La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) publicó ayer algunos de los nuevos hallazgos de la misión Gaia, cuyo objetivo es crear el mapa multidimensional más completo y preciso de la Vía Láctea. Es la tercera vez que los datos se hacen públicos, y entre la nueva información se describen extraños terremotos estelares
, movimientos asimétricos, ADN de estrellas y demás detalles arrojados por el estudio más ambicioso jamás realizado sobre el tema.
El mapa permitirá a los astrónomos reconstruir la estructura de nuestra galaxia, así como observar su evolución a lo largo de billones de años, lo que ampliará la compresión acerca del ciclo de vida de las estrellas, así como de nuestro lugar en el universo. La nueva información incluye detalles sobre la composición química, temperatura, color, masa, edad y velocidad radial a la que se mueven 2 mil millones de estrellas en la Vía Láctea.
Los hallazgos fueron obtenidos mediante los datos de electroscopia, técnica en la que la luz estelar es dividida en sus colores constituyentes, como en los arcoíris. La información incluye subconjuntos especiales de estrellas, como las que cambian de brillo con el tiempo. Otra novedad es la del catálogo de astros binarios más amplio de la actualidad, además de la identificación de miles de objetos en el sistema solar, como asteroides, lunas, millones de galaxias y cuásares fuera de la Vía Láctea.
Uno de los descubrimientos que más han llamado la atención es la capacidad de Gaia de detectar terremotos estelares
, descritos como movimientos leves en la superficie de una estrella, lo que altera la forma de los cuerpos celestes. A pesar de que la sonda no fue diseñada para detectar esas oscilaciones, su inesperada capacidad ha permitido observar vibraciones parecidas a tsunamis de gran escala, lo que cambia la forma esférica de una estrella y, por tanto, la hace más difícil de localizar.
“Los terremotos enseñan mucho sobre las estrellas, en especial de su funcionamiento interno. Gaia abre una mina de oro para la astrosismología de las estrellas masivas”, indicó Conny Aerts, de la misión Gaia y de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica.
El material del que están hechas las estrellas puede arrojar información sobre su lugar de nacimiento y su viaje a partir de entonces, lo que también permite conocer la historia de la Vía Láctea. Gracias a Gaia, se ha observado que algunas estrellas de la galaxia están hechas de material primario, mientras otras, como el Sol, están compuestas de materia enriquecida por generaciones anteriores de estrellas.
Los cuerpos más cercanos al centro de la galaxia son más ricos en metales que los más lejanos. Durante el Big Bang, se formaron sólo elementos ligeros como el hidrógeno y el helio, los más pesados, llamados metales, fueron creados dentro de las estrellas, que al morir los liberan en forma de gas y polvo, llamado medio interestelar, donde se crean nuevos astros.
Nuestra galaxia es un crisol hermoso de estrellas
, indicó Alejandra Recio-Blanco, de Gaia y del Observatorio de la Costa Azul, en Francia. “Esta diversidad es muy importante porque cuenta la historia de la formación de la galaxia. Revela los procesos de migración dentro de ella y la acreción de cuerpos ajenos. También muestra claramente que nuestro Sol –y todos pertenecemos a un sistema en constante cambio– se formó gracias un entramado de estrellas y gas de distintos orígenes”.
A diferencia de otras misiones con metas específicas, Gaia es de exploración, lo que significa que al observar el cielo con miles de millones de estrellas múltiples veces, está destinada a hacer descubrimientos que otras misiones más enfocadas podrían pasar por alto. Esta es una de sus principales fortalezas, y no podemos esperar a que la comunidad astronómica se sumerja en la nueva información para descubrir más acerca de nuestra galaxia y sus alrededores
, destacó Timo Prusti, involucrado en el proyecto Gaia.