borrar fronteras entre lo culto y lo popular
Digamos que somos un ensamble barroco, pero a la moderna
. El compositor y guitarrista Gerardo Tamez resume así el perfil del cuarteto Tierra Mestiza, del cual es director y que este 2023 llega a su mayoría de edad consolidado como un punto de encuentro entre músicas, épocas, géneros, lenguajes, intérpretes y amigos.
Han sido 18 años de borrar prejuicios
y fronteras entre lo culto y lo popular
, la tradición y la innovación, técnicas y estilos, afirman sus otros tres integrantes: la arpista Mercedes Gómez, el violinista Teodoro Gálvez y el percusionista, flautista y cantante Carlos García.
La agrupación comenzará los festejos con un concierto en el Con-servatorio Nacional de Música hoy a las 18 horas en el auditorio Silvestre Revueltas (avenida Presidente Masaryk 582, Polanco).
El programa muestra la amplia versatilidad que caracteriza a este proyecto, al incluir obras barrocas, sones jarochos y huastecos, piezas de corte académico y contemporáneo, entre ellas el Danzón número 2, de Arturo Márquez, además de repertorio propio, escrito por Gerardo Tamez y Carlos García.
Esta presentación, abierta al público sin costo, servirá de preámbulo a tres actuaciones del cuarteto en París, Francia, el 30 y el 31 de marzo, así como el 1º de abril, invitado por la embajada de México y la casa de arpas Camac.
Fundado en 2005, el Ensamble Tierra Mestiza ha centrado su quehacer en difundir la música de concierto mexicana y latinoamericana nutrida en las raíces del folclor y la música popular. Su repertorio abarca desde piezas del barroco mexicano hasta creaciones actuales, con arreglos de compositores como Astor Piazzolla, Heitor Villa-Lobos, Arturo Márquez y el propio Tamez.
Es un recorrido desde el son colonial hasta nuestros días y su unión con géneros como el fandango, el danzón y el son, señala Mercedes Gómez: Cada uno de nuestros conciertos es un viaje histórico en el que destacamos la importancia de las raíces barrocas novohispanas, cómo se fueron tomando esos elementos en nuestra música popular y luego cómo compositores contemporáneos se han nutrido de ese folclor para hacer sus propias creaciones
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Para Gerardo Tamez las fronteras entre lo culto y lo popular en la música resultan un sinsentido, pues considera que la única diferencia debe ser en términos de calidad: Es un cliché decirlo, pero sólo hay música buena y mala. Lo que queremos e intentamos siempre es tocar música buena, sin importar si se trata de un son o una pieza de concierto. Aún hay prejuicios entre los músicos académicos y los populares que no deberían existir
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Según el compositor, el Ensamble Tierra Mestiza es resultado de la resistencia, el empeño y la resiliencia a lo largo de 18 años, ya que cada uno de sus integrantes tiene sus propios proyectos. Lo que los mantiene unidos, dice, es la amistad, pero sobre todo el amor a la música y al proyecto.
“Hemos tenido problemas, descalabros, pero siempre hemos salido adelante, porque es un proyecto en el que realmente creemos. Lo que prevalece no sólo es el amor a la música, sino también una mente abierta. Por ejemplo, Teodoro (Gálvez) proviene de una formación académica bastante rígida y muy buena al haber estudiado violín en el Conservatorio de Moscú, pero aquí tuvo que abrirse a otro tipo de interpretación, para que podamos dar el estilo que se necesita.
Quizás no lo que hacen los grupos folclóricos, pero sí muy cercano y, además, también tenemos el derecho y el privilegio de tocar nuestra propia música en nuestras propias versiones y con nuestros instrumentos, que, por cierto, son antiguos. Digamos que somos una especie de ensamble barroco, pero a la moderna.