dolor, rabia y desamparode una mujer que busca a su hija secuestrada
Puse toda la conciencia y el corazón, dice Arcelia Ramírez, protagonista de la cinta de la rumana Teodora Mihai
La civil es una obra de ficción que retrata una de las partes más dolorosas de la realidad mexicana. Hecha de las historias verídicas que la cineasta rumana Teodora Mihai fue recogiendo de personas que han sufrido en carne propia la desaparición de algún familiar, la película empezó como una investigación documental y terminó convirtiéndose en un drama realista protagonizado por Arcelia Ramírez, en el que una madre desesperada y sin ayuda decide cambiar completamente su cotidianidad para buscar a su hija secuestrada.
Abro los ojos, ¿qué siento? Matar o morirme, es lo que siento cada mañana
, contó Miriam Rodríguez a Mihai mientras investigaba acerca del tema con la intención, entonces, de retratar el punto de vista de los jóvenes que viven con la constante amenaza de desaparecer. Las palabras de esa madre fueron pronunciadas con una fuerza que logró modificar las intenciones originales de la cineasta.
La violencia de las palabras en contraste con su físico de ama de casa, de mamá, era tan grande que necesitaba entrar en diálogo con ella. Esencialmente para comprender por qué y cómo uno llega a esa conclusión
, explicó la directora. A partir de entonces también se comenzó a escribir el personaje de Cielo que cobraría vida a través de Arcelia Ramírez.
La ficción me dio la oportunidad
Me di cuenta de que la ficción iba a darme esta oportunidad, esa libertad, y por eso, para mí, se cerró ese ciclo
, puntualizó Teodora Mihai. La civil es también el primer largometraje de ficción de la realizadora, quien cuenta con experiencia principalmente en cortos y documentales. A pesar de las dificultades que el cambio de formato implicó, la rumana tenía otra motivación para incursionar en una nueva forma de hacer cine. Indicó: Me percataba de que la señora Miriam manejaba información muy sensible, estaba corriendo ciertos riesgos y yo no quería poner en peligro a la señora ni al equipo, ni a nadie
.
Mihai invirtió siete años de su vida para terminar la cinta. Advertí desde un principio de que el tema es una gran herida para México. Justamente, no quería caer en ningún tipo de amarillismo, deseaba tratarlo con mucha sensibilidad y muchos matices. Entonces desde el guion hasta el montaje cuidé mucho eso
, explicó la directora.
Narrar de la mejor manera posible unos hechos tan trágicos como los retratados en La civil requiere de una gran capacidad interpretativa, por eso Arcelia Ramírez lo considera uno de los personajes más importantes de mi vida. El guion y la historia resuenan con lo que todos los días escuchamos en las noticias de este país. Cuántas mujeres, familias, hombres, hermanos, hermanas buscan a sus seres queridos desaparecidos. Es un punto que llega a ser inadmisible
, sostuvo la actriz.
El personaje de Arcelia no es sólo el protagonista de la película, sino también la columna con la que se sostiene, a lo largo de toda la historia se sigue de cerca a Cielo para sentir su angustia, su rabia, su impotencia, sí esa variedad y complejidad de emociones que ella tiene
, agregó.
Con la guía de Mihai, Ramírez fue capaz de encontrar los matices más adecuados para una representación como la que La civil requería. Ella fue la que dosificó, la que le dio volumen a esto y a lo otro. Había que exacerbar tal emoción, que contener tal otra. Normalmente había que contener, había que cuidar mucho el tono, y Teodora tuvo especial cuidado en esto
, detalló la mexicana.
El estilo narrativo de la realizadora rumana también permitió a los actores aprovechar mejor sus cualidades, aspecto que han identificado al desenvolverse en actividades como el teatro. Eso es con lo que uno por lo regular lucha: contra la mecanización, y cómo hacer para que cada función fuera la primera y la última, y ese ha sido como mi gran ejercicio y aprendizaje también, esta necesidad de mantener las cosas vivas cada vez, tener como un objetivo en cada toma a partir de las indicaciones de Teodora
, destacó.
Falta un sistema de justicia sólido
Profundizando sobre su rol, la mexicana también desarrolló un sentimiento de profunda empatía con las mujeres que atraviesan situaciones así. Está otra dimensión que es realmente el riesgo absoluto que tienen las mamás que se ponen a hacer estas búsquedas, el desamparo en el que las dejamos cuando no hay un sistema de justicia sólido que las defienda, las proteja, que resuelva los casos. Estas son las consecuencias: que las mujeres pasan a franquear estas fronteras morales, éticas, físicas. Todos estos universos a los que Cielo accede con ganas de encontrar a su hija, no tendría porqué haber ella vivido todo eso
, reprochó.
En un contexto cinematográfico en el que existen ya varios títulos acerca de las tragedias derivadas de la violencia en México, la actriz señala: ¿Por qué el tema? Pues porque ahí está el problema, porque no hay solución y sigue habiendo casos en la realidad de este problema, que es verdaderamente imposible de concebir que haya tantos
.
Hacer a Cielo ha sido una experiencia agridulce para Arcelia. “Sentí un privilegio exponer el tema desde este punto de vista y complejidad; ponerlo desde esta perspectiva una vez más sobre la mesa, para reflexionar, indignarnos, ocuparnos. Me sentí también enormemente responsabilizada, así que pusimos todo lo que estuvo de nuestra parte: toda la conciencia, la convicción, el corazón, las entrañas, la rabia, el dolor… para dar voz y vida justa a cada uno de los personajes”, abundó.
La directora de La civil, por su parte, cree que es responsabilidad de cada espectador reflexionar y tratar de hacer algo en relación con el problema que plantea. Hay que debatir eso, ver dónde hay que intervenir. Yo soy narradora, no política ni militante; mi trabajo en el mundo es conmover. Es lo que yo intento con las historias que a mí, en primer lugar, me tocan y que quiero compartir con el público
, expuso.
La película que se estrenará el 19 de mayo en salas de cine mexicanas, formó parte de la sección Una Cierta Mirada en el pasado Festival Internacional de Cine de Cannes, en el que Arcelia Ramírez fue ovacionada y la cinta recibió el premio a la valentía.