Cuentepec, Mor.,
Los pueblos nahuas del occidente de Morelos se declararon en alerta máxima
ante la explotación minera de oro que se cierne en la región. Les crece la convicción de que resistirán a la minería. El pasado fin de semana realizaron, junto con el Congreso Nacional Indígena (CNI), la Primera Asamblea del Pueblo Nahua de Morelos en Contra de la Mineri?a y los Megaproyectos de Muerte en esta comunidad, ubicada en la región rural y montañosa del municipio de Temixco, más conocido como lugar de balnearios turísticos en su proximidad con Cuernavaca.
Este domingo, antes de dar a conocer un decreto
mediante el cual prohíben la minería en sus territorios, en su declaración final describen suscintamente: “Dentro del territorio del pueblo nahua de Morelos, a 500 metros del Sitio Sagrado de Xochicalco, patrimonio de nuestro pueblo y de la humanidad, las empresas canadienses Alamos Gold y Zacatecas Silver intentan el desarrollo de un devastador proyecto minero, parado?jicamente denominado ‘Esperanza’, para la explotacio?n, en tajos a cielo abierto, de oro y plata”.
El proyecto afectara? en forma grave nuestras tierras y territorios ancestrales, los ecosistemas de la regio?n, la subcuenca del ri?o Apa-tlaco, la cuenca del ri?o Amacuzac y el Acui?fero de Cuernavaca, incluidas sus zonas de recarga hi?drica y mantos frea?ticos, asi? como la vida y la salud de aproximadamente unos 200 mil habitantes que viven en las comunidades, colonias y municipios aledan?os de San Agusti?n Te-tlama, Cuentepec, Unidad Morelos, Temixco, Xochitepec, Alpuyeca, Acatlipa, Xochicalco, Tezoyuca, Benito Jua?rez, Aeropuerto, Las Rosas, Francisco Villa, Xochitepec Centro, Miacatla?n, Palpan, Milpillas, Xochicalco y Coatetelco
.
Pocas comunidades conservan a fondo la lengua originaria, pero la identidad nahua se ha reforzado en respuesta a los intentos de explotar el oro y la plata que pudiera haber en su subsuelo, autorizados sistemáticamente por las autoridades ambientales y los recientes gobiernos federales, incluido el actual. Cuentepec parece una excepción, pues en sus calles uno escucha el náhuatl hasta en boca de los niños. Por su parte, Coatetelco logró ser reconocido legalmente como municipio indígena.
A los pueblos nahuas se sumaron activistas del Istmo de Tehuantepec que luchan contra el Proyecto Transístmico, de la península de Yucatán, que se oponen al tren mal llamado maya
, las aguerridas otomíes queretanas que ocupan las oficinas del INPI en la Ciudad de México, y particularmente los pueblos también morelenses que llevan años resistiéndose a la imposición del Plan Integral Morelos.
Preocupación mayor es la inminente nueva manifestación de impacto ambiental por parte de la Semarnat, cuya titular se ha negado a recibir a los indígenas que se oponen a la Esperanza
de los inversionistas canadienses.
Las actividades mineras, concluyó la asamblea, se caracterizan por su alto potencial destructivo de ecosistemas y poblaciones humanas cercanas a los sitios donde estas empresas se instalan
. Destacaron que algunos proyectos mineros aplican te?cnicas altamente destructivas
, como los tajos para la extraccio?n a cielo abierto. Mediante toneladas de explosivos y maquinaria de taman?o descomunal; las empresas, en muchos casos, destruyen serrani?as completas
. Según cálculos de especialistas, por cada tonelada de tierra removida, estas firmas normalmente obtienen apenas medio gramo de oro
. Ello significa que para fabricar un solo anillo, se requiere remover siete toneladas y media de tierra
.
Muy emotiva y ceremonial, la asamblea nahua representa un paso adelante en las resistencias nacionales, algunas casi desesperadas, contra los grandes proyectos extractivistas y de infraestructura (suelen ir juntos) que en el actual sexenio no se han detenido ni, según anuncio presidencial, se detendrán.
Los indígenas sostienen que la destruccio?n del agua no es menos grave. Montan?as completas son excavadas y procesadas con agua concentrada con cianuro, elemento sumamente to?xico que separa el oro. Una vez cianurada la tierra, se depositan montan?as de desechos en escolleras a la intemperie
. Para esta actividad, la empresa tiene derecho preferencial a utilizar agua y electricidad que podri?an abastecer a una ciudad de 200 mil habitantes
.
La actividad minera es conocida por los impactos negativos sustanciales en la calidad y en la disponibilidad de los recursos hi?dricos locales, añade el pronunciamiento. La reduccio?n del nivel de aguas subterra?neas puede incluir la eliminacio?n de flujos de aguas superficiales, la degradacio?n de su calidad y el beneficio de sus usos.
En su análisis, los indígenas estiman que para el gran capital, 70 por ciento del territorio nacional tiene potencial minero, y 35 por ciento fue concesionado entre 2000 y 2010
, mediante ma?s de 29 mil autorizaciones oficiales. A marzo de 2019, las concesiones mineras vigentes eran 25 mil 607
, para una superficie de ma?s de 22 millones de hecta?reas.