones arquitectónicas en el edificio. Según declaración posterior de O’Higgins, en el año de 1969, ellos habían recibido la promesa de ser contratados para pintar un mural, también para el IMSS, con la temática de aquél que había sido destruido, pero ya no se llevó a cabo. Posteriormente, en 1973, O’Higgins retomó una parte del tema de este mural en la litografía Seguro social al campo. Elaboró un cartel con el tema del 1 de mayo. Realizó las litografías Cuautla Market y Bricklayers, Valley of Mexico para la carpeta colectiva del TGP: Mexican People, presentada por la Associated American Artists de Nueva York. Formó parte, junto con Alfredo Zalce, Ángel Bracho y Arturo García Bustos, de la Comisión responsable de los periódicos semanales del TGP; uno de ellos, el que dedicó al Congreso de la CTAL contra el fascismo (21 de julio), contiene un grabado en linóleo de Vicente Lombardo Toledano.

1947
Elaboró el cartel CTM. 1o. de mayo de 1947. Colaboró en una de las carpetas más importantes producidas por el TGP: Estampas de la Revolución Mexicana, con los grabados en linóleo La huelga de Cananea. Los obreros mexicanos reclaman igualdad de derechos frente a los obreros yankeesLos constitucionalistas toman la ciudad de Zacatecas, 23 de junio de 1914, y El general Obregón y los yaquis. En esta carpeta trabajaron también Ignacio Aguirre, Luis Arenal, Alberto Beltrán, Ángel Bracho, Fernando Castro Pacheco, Jesús Escobedo, Antonio Franco, Arturo García Bustos, Jules Heller, Leopoldo Méndez, Francisco Mora, Isidoro Ocampo, Everardo Ramírez, Mariana Yampolsky y Alfredo Zalce.

1948
Una práctica común en obras del TGP, sobre todo en las ejecutadas con las técnicas del linóleo y la madera, es que llegaron a colaborar dos artistas a la vez; uno realizaba el dibujo mientras el otro grababa. De manera excepcional llegaron a intervenir más de dos artistas en una sola obra. De este modo O’Higgins realizó, junto con Alberto Beltrán, el cartel para el primer Congreso de Trabajadores Petroleros Latinoamericanos; con la participación de Arturo García Bustos trabajó el grabado en linóleo La industrialización de América Latina,para la carpeta conmemorativa de la Confederación de Trabajadores de América Latina: CTAL 1938-1948. Diez grabados de los artistas del Taller de Gráfica Popular en México, en homenaje al III Congreso General.

El TGP reprodujo obra suya en una edición de postales que tenía como objetivo difundir el trabajo de sus artistas. Fue miembro fundador de la Sociedad para el Impulso de las Artes Plásticas.

1949
Participó en la formación de un centro de producción gráfica en San Francisco, California, donde impartió una serie de cursos; asimismo, en una escuela para trabajadores de Los Ángeles, impartió un curso sobre la técnica litográfica. Tomó parte en el concurso convocado por la Universidad Obrera de México para celebrar el año de Chopin, en el primer centenario de su muerte, con dos litografías: Chopin creando su tema de las baladas y Chopin y el pueblo polaco.  Fue incluido en el libro El Taller de Gráfica Popular. Doce años de obra artística colectiva, publicado por La Estampa Mexicana, editorial creada por iniciativa del arquitecto-urbanista Hannes Meyer para difundir las publicaciones, libros y carpetas de grabados del TGP. Pintó un mural dentro de la escuela Gabriel Ramos Millán, en la población de Santa María Atarasquillo, Estado de México, en el que tuvo la colaboración de Ignacio Aguirre; realizó los grabados Tierra erosionada y Adelante, que son temas derivados de este mural. Fue miembro fundador del Salón de la Plástica Mexicana (SPM). Elaboró el cartel Homenaje a Silvestre Revueltas para anunciar un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional, en el Palacio de Bellas Artes, a los nueve años de fallecimiento del músico. José Sánchez, el impresor del TGP, sirvió de modelo a O’Higgins para este cartel. Realizó una tarjeta de Navidad para la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM).

1950
Pintó y donó un mural para la población de Caltzontzin, de reciente formación, a causa de su desplazamiento por la erupción del volcán Paricutín, en el estado de Michoacán; realizó la litografía Limpiando grano, en la que retomó un detalle de este mural. Por encargo del Comité Mexicano por la Paz y en apoyo al Segundo Congreso Mundial por la Paz en Varsovia, Polonia, artistas del TGP realizaron el portafolio ¡Queremos vivir!, conformado por 19 grabados en madera, que sirvió para recaudar firmas contra la bomba atómica. Entre los participantes estaban Mariana Yampolsky, Adolfo Mexiac, Jesús Escobedo, Leopoldo Méndez, Ignacio Aguirre, Guillermo Monroy, Alberto Beltrán, Francisco Mora y Pablo O’Higgins, quien ejecutó el grabado Queremos trabajar. Realizó el mural portátil Veracruz, 1914, donde abordó el tema de la amenaza imperialista estadunidense en México. El mural fue incluido en su exposición individual en el SPM y, a partir de éste, ejecutó el grabado Defensa de Veracruz (o Desembarco en Veracruz) que también fue utilizado como ilustración de la película Memorias de un mexicano de Salvador Toscano. En 1961, esta misma imagen fue incluida entre los nueve volantes que el TGP realizó para la primera Conferencia Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, que se llevó a cabo en la ciudad de México.

1951
Junto con Adolfo Mexiac elaboró un cartel para el gobierno del Estado Federal de Guerrero. Contribuyó con grabados para la publicación Problemas agrícolas e industriales de México (núm. 3, julio-septiembre). Realizó el grabado Derechos de la clase obrera para ilustrar la sección “La justicia es una farsa del rico, el gringo y comparsa” de la publicación A la cargada, calaveras.

1952
Pintó el mural Solidaridad sindical para el sindicato de la Unión Internacional de Trabajadores Marítimos (ILWU), en Honolulú, Hawai; realizó una serie de litografías donde retomó detalles del mural. Presentó su grabado Guerrillero español en la Primera exposición conjunta de artistas mexicanos y españoles residentes en México, celebrada en el Pabellón de la Flor, en el Bosque de Chapultepec. Realizó el grabado en linóleo Contra la justicia burguesa, contra Truman por la liberación de Campa, que se incluyó en Calaveras a la cargada.

1953
Elaboró, en equipo con Francisco Mora, un cartel para el Cuarto Congreso de la CTAL, realizado en Santiago de Chile, en el mes de marzo. Su litografía Haciendo su arado fue reproducida en el portafolio Mexican Life, Graphic Masterpieces, Depicting the Life and People of Mexico, editado por Latin American Facts Research Bureau, en Nueva York. Participó en el festejo del segundo centenario del natalicio de Miguel Hidalgo, organizado por el Frente Nacional de Artes Plásticas y la Universidad Nicolaíta de Michoacán, con la realización de la litografía Abolición de la esclavitud. M. Hidalgo y Costilla, 1810. Realizó las litografías –que conforman su Serie Atlixco– que ilustran el número 2 de Problemas agrícolas e industriales de México, que se publicó al año siguiente.

1954
Grabadores del TGP realizaron carteles de protesta por la intervención estadunidense en Guatemala. Por tal motivo, Pablo O’Higgins e Ignacio Aguirre exaltaron en un cartel, a partir de un grabado en linóleo, la Amistad México-Guatemala. Alberto Beltrán, Elizabeth Catlett y Alfredo Zalce hicieron lo propio, en defensa de la soberanía del país vecino.

1955
Obtuvo el Premio adquisición, por parte del SPM, en el Segundo salón de invierno 1954-1955, sección de grabado. En colaboración con Adolfo Mexiac trabajó en el grabado Tras la cortina de huesos, que fue incluido en el suplemento Calaveras del periódico ¡Ahí va el golpe!. Realizó una litografía con el retrato del antiesclavista Frederick Douglas, como parte de la serie de retratos hechos por miembros del Taller sobre la historia de los negros en Norteamérica. Los retratos tuvieron como destino la revista Freedom de Nueva York.

1956
Participó con una litografía en el concurso interno del TGP sobre el tema “Retrato de Víctor Marco Antonio”, líder estadunidense que sufrió persecuciones durante el macartismo. Expuso en la muestra 20 años de vida del Taller de Gráfica Popular realizada en el Palacio de Bellas Artes. Llevó a cabo su segunda exposición individual en el SPM. De aquí surgió una de las mayores confusiones sobre el arte de O’Higgins, a partir de una opinión de Diego Rivera escrita expresamente para esta exposición: “Un día la apreciación realmente crítica del arte, dará a Pablo O’Higgins un lugar cercano y fraternal al que ocupa en la historia el genio de Vincent van Gogh”, y que ha sido interpretada equivocadamente, por periodistas y algunos críticos, como si O’Higgins fuera el Van Gogh mexicano.

1957
Obtuvo nuevamente al Premio adquisición, por parte del SPM, en el Salón anual de grabado. Realizó los grabados Juárez y su pueblo y En Acapulco, en equipo con Alberto Beltrán y Sarah Jiménez, respectivamente, para el Tercer Salón Nacional del Grabado, que se llevó a cabo en el Museo del Palacio de Bellas Artes y que tuvo por  tema “Juárez y la Constitución de 1857”. En el mes de noviembre murió Diego Rivera. En algunas de las fotografías del sepelio se ve a Pablo O’Higgins entre las personas que cargan el féretro con el cuerpo sin vida de su maestro y colega. Colaboró en la ilustración del libro de Raúl Villaseñor Corrido grande del TGP y de Diego Rivera.

1958-1959
Pintó el mural exterior, en cerámica opaca, Desde las primitivas labores agrícolas prehispánicas hasta el actual desarrollo industrial petrolero, en el Palacio Municipal de Poza Rica, Veracruz.

1959
Con su litografía El chichicuilotero obtuvo el primer premio en el Salón Anual de Pintura, Grabado y Escultura, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Cabe mencionar que existen dos versiones de esta misma obra, como ocasionalmente hizo con otras obras de su autoría. Contrajo matrimonio con la abogada María de Jesús de la Fuente, originaria de la población de Rayones, estado de Nuevo León.

1960
El TGP donó un conjunto de grabados para una subasta en favor del Instituto Mexicano de Rehabilitación; entre ellas la litografía de O’Higgins Bajando la vela. Además donó, de manera personal, el óleo El guardián. Ejecutó el mural Tenochtitlan libre, en el Teatro José Rubén Romero de la Universidad Michoacana, en Morelia. En ocasión de los 150 años de iniciación de la guerra de Independencia y los cincuenta años de la Revolución mexicana, el TGP realizó la carpeta 450 años de lucha, homenaje al pueblo mexicano, conformada por 156 grabados de 25 de sus miembros. De O’Higgins se incluyeron las litografías en color La destrucción del México antiguo y El pípila, además de un retrato de Melchor Ocampo, grabado en linóleo. Por discrepancias internas se retiró del TGP, junto con Leopoldo Méndez, Alberto Beltrán, Adolfo Mexiac, Mariana Yampolsky, Fanny Rabel y Andrea Gómez. El Fondo Editorial de la Plástica Mexicana editó el libro La pintura mural de la Revolución Mexicana. Allí O’Higgins escribió un texto realizado ex profeso en el que concluyó: “Qué diferencia entre México, un país pobre, lleno de carencias, pero sensible, creador, rebelde, con países ricos, pero sordos a las grandes empresas del hombre en el arte.”

1961
Obtuvo la nacionalidad mexicana, con el carácter de privilegiada. Realizó el mural Mercado interior indígena en el Banco Nacional de Comercio Exterior, en  la ciudad de México. Posteriormente, entre 1963 y 1965, trabajó un conjunto de litografías con temas derivados de este mural.

1962
A propósito de otra exhibición individual en el SPM, la crítica de arte Raquel Tibol escribió: “¿Podemos decir que es limitado un artista que domina tantas técnicas como Pablo O’Higgins? […] litógrafo, xilógrafo, fresquista, ceramista y el óleo y la encáustica y el grabado en linóleo […] ¿O la versatilidad temática es un signo de amplitud artística? […] En este tiempo en que tantos se visten la piel de la moda, con la misma superficialidad con que se pondrían los últimos modelos de ropa, resulta grato, reconfortante, enaltecedor, encontrar un hombre de talento, con la fuerza espiritual suficiente como para ser leal  consigo mismo.”(11)

Como representante de México, O’Higgins formó parte del jurado en la Exposición de Grabado Latinoamericano, en La Habana, Cuba.

1963-1964
Realizó los murales Boda indígena en el pueblo de San Lorenzo, Paisaje tarahumara y Dios del fuego, en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México. En una litografía retomó el detalle de la novia del mural de la Boda indígena.

1965
Tuvo lugar una exposición retrospectiva de su obra en el SPM.

1966-1967
Ejecutó los retratos en litografía de su esposa María (Pensativa) y del impresor del Taller, José Sánchez. Trabajó también la obra El duelo. Entierro en Milpa Alta, que constituye una de sus litografías de mayores dimensiones (70 x 95 centímetros).

1968
Realizó un viaje a la URSS. Como parte de una demostración sobre la técnica de la pintura al fresco, a solicitud de la Unión de Pintores de Rusia, pintó un mural de pequeñas dimensiones, donde representó un maguey, en el edificio del Complejo de Arte Decorativo y Aplicado.

1969
El 8 de febrero murió Leopoldo Méndez. A raíz del deceso de su entrañable amigo, un reportero logró capturar las siguientes palabras de O’Higgins: “Hablar en estos momentos sobre lo que fue, lo que es, lo que será Leopoldo es para mí casi imposible. Su amistad, su cariño, su lealtad, nuestro compañerismo, nuestros esfuerzos, esperanzas y trabajos comunes se amontonan en mi mente y me impiden hablar de él como quisiera. Parece que es necesario petatiarse para que la gente reconozca los esfuerzos de un artista como Leopoldo.”(12) Leopoldo y Pablo se habían prometido retratarse mutuamente. O’Higgins le hizo su retrato al óleo, en 1953, pero Méndez nunca pudo hacer el suyo.

1970
Ilustró con un dibujo la portada de la revista Solidaridad del Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana. En ella, Emiliano Zapata y Ricardo Flores Magón se estrechan la mano para simbolizar la alianza entre campesinos y obreros. En respuesta a la pregunta de una reportera manifestó su opinión sobre el comercio en el arte: “Yo nunca he pintado para vender, el artista no debe tener por objetivo la venta de sus cuadros […] Precisamente mi mayor problema es tener que darle o ponerle un precio a cada pintura o a cada mural.”(13)

1971
Recibió el premio Elías Sourasky, en la rama de arte. Realizó una portada para la revista Solidaridad. El Instituto Nacional de Bellas Artes le rindió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, con la exposición Presencia de Pablo O’Higgins en la pintura mexicana.

1973
A petición de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, elaboró una carpeta con diez litografías.

1975
Elaboró el cartel en homenaje a Salvador Allende Llamado a la juventud, a partir de una litografía.

1976
Realizó una pintura, sobre tablero transportable, donde desarrolló el tema de El Che, durante la guerrilla. Al parecer, la obra se encuentra en la Casa de la Américas en La Habana. El Museo Anahuacalli organizó la exposición Pablo O’Higgins, cincuenta años de labor artística, con la cual ese recinto inauguró sus exposiciones temporales. Lo mismo sucedió en abril de 1995, en el Museo Dolores Olmedo Patiño; manifestación de la amistad entre los O’Higgins y Lola Olmedo.

1980
Realizó su obra Madre ciega que es, al parecer, la última litografía del artista.

Los grabados de Pablo O’Higgins incluyen obras realizadas de 1924 a 1980, justo tres años antes de su muerte, hecho que da idea de la importancia que la gráfica ocupó en su producción artística general y que la ubica en un lugar de igual significación respecto de su obra de caballete y mural. La mayoría de sus grabados tienen antecedentes en apuntes; en algunos de los cientos de apuntes con los cuales llenaba sus libretas de mano, que casi siempre llevaba consigo, para tomar notas y recoger imágenes de la vida de los hombres y mujeres. Otros, en cambio, tienen como referentes acuarelas, óleos, encáusticas o su obra mural. Detrás de cada obra suya hay un análisis meditado, una composición que la estructura, que la sostiene. Basta poner atención en cualquiera de ellas para descubrir su organización basada en la sección áurea, procedimiento legado por los maestros del Renacimiento y que él aprendió de Diego Rivera.

Pablo O’Higgins elaboró sus grabados en diversas técnicas: linóleo, madera, scratch y aguafuertes en lámina de zinc, pero trabajó de manera preferente la litografía, pues le permitía dibujar directamente sobre la piedra, lo que le daba una mayor libertad de expresión. Sus trazos en la litografía son la evidencia del diestro dibujante que se ha ejercitado cotidianamente. De modo que su obra litográfica permite conocer la esencia de su caligrafía personal, además de la extraordinaria fuerza estructural de sus composiciones. Es, en su caso, algo así como un punto intermedio entre el dibujo y la pintura, por la manera de resolver los planos y los volúmenes, a través de la variedad de usos de matices de los grises a los negros sobre la piedra litográfica. Helga Prignitz, a quien actualmente se debe el estudio más completo sobre la historia y la trayectoria del TGP, considera a O’Higgins como “el litógrafo más importante del TGP e incluso del México del siglo XX”.(14)

1983
Pablo O’Higgins murió en la ciudad de México, el 16 de julio. Luego de ser velado en el Palacio de Bellas Artes y en el SPM fue llevado hasta el panteón de Rayones, en Nuevo León, para ser sepultado al lado de sus suegros. De esta manera, María, su Jesusita, dio cumplimiento a su última voluntad. El panteón se ubica a los pies de la Sierra Madre y había sido también motivo de un óleo del pintor, doce años atrás.

A partir de este año se han sucedido, a pesar de los obstáculos y proyectos frustrados, una serie de actividades divulgadoras de su obra (exposiciones y publicaciones) en la mayoría de las cuales está el impulso perseverante de su esposa.

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