Artes visuales

Germaine Gómez Haro

Con mi admiración a todas las mujeres

artistas rebeldes de ayer y de hoy.

El Museo Kaluz abrió sus puertas en 2020 en el portentoso edificio virreinal que fuera antiguamente la Hospedería de Santo Tomás de Villanueva, mejor conocido como el Hotel de Cortés, ubicado en Avenida Hidalgo 85, Centro Histórico. El museo es sede de la Colección Kaluz, reunida por el empresario Antonio del Valle Ruíz, e integrada por pintura mexicana y del exilio español de los siglos XVIII al XXI. La exposición que se presenta actualmente en este recinto restaurado por el arquitecto Francisco Pérez de Salazar, surge del diálogo entre las mujeres artistas que forman parte de la colección y otras creadoras de varias generaciones y trayectorias diversas, a través del cual se plantea un nuevo discurso en el campo de la historia del arte feminista. La exposición (Re)generando… Narrativas e imaginarios. Mujeres en diálogo, proyecto de la curadora, académica y especialista en estudios de género Karen Cordero Reiman, va mucho más allá de una muestra colectiva de mujeres artistas: “El discurso de la exposición –me explica en el recorrido de la exhibición integrada por 109 piezas de sesenta y cinco autoras– tiene que ver con la idea de recuperar lo que han sido los principales aportes de la historia del arte feminista y tratar de difundir esas maneras de reconsiderar y re-narrar la historia del arte, proponiendo formas de imaginar otros futuros posibles. El arte es un vehículo superpoderoso para entender y mostrar otras maneras de convivir en la sociedad.” De ahí que el guión curatorial tenga como punto de partida la pregunta lanzada en 1971 por la investigadora estadunidense Linda Nochlin en un artículo pionero que aún sigue vigente: “¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?” Aunque se ha avanzado en el reconocimiento de las mujeres en el campo del arte, es un hecho que a la fecha no se ha superado el trato desigual en colecciones y exposiciones museales, y no se diga en el mercado del arte. Esto queda patente al comienzo de la exhibición, donde se muestra una serie de gráficas que arroja el exiguo porcentaje de mujeres en las colecciones de los principales museos públicos y privados de nuestro país, realidad que no difiere del resto del mundo.

A partir de una mirada aguda y una reflexión crítica, Karen Cordero conforma un diálogo intergeneracional entre las artistas de trayectorias y medios creativos muy diversos a partir de tres núcleos temáticos que guían al espectador: las secciones Cuerpxs, Entornos e Imaginarios evocan los géneros del retrato, el paisaje y los mundos oníricos, generando preguntas y cuestionamientos, entre los que reverbera una reflexión central: “¿Cómo contribuye la obra de las mujeres artistas a transformar su contexto, y a concebir y crear otros futuros?”

La exposición se complementa con un espléndido libro-catálogo que cumple con su objetivo didáctico y documental a través de cinco ensayos puntuales de destacadas investigadoras especialistas en estudios de género, incluyendo a la propia curadora: Ana Garduño, Deborah Dorotinsky Alperstein, Silvana Gesualdo, Dina Comisarenco Mirkin, y una sugerente conversación entre la artista y feminista Mónica Mayer y la escritora y tejedora Miriam Mabel Martínez, quienes cavilan si el trabajo de las mujeres artistas contribuye a transformar nuestro país.

Esta exposición, con la profunda labor de investigación que la precede, tiene como finalidad propiciar el rescate de las mujeres artistas que siguen invisibilizadas en la aún potente estructura patriarcal que prevalece a nivel global, así como la recuperación de biografías y trayectorias de creadoras relevantes de ayer y de hoy. “Así, la multiplicidad de voces, metodologías y representaciones que entran en diálogo en la exposición se enriquece con nuevas aportaciones que abren un proceso continuo de concienciación y crecimiento, que compartimos con públicos muy diversos.”

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