El Congreso Nacional Indígena (CNI) respalda activamente la que denomina larga marcha por la dignidad y la conciencia wixárika y ha expuesto el recuento de la lucha jurídica y política detrás de esta decisión de emprender el camino para exigir justicia directamente en Palacio Nacional. Autoridades que participan en la referida marcha, con una comisión, avanzaron el pasado 16 de mayo a la Ciudad de México para realizar, en el Centro Miguel Agustín Pro Juárez, una conferencia de prensa en compañía de su abogado Carlos González, quien de nueva cuenta retomó la trayectoria jurídica de la defensa territorial de los wixaritari. Lo destacable y novedoso de dicho ejercicio de comunicación fueron los mensajes políticos. En primer lugar denunciaron que a esa fecha no se habían comunicado con ellos desde Palacio Nacional; en seguida declararon que no son fifís, ni conservadores, son pueblos originarios y, como retomó Gloria Muñoz ( La Jornada, 21/5/21) indicaron que detrás de esta movilización no hay más que su derecho. Ni un partido ni grupo político los dirige. Y concluyeron con una advertencia: no se moverán de la capital del país sin respuesta satisfactoria a sus demandas. Antes que eso, es posible que caravanas de otros pueblos se sumen y hagan presencia en la Ciudad de México, con sus denuncias. Está en curso la estrategia de los Planes de Justicia para algunos pueblos indígenas, el relativo a los yaquis es el central con la participación directa del Presidente de la República, quien el pasado fin de semana en Sonora avaló esbozos de planes para los mayos, los seris y los guarijíos y ordenó recursos adicionales al de los yaquis.
Como antecedente para las comunidades wirrárikas, el pasado 23 de marzo recibió el Presidente a algunos representantes de centros ceremoniales, autoridades tradicionales y comuneros wixaritari de Jalisco, Nayarit y Durango. Plantearon respeto a sus sitios sagrados, en especial al de Wirikuta, en San Luis Potosí. Casi de inmediato y tras una rápida ceremonia para él y su esposa, se comprometió a proteger y conservar los sitios sagrados. Ese día anunció que elaborarían un plan de justicia para el pueblo huichol o wixárika de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas. Más que una esperanza para la marcha que está por arribar a la Ciudad de México, este anuncio es motivo de preocupación, pues, como expresaron en un comunicado del CNI, para ellos no significa nada la promesa de que sus demandas serían incluidas en un nebuloso
plan de justicia. Seguramente les viene a la mente la experiencia de los llamados focos rojos y también la que resultó en agresión poco antes de la llamada 4T, por parte de los ganaderos invasores en un intento de ejecución de una de las sentencias. La respuesta inmediata que exigen, va por el imperio de la justicia.