La ciudad gaditana acoge la novena edición del congreso de la lengua // Reunirá a más de 300 académicos // Se discutirá sobre IA, metaverso y nuevas tecnologías
Cádiz.
La ciudad de Cádiz acoge desde hoy la novena edición del Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), que en origen iba a celebrarse en Arequipa, Perú, pero finalmente se decidió cambiar de sede por la situación política en el país andino a raíz de la destitución y encarcelamiento del presidente Pedro Castillo.
Entre los temas a debatir en el encuentro trianual, que en esta ocasión reunirá a más de 300 académicos, expertos, escritores y periodistas, destacan el mestizaje lingüístico y la relación entre las lenguas originarias de América y el español.
También se hablará de los retos a futuro con la mirada puesta en la Inteligencia Artificial (AI), el metaverso y las nuevas tecnologías.
El español es la tercera lengua más hablada del mundo, sólo superada por el inglés y el chino, si bien su expansión es intensa en muchos países y regiones, como Estados Unidos y Europa, con una comunidad que ya supera 550 millones de personas.
El CILE es una de las citas más importantes para la comunidad de académicos que forman parte de Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), que son finalmente los que van acordando las reglas, los cambios en las normas, los nuevos vocablos que se van incorporando a nuestro corpus idiomático a través del uso cotidiano del idioma. Estas citas, que se suceden cada tres años, han tenido importantes controversias a lo largo de su historia, como la propuesta que hizo en su día el premio Nobel Gabriel García Márquez con su discurso Botella de mar para el Dios de las palabras, de simplificar la gramática antes de la que gramática termine por simplificarnos
, y abogó por jubilar la ortografía, terror del ser humano desde la cuna
.
En ese histórico pronunciamiento, el autor colombiano advirtió: “Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devuélvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos”. Algunas de estas cuestiones son hoy una de las prioridades de los académicos, como el lenguaje científico y técnico, o la relación del español con las lenguas originarias.
Los preámbulos de esta novena edición del CILE fueron algo accidentados, sobre todo porque la decisión de cambiar de sede se adoptó in extremis, a finales de diciembre pasado, y cuando Perú estaba inmerso en una grave crisis política y social. El cambio también provocó que la confección de los programas académico y cultural se terminaran de cerrar casi a última hora, sólo unas semanas antes de su celebración. La intención era mantener intacto lo que ya estaba previsto para Arequipa, pero con algunas modificaciones que tuvieran relación con la nueva sede del encuentro, Cádiz, ciudad profundamente vinculada a la historia de América Latina, no sólo por la Constitución de 1812, sino porque fue durante siglos una de las puertas de entrada y salida para el comercio entre ambos continentes.
Idioma, indigenismos y afrodescendencia
El lema de este congreso es Lengua española, mestizaje e interculturalidad: Historia y futuro
, en el que se pretende analizar y debatir sobre una amplísima red de asuntos que afectan de forma directa al uso de nuestra lengua y a la comunidad que lo habla. Por ejemplo, el español y las lenguas originarias en Mesoamérica y el Caribe; el espacio andino, las lenguas originarias y el español; las lenguas originarias de América del sur y el español; la afrodescendencia en relación con la lengua y la cultura hispánica; contactos fronterizos entre el español y el portugués; convivencia e hibridaciones del español con el inglés; las relaciones entre las lenguas ibéricas e indigenismos en el diccionario general.
Los organizadores del encuentro fueron en esta ocasión la Real Academia Española (RAE), el Instituto Cervantes, el ministerio de Asuntos Exteriores y el ayuntamiento de Cádiz. Los invitados son en su mayoría académicos, más de 100 y procedentes de todos los países de habla española, además de numerosos y destacados escritores e investigadores, como Juan Villoro, Eduardo Matos Moctezuma, Sergio Ramírez, Alonso Cueto, Gioconda Belli, Enrique Vila Matas, Martín Caparros, Hugo Mújica, Héctor Abad Faciolince, Santiago Roncagliolo, Carlos Franz, Horacio Castellanos Moya, Juan Carlos Chirino, María Dueñas y Soledad Puértolas, entre otros.
A lo largo de la historia de los CILE se ha intentado que cada tres años las sedes vayan rotando de países, y así ha sido desde la primera edición, que fue en Zacatecas, en 1997, después fue en Valladolid, España (2001); Rosario, Argentina (2004); Cartagena de Indias, Colombia (2007); Valparaíso, Chile (2010); Panamá (2013); Puerto Rico (2016), y Córdoba, Argentina (2019).
La inauguración del encuentro estará presidido por los reyes de España, Felipe VI y Letizia, además del ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español, José Manuel Albares. En el acto de apertura, que se celebrará en el Gran Teatro Falla, también hablarán el premio Cervantes 2017, el nicaragüense Sergio Ramírez; el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado; el director del Instituto Cervantes; el poeta granadino Luis García Montero, y la académica española Soledad Puértolas. Al encuentro no acudirá el único Nobel vivo que escribe en español, Mario Vargas Llosa.
Además del análisis del lugar de la lengua española en un mundo globalizado, el congreso pondrá también el foco en asuntos de actualidad, como los retos de la IA o la importancia de la lengua en el desarrollo científico.
Durante el CILE también se presentarán dos libros importantes de la Academia: la Crónica de la lengua y el Diccionario panhispánico de dudas, que estuvo recientemente en medio de la polémica por el asunto de la tilde en el adverbio sólo
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