La productora se adentra en la historia de 10 reclusas de Santa Martha Acatitla que presenta en una serie que transmitirá Canal Catorce
Con dos personas más, la productora Carmen Huete se introdujo al interior de la penitenciaría de mujeres de Santa Martha Acatitla, marco en el cual muestra la intimidad de 10 internas, un crisol de historias que crean la serie de televisión Cartas para la libertad, que se estrenará el 25 de marzo como parte de la nueva barra de programas de Canal Catorce.
Son 10 capítulos que se titulan con el nombre de cada una de las reclusas que, generosas, compartieron sus vidas a través de testimonios directos y de cartas que escribieron hacia la libertad, a la familia y a sus procesos.
No es una serie sobre la mente criminal ni cómo estuvo el delito. Lo esencial es la necesidad de hablar de los porqués, de las causas que llevan a estas mujeres a esta situación
, contó la productora en entrevista con La Jornada.
“Somos mujeres invisibles, pero también historias que deben ser contadas; expedientes que tienen que ser revisados…”, cuenta el capítulo Alma, reclusa por fraude y quien se casó dentro y dio luz a dos niños, los cuales, llegando a los seis años, por ley, se tuvieron que ir.
Sin morbo
“Eso es fuerte…”, asegura Huete. Y por eso, Cartas… entra al interior de ellas. No veremos morbo, sino humanidad. Si se les diera la oportunidad de hablar o si un juez o impartidor de justicia se diera a la tarea de escucharlas, creo que no habría corazón que permitiera que los procesos se dieran de tan mala manera. Hoy me cuentan que se mueven las cosas y se dan beneficios, pero también están llegando muchas y muy jóvenes, y ante ello deberíamos hacer algo
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Huete, quien también produjo para este canal la serie Mujeres con causa, comenta que en algunas de esas cartas fue escrito el delito en el que se vieron involucradas. Eso lo hace diferente. Hay largas y otras cortas, pero en todas está hay esencia, humanidad
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En su proyecto, que sólo tuvo como equipo de producción, además de ella, a Armando Meneses e Isaí Rivera, se encontró con gente que le abrió su corazón, lo que te cambia la vida. Tenía el deseo de hacerlo por una especie de responsabilidad social, pero nunca dimensioné a los seres humanos que iba a conocer, con sus historias tan desgarradoras
, agrega Huete, quien adelanta lo que versa en el primer capítulo, Adriana, historia de quien cometió un homicidio para prevenir un feminicidio
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También está la de Silvia, quien desde niña soñaba con pertenecer al Ejército mexicano. Dedicó su vida a la docencia dentro de la institución de forma ejemplar. En 2011, sin darse cuenta, fue utilizada para encubrir una red de pederastia dentro del ejército, o el de Marisol, quien sufrió una infancia llena de abusos que más tarde la harían depender de las drogas. Sus adicciones la llevaron a estar en el lugar de los hechos de un homicidio del cual se le acusó. Otro capítulo se enfoca en Erick, quien sufrió abusos, violencia y rechazo durante su infancia por ser transexual. Pasó gran parte de su vida buscando oportunidades. Eso lo llevó a verse envuelto en una red de trata de personas y fue sentenciado a 15 años de prisión.
Huete afirma que las historias coinciden, pero hay un detalle que las une: que hay mujeres que prefieren vivir internadas que en libertad, algo está pasando afuera, y ese algo nos compromete a todos como sociedad
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Y ella comienza con esta investigación, con este trabajo que desea que conozcan todos: Es una oportunidad de ver algo en televisión abierta que hará reflexionar. Ante la cámara y con toda sus letras todas insisten en que son inocentes y las que no lo son, tuvieron un proceso judicial deficiente. Entonces, es un tema con aristas como el abandono. Puedes ver las filas de las visitas en las cárceles para hombres y están muchas personas, pero en el de mujeres no se corre con esa suerte, porque a los pocos años las familias las abandonan
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Sin embargo, se mueve, porque una de ellas le dijo que adentro es un micromundo en el que trabajan, aprenden
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Carmen asegura que su trabajo no pretende juzgar si son inocentes o no, sólo suelta su serie a modo de aportación y deja parte de su vida en ella, por lo que no dejará de agradecer, además de a sus increíbles protagonistas, a la directora del penal Santa Martha Acatitla, María del Carmen Serafín Pineda, y a Tania Guadalupe Aguilar Díaz, que les dieron las facilidades para entrar a filmar al centro.