La expansión del cristianismo y el hielo en la atmósfera
Constantino observó junto a sus soldados una cruz de luz en el cielo, con el lema en griego «Con este signo vencerás».
Después de la Crisis del Siglo III, un periodo de convulsiones sociales y económicas, Roma era gobernada por una Tetrarquía, dos Emperadores Augustos y dos subalternos y sucesores Césares, se repartían el Imperio en oriente y occidente.
En el año 306, el Emperador Augusto Constancio muere en Eboracum, hoy York, Inglaterra. En su lecho de muerte pide a sus generales y soldados nombrasen Emperador a su hijo Constantino. Mientras Roma nombra a Majencio, ambos con el título de Emperador Augusto de occidente. Lo que no podía ser.
El 27 de octubre del 312, Constantino marchaba hacia Roma, cuando observó, junto a sus soldados, una cruz de luz en el cielo, con el lema en griego «Con este signo vencerás».
Esa noche, según Lactancio, Constantino recibió en sueños el consejo divino de marcar a su ejército con la cruz, el símbolo de los cristianos. Mientras que Eusebio de Cesáreo menciona que el símbolo era el crismón, las letras griegas X (ji) y P (ro), una encima de la otra, con las que inicia el nombre griego Xristós (Cristo).
Al día siguiente, el 28 de octubre, Majencio se coloca en la orilla del río Tíber, cerca del puente Milvio, semidestruido, para controlar la entrada a Roma y manda a construir un puente temporal de barcazas. La posición de sus soldados es viendo al campo y dándole la espalda al río. Craso error, pues de esta forma los soldados no tienen capacidad de movimiento, quedan atrapados entre los contrincantes y el río. Sun Tzu en su Arte de la Guerra (s. V a. C.) menciona en IX. 3: «Después de cruzar un río, debes alejarte de él».
Una vez en posición, Constantino estudia a su contrincante y envía a la caballería, dirigiéndola él mismo y destroza la caballería del ala izquierda de Majencio. Luego, envía a la infantería que pelea con ferocidad, las tropas de Majencio pierden el orden, algunos huyen y otros son empujados al río, ahogándose muchos.
El cuerpo de Majencio fue rescatado para decapitarlo y pasear su cabeza cómo símbolo de la victoria de Constantino.
Constantino cumplió su promesa, permitió el cristianismo y se bautizó. Organizó el Concilio de Nicea y donó al Papa Silvestre I, lo que se convirtió en la Sede Papal, Basílica de San Juan de Letrán, en Roma. Sin embargo, hay que hacer algunas observaciones a la historia oficial.
Constantino se bautizó, pero no de inmediato, sino 25 años después, en el 337, en su lecho de muerte. Ya que, al parecer, se mantuvo fiel a su religión, la del Sol Invictus.
Además, el Edicto de Milán del 313, no solo permitió el cristianismo, sino que todos los cultos eran ahora libres. Aunque el cristianismo era el de rápido crecimiento. Inició entonces un periodo llamado la Paz de la Iglesia. El cual no fue pacífico en lo absoluto, pues en el año 314 se da la persecución de los paganos. Se prohíben la estatuas de los antiguos dioses, se destruyen sus templos y asesinan a muchos de sus seguidores y sacerdotes.
El cristianismo se volvió religión oficial del Imperio hasta el año 380, mediante el Edicto de Tesalónica, impulsado por el Emperador Teodosio I.
Parhelio
Bajo ciertas condiciones atmosféricas, se observa al Sol en el centro de una cruz de luz, flanqueada por dos soles, rodeado por un halo a 22º del Sol.
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