Miércoles 6 de julio de 2022, p. 4
Las cartas de Frida Kahlo están disponibles nuevamente en librerías mexicanas, después de años que la publicación estuvo agotada. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reditó el libro Escrituras, lo que permite conocer un estilo fresco y desparpajado, la forma en que contaba anécdotas, chismes y sus pensamientos más íntimos para conocer a la persona real, alejada del mito que la mercadotecnia ha explotado en las últimas décadas.
Diego García, coordinador del programa editorial Divulgación de las Humanidades de la UNAM, comenta que tras el furor mundial que ha tenido la pintora mexicana no va a cambiar la imagen que se tiene de ella. Hoy, que se cumplen 115 años de su aniversario, con esta correspondencia personal es posible conocer y hasta querer más a Frida; además, la publicación universitaria se ofrece a un precio muy accesible.
En el libro se han agrupado cronológicamente más de 200 textos, escritos entre 1922 y 1954, recopilados en una labor titánica que hizo la crítica de arte Raquel Tibol. El recorrido biográfico empieza con Frida de 15 años cuando dirige una carta al director de la Escuela Nacional Preparatoria, en la que solicita ser transferida a esta institución. La última, un escrito en el aniversario luctuoso de su amiga Isabel Villaseñor, en marzo de 1954. Siempre estarás sobre la tierra de México viva
, le dedica. Kahlo murió cuatro meses después.
La lectura que se propone permite este acercamiento íntimo, es fantástico, este libro, ordenado cronológicamente, se lee como una novela, avanzando desde que es una chamaquita en la preparatoria. Como no tenemos las respuestas, se queda uno con la intriga
, comenta García, responsable de la edición en el sello Cátedra Universitaria. Su encuentro con Frida fue de niño, recuerda, cuando en el Museo de Arte Moderno le impresionó mucho el cuadro de las Las dos Fridas.
Sin embargo, después surgió cierto prejuicio contra Frida, vino toda esta cosa mercadotécnica por furor que me hizo verla distinto, incluso de no querer ni acercarme al personaje. Pero al momento de llegar a este libro y leer las cartas, me ganó. Pude darme cuenta del gran personaje que es, el gran sentido del humor que tiene, yo casi podría ser otro de los fridomaniacos
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La pintora hace un uso del lenguaje particular, es muy divertido, con un humor muy negro cuando habla de su accidente; es una gran escritora. Tiene una alternancia del inglés al español que puede prefigurar la literatura de los chicanos o los cholos
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La recopilación de cartas de Frida se publicó primero en la UNAM, pues Raquel Tibol llegó a ofrecerlas. Después se llevó la edición al circuito comercial, a Random House, comenta Diego García con motivo del regreso de este texto a la máxima casa de estudios. La redición cuenta con más de cien materiales nuevos, además de que se complementaron y revisaron otros aspectos. Los herederos de Tibol, quien falleció en 2015, fueron los que buscaron a la editorial universitaria.
La reaparición de este trabajo de la investigadora, que hizo cuando aún era joven y recién había llegado a México, también es un homenaje a la crítica de arte, su hijo y su yerno (quien falleció hace poco y alcanzó a ver el libro) lo estuvieron trabajando, completaron varias de las notas originales y revisaron los archivos de Raquel
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