Casullas y elegantes levitas, la empresa española tiene de todo, cuenta su director general
Algete. Con la La casa del dragón, La corona y Dune entre sus clientes, la sastrería española Peris Costumes se volvió en pocos años un jugador de peso en el cine y la televisión, gracias a un enorme stock de vestuario, elogiado por productoras del mundo.
Armaduras de caballeros, uniformes de marineros, casullas de sacerdotes o elegantes levitas. Aquí hay de todo
, contó entre risas Javier Toledo, director general de esta empresa madrileña, frente a estantes repletos de disfraces y accesorios que esta sastrería guarda en Algete, una localidad de 20 mil habitantes en las afueras de la capital española.
A su alrededor, maniquíes con prendas del siglo XVIII están colocados junto a carteles de largometrajes que han sido clientes de Peris Costumes en los años recientes. Ya son muchos
, admitió con voz grave voz este empresario de 63 años, de barba cuidada y pelo blanco.
Al frente del grupo desde 2012, ha hecho de esta empresa familiar, fundada en Valencia en 1856 por sastres especializados en vestuario para el teatro, uno de los líderes mundiales en el alquiler de prendas para la industria audiovisual.
Una historia de éxito muy ligada al auge de plataformas como Netflix, Disney+ y HBO. Nos hemos acoplado a los cambios que se han producido en el mercado
con el auge de las series
, explicó Javier Toledo.
Cuando compró la empresa hace 10 años, Peris Costumes contaba con sólo 10 trabajadores, todos en Madrid.
Actualmente, el grupo emplea a 250 personas y tiene oficinas o talleres en 15 capitales, entre ellas Budapest, Berlín, París y Ciudad de México.
En el primer semestre hicimos unas 600 producciones, y queremos cerrar el año con más de mil proyectos
, se jactó Myriam Wais, directora de marketing del grupo.
Los anillos de poder, Cruella, Marco Polo, superproducciones que demandan vestuario de época o fantástico, figuran entre las películas y series que han elegido a la empresa madrileña.
Prefieren alquilar vestimentas
Esas producciones prefieren alquilar las vestimentas en vez de fabricarlas.
Pretender fabricar en este momento un vestuario desde cero es prácticamente imposible, por el tiempo y los costos que ello supone
, sostuvo Javier Toledo.
Además, tener acceso a ropa usada y envejecida por el tiempo gusta a los productores
, destacó.
Para engrosar su catálogo, Peris Costumes ha adquirido a través de los años varios millones de piezas, entre vestidos, calzado, sombreros y uniformes a importantes estudios cinematográficos, como Warner Bros. Este material complementa las colecciones fabricadas en sus talleres.
En total, tenemos más de 10 millones de piezas
, entre vestimenta y accesorios, lo que sería el vestuario más grande del mundo
, afirmó Myriam Wais, mientras hacía un repaso de los estilos y las épocas más solicitados.
En una sala contigua, un grupo de cuatro costureras trabajaba unas piezas de cuero, mazos y pinzas en mano. “Ahora, laboramos para los stocks, pero también tenemos pedidos”, precisó Wais.
La joyería tiene su propia sala, donde se almacenan cerca de 20 mil piezas, incluidas las joyas que usó Elizabeth Taylor en Cleopatra y las cruces de Jude Law en la serie The Young Pope.
En Peris Costumes, la regla es que nada se desecha, ni siquiera lo dañado durante un rodaje.
“Tenemos un pasillo que se llama The Walking Dead, en el cual ponemos todo lo que esta agujerado o quemado, pero que se puede reutilizar”, añadió Wais, en referencia a la popular serie estadunidense de muertos vivientes.
Para dar una segunda vida a su vestuario, y respondiendo a solicitudes de sus clientes, la sastrería española comenzó recientemente a digitalizar parte de su catálogo utilizando un estudio equipado con 144 cámaras de alta resolución.
Este servicio, bautizado como Peris Digital, permite crear imágenes 3D
de las prendas, que pueden ser usadas durante la posproducción
, indicó Wais. Un vestuario igualmente apreciado, según la empresa, por los videojuegos.