La exposición Estampas de vida y lucha reúne 112 trabajos en donde el artista plasmó temáticas como desigualdad, educación y vida cotidiana, entre otras
La exposición Pablo O’Higgins. Estampas de vida y lucha, que se presenta a partir de este sábado en el Museo Nacional de la Estampa (Munae), reúne 112 obras en donde el artista plasmó temáticas como la desigualdad, la organización social, la educación, el trabajo, la vida cotidiana y algunos hechos históricos en el país.
Bajo la curaduría del historiador e investigador de arte Eduardo Espinosa, la muestra exhibe por primera vez la obra gráfica de Pablo O’Higgins (1904-1983) realizada en 1924, que forma parte de la adquisición más reciente del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
El director del Munae, Emilio Payán, comentó que se trata de la exposición “de mayor número de obras reunidas en un solo recinto. Es muy importante para nosotros porque uno de los sueños del artista era que su obra pasara a ser parte del pueblo de México y con esta muestra se cubre a cabalidad este sueño de Pablo O’Higgins y del Inbal”.
El título de la exhibición, que fue retomado del mural Vida y luchas del pueblo que el pintor realizó en el mercado Abelardo Rodríguez, engloba el trabajo de O’Higgins, por un lado está presente la vida cotidiana, y por otro, la lucha en un sentido de denuncia y también de supervivencia.
“La obra de Pablo O’Higgins refleja los movimientos sociales, las luchas laborales de parte de los trabajadores, campesinos y obreros, no sólo de México porque Pablo hizo murales también en Estados Unidos y esa temática de la organización obrera para lograr los derechos laborales siempre está presente”, indicó Espinosa.
De acuerdo con el especialista en arte, la muestra en el Munae incluye obras gráficas que van de 1924, año en que llegó O’Higgins a México, invitado por Diego Rivera, hasta piezas de 1980. “Estamos hablando de toda su producción artística, la obra gráfica está presente porque él muere en 1983. Pablo siendo un artista extranjero buscó la nacionalidad mexicana y se le otorgó en 1961 en reconocimiento a la labor cultural, educativa y artística que había aportado para México.
En la exposición veremos obra gráfica pero relacionada con el resto de su producción pictórica, especialmente la obra de caballete, acuarelas y también sobre mural. Como primicia hay una obra que no se había exhibido antes, es la de 1924, así que es la primera vez que se muestra de manera pública
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La muestra del pintor, grabador, muralista e ilustrador, que incluye también documentos, apuntes, dibujos, fotografías y videos, está dividida en los núcleos: Los primeros grabados. Contacto con Diego Rivera; Oficios; Lucha contra los totalitarismos; Defensa de la soberanía y lucha sindical; El proceso de creación; Del mural al grabado y Vida campesina.
En el primer núcleo se encuentran los grabados que el artista realizó a su llegada en México, comentó el curador Eduardo Espinosa. También mencionó que O’Higgins tenía 20 años y para él el movimiento muralista significó mucho, ya que era un hombre entregado y conocía lo que sucedía en Europa y todas las vanguardias. Le llamó la atención lo que sucedía en el país porque era reflejo de una realidad, de una nación que acababa de terminar la revolución mexicana, aunque todavía había algunas manifestaciones, pero a él le interesó reflejar la realidad de un pueblo y eso lo repitió a lo largo de muchas entrevistas
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En el apartado de Oficios, destaca de manera especial la obra que el grabador hizo sobre los trabajadores de la construcción. En la muestra tiene especial relevancia la obra El desayuno (1948) pues, además de la versión litográfica, también se muestra la versión al óleo, gracias a la generosidad de la directora del Museo Nacional de Arte, Carmen Gaitán. De esta manera se puede tener un referente directo de la manera de trabajar y resolver un mismo tema en dos técnicas diferentes.
Espinosa indicó que la lucha contra los totalitarismos fue una de las temáticas “muy presentes en la obra de O’Higgins”, y que su filiación a organizaciones como la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y el Taller de Gráfica Popular da cuenta de una actividad combativa. En este núcleo se presentan obras en contra del nazismo, el fascismo, la lucha nacional del movimiento obrero.
También se muestra el cartel El frente soviético es nuestra primera línea de defensa ¡Sostengámosla!, que hacía referencia al inicio de la ofensiva soviética contra el fascismo, en la batalla de Stalingrado en 1942.
En la sección dedicada a la Defensa de la soberanía se presentan obras donde destacan las banderas, porque para el grabador éstas eran símbolo de identidad. Entre las piezas que el público podrá ver están Defensa de Veracruz (1950) y En defensa de la nación (1963).
La exposición finaliza con los núcleos Proceso de creación en donde se ejemplifica cómo el artista lleva una idea a otra para mostrar una situación o una problemática específica. Aquí se toma el caso de la imagen de una mujer acompañada de su hijo, que se ve en diferentes grabados.
En Del mural al grabado se muestra que la mayoría de los grabados del artista tienen antecedentes en apuntes, con los cuales llenaba sus libretas de mano para tomar notas y recoger imágenes de la vida de hombres y mujeres.
Vida campesina es el apartado que muestra lo importante que fue para O’Higgins recuperar los actos de la gente, sus hábitos, sus trabajos, sus fiestas, su modo de vida. El artista recorrió la Ciudad de México, sus alrededores, así como varios estados del país para recoger directamente testimonios de la vida campesina e indígena y dibujó pies sin huaraches, hombres y mujeres que duermen sobre la tierra del campo que cultivan y al campesino que debía elaborar su propio arado o construir su propio hogar.
La muestra Pablo O’Higgins. Estampas de vida y lucha se inaugura hoy a las 15 horas en el Munae (avenida Hidalgo 39, Plaza de la Santa Veracruz, colonia Centro).