Fray Pedro de Gante, fue quien ciertamente inicio la evangelización en la Nueva España.
Los Primeros Franciscanos en la Nueva España
Los primeros Frailes Franciscanos en llegar a la Nueva España fueron fray Pedro Melgarejo y fray Diego Altamirano, quienes venían en las tropas de Cortes al servicio pastoral de los soldados. Dado que venían como capellanes castrenses y no como misioneros, su participación en la evangelización tuvo poca relevancia.
Un segundo grupo de tres franciscanos de origen belga llego en 1523. De los cuales dos viajaron con Cortes en su incursión a Honduras y fallecieron en el trayecto. El otro, Fray Pedro de Gante, fue quien ciertamente inicio la evangelización en la Nueva España.
La primera misión realmente estructurada llegó a México el 13 de mayo de 1524 con doce frailes encabezados por fray Martín de Valencia y quienes posteriormente fueron denominados como «los doce apóstoles«. La misión llegó con dos objetivos: la evangelización y conversión de los indígenas y la legitimización de su origen al linaje de Adán. Conocer más de: Los doce apostoles de México
Los Franciscanos veían en la Nueva España las condiciones óptimas para construir una sociedad bajo los preceptos de las enseñanzas de Cristo. Su ideal de conquista espiritual era ganar almas entre los indios con la ideología de retornar a los fundamentos del cristianismo original por el que habían luchado en Europa desde el siglo XIII y ahora se presentaba la ocasión para llevarlo a cabo en el Nuevo Mundo. Así pusieron en práctica un proyecto educativo, cuyo objetivo central estuvo dirigido a contribuir en la reorganización social de los pueblos indios, asegurando su autosuficiencia económica, además de su autonomía social y política.
Al poco tiempo de su llegada fundaron la Provincia del Santo Evangelio y dividieron el grupo para distribuirlo en cuatro conventos, que atenderían a las regiones más densamente pobladas de los valles centrales: México-Tenochtitlan, Texcoco, Tlaxcala y Huejotzingo. Desde estos centros se extendió la acción evangelizadora en la zona central de México y al terminar el siglo XVI la Provincia del Santo Evangelio tenía 64 conventos en pueblos del altiplano mexicano.
Desde aquí los franciscanos parten hacia el norte hasta alcanzar grandes territorios que hoy forman parte de los Estados Unidos; y hacia el sur, atravesando Centroamérica, camino del Perú. De la Provincia del Santo Evangelio, salieron las restantes provincias franciscanas de México. En 1559 la de San José de Yucatán, en 1565 la de San Pedro y San Pablo de Michoacán y en 1599 las de San Diego (Descalzos), San Francisco de Zacatecas y Santiago de Jalisco.