Antonio Gutiérrez, uno de los más talentosos grafistas del arte popular
Inauguran hoy muestra del dibujante de Rarotonga // Incluye 50 originales y algunos objetos que adquirió en su viaje a las islas del Pacífico Sur para hacer la historieta
La historieta popular mexicana fue desdeñada durante décadas, es momento de recuperarla y revalorarla a través de las obras de sus creadores
, consideró el narrador gráfico y en prosa Bernardo Fernández, Bef, sobre la exposición Antonio Gutiérrez: El arte de Rarotonga, que se inaugura hoy a las 18 horas en el Museo de la Ciudad de México.
El autor de la saga de novelas policiacas Tiempo de alacranes y del cómic Habla María, con el cual busca promover la comprensión hacia los trastornos del espectro autista, explicó en entrevista que Antonio Gutiérrez (1920-2006), “el más espléndido dibujante mexicano de la época de oro de la historieta nacional, fue devorado por el olvido. Las historietas que él ilustraba circulaban por millones y hoy, si acaso, se recuerda el nombre de su guionista, Yolanda Vargas Dulché, quien por cierto no fue la creadora de Rarotonga, sino su esposo, Guillermo de la Parra.
La exposición es un merecido homenaje a uno de los más talentosos grafistas de nuestro arte popular. Esta exposición no implica que el maestro Gutiérrez sea más meritorio de ello que otros dibujantes, al contrario, ojalá fuera la primera de muchas que celebren a quienes a través de la historieta construyeron una sólida identidad nacional y ayudaron a cimentar la cultura popular mexicana, una historieta hoy olvidada y sepultada por los superhéroes estadunidenses y los manga japoneses.
Trabajos rescatados
Bef, ganador del reconocimiento compromiso con las letras de la Feria Nacional Libro de León de 2021, y del galardón Memorial Silverio Cañadas en la Semana Negra de Gijón en 2006, entre otros premios, indicó que en la muestra “veremos expuestos por primera vez 50 originales de Antonio Gutiérrez, los cuales fueron rescatados de su inminente destrucción hace muchos años y que al lado de una serie de objetos relacionados con la historieta de Rarotonga, podremos apreciar el gigantesco trabajo gráfico que implicaba la creación de un cómic con la técnica del medio tono, un trabajo muy detallado que se perdía a la hora de la reproducción.
Conoceremos un poco más sobre este emblemático personaje femenino y la historia detrás de su creación, pero, sobre todo, honraremos, como merece, por primera vez a quien fue considerado por sus contemporáneos el más talentoso dibujante de historietas de su generación
, entre ellos Ángel Mora, creador de Chanoc, y Sixto Valencia, ilustrador definitivo de Memín Pinguín.
A su vez, Laura Nallely Hernández Nieto, investigadora de la caricatura y el cómic mexicanos, curadora de la exhibición junto con el diseñador Alfonso Acosta, nieto del artista, adelantó que también podrán verse “algunos de los objetos que Gutiérrez adquirió en un viaje a las islas del Pacífico Sur (invitado por Vargas Dulché y De la Parra, para documentarse antes de realizar la historieta), como una mascarita y dos collares, y un texto donde el músico Joselo Rangel, fundador del grupo Café Tacvba, explica por qué escribió la canción Rarotonga.
Acosta comentó que “entre los originales expuestos, se encuentra uno (la página 1 del número 627 de la revista Lágrimas, risas y amor, en la que se presentó Rarotonga), cuya creación presencié en vivo, asomado en la orilla del restirador de mi abuelo mientras lo dibujaba”.
Hernández Nieto, doctora en historia del arte por la Universidad Nacional Autónoma de México, maestra por la misma institución, y licenciada en comunicación social por la Universidad Autónoma Metropolitana, expuso que como curadora, me impresionó ver el minucioso proceso de investigación de Antonio Gutiérrez. Me emocionó ver que este autor armó un archivo personal de imágenes de las cuales nutría su trabajo. Eso habla de un artista comprometido con sus lectores
.
La inauguración de Antonio Gutiérrez: El arte de Rarotonga es hoy a las 18 horas en el Museo de la Ciudad de México, ubicado en Pino Suárez 30, en el Centro Histórico de la capital del país.