Pedro Almodóvar llevó a Cannes un western gay sin sexo explícito: «Quiero mostrar el placer de otro modo»
«Extraña forma de vida», con Pedro Pascal y Ethan Hawke, dura media hora.
«Decidí no mostrar físicamente desnudos, sino sus voces desnudas», dijo.
“Cannes es el mejor lugar” para vivir el cine, dijo el realizador manchego a la multitud que llenó la Sala Debussy, allí donde tuvo lugar el Rendez-vous avec Pedro Almodóvar, encuentro en el que se proyectó el mediometraje seguido de una serie de preguntas y respuestas.
“Vean las bellezas que están conmigo -dijo Pedro, señalando a Ethan Hawke y a los cuatro jóvenes que lo acompañaban en el escenario de la Sala Debussy-, son muy buenos actores, y están muy bien en sus papeles».
Y continuó: «Quiero agradecer especialmente a Ethan, que ha venido desde los Estados Unidos. Hacía tiempo que quería trabajar con él, y lo conseguí. Ahora somos buddies (compinches). Gracias por venir en un día de lluvia», dijo al público, que aplaudiría cada vez que el nombre Almodóvar apareciera en la pantalla.
Media hora de cine, con dos bandidos
Extraña forma de vida es un mediometraje que dura 30 minutos, protagonizado por Ethan Hawke y Pedro Pascal, el actor al que últimamente lo vemos empuñando armas, sea como The Mandalorian o en la serie The Last of Us. Pedro, nacido en Chile y nacionalizado estadounidense, es Silva, quien llega a caballo al pueblo donde el sheriff, Jake (Ethan Hawke) no está precisamente esperándolo.
Sus miradas se cruzan. Han sido bandidos hace 25 años, juntos, y han tenido una historia en México, al menos por espacio de dos meses. Una historia que para Silva ha sido de amor, pero para Jake, quizá no tanto.
De la oficina del sheriff pasan a la casa de Jake. Y de la cena que prepara Jake, van a la cama. Jake, con esa campera verde, que tantas veces le vimos vestir a Almodóvar en los festivales, testimonia que si hay un personaje inspirado en el director de La ley del deseo, es Silva.
Tras la proyección, el director y Ethan Hawke participaron de una serie de preguntas y respuestas. “Creo que el éxito consiste en hacer lo que cada uno quiere en cada momento. Para mí era más interesante hacer un corto que un largometraje o una serie. En eso consiste el éxito, en poder decidir”, arrancó Pedro, que alternó las respuestas en castellano con el inglés.
“La última pregunta que hace Pedro Pascal, y su respuesta, ‘qué podían hacer dos hombres juntos en un rancho’: ‘protegerse’, las cosas más básicas y humanas, bueno en ese párrafo, Silva le responde al Heath Ledger de Secreto en la montaña…
«En todo lo demás, la película es independiente a otros westerns, y también al western europeo, el spaghetti western que empezó con Sergio Leone y Ennio Morricone, que cambiaron totalmente las reglas del western….
«Lo mío es un western clásico, el deseo de dos cowboys, que el género nunca lo había mostrado. Y eso a pesar de ser un género absolutamente masculino, con mujeres en roles secundarios, pero nunca se hablaba del deseo de los hombres, el género no se lo había permitido… Aunque cogieran”, dijo, y cuando lo tradujeron hubo varias risotadas.
Un sheriff con autoridad
“Ethan tiene todas las características para interpretar la autoridad de un sheriff -continuó monologueando-. Por otro lado, es tejano, muy americano, pero no es el típico actor americano, va allá donde lo llaman, y eso me daba confianza de que podría llamarlo…
«Y en cualquier caso, le he admirado mucho como actor. A lo largo de su carrera demostró ser versátil, y lo había visto en westerns, me daba la seguridad de que podía montar a caballo (risas). Y también puede ser muy frío, distante, secreto, cualidades que son las opuestas a la trilogía que hizo con (Richard) Linklater (la de Antes del amanecer). Yo sabía que podía dar esa distancia”.
Hawke, que de vez en cuando podía meter algún que otro bocado, contó cómo lo contactó Almodóvar. “Tuve un email con el guion, y la invitación para participar en el filme. Así que me sentí muy agradecido. Crecí con los westerns, que son para contar leyendas, y también suelen ser una metáfora. Y participar en un western que no pretende ser viejo, cuando los westerns contemporáneos imitan a las viejas películas…
«Y Almodóvar tiene una voz original voz en la cámara, y en la manera de contar. La actuación es uniformemente excelente. Es tan divertido como actor ponerse en las manos de un director como él. No tenés que preocuparte, sólo hacer tu trabajo, es muy excitante. De chico trabajé con Peter Weir (en La sociedad de los poetas muertos), que, como Pedro, es un maestro…
«Es muy relajante que tu trabajo consista en hacer tu performance, que ayuda a contar una historia, y es lo más divertido del mundo actuar para un realizador al que admiro”.
Pedro retomó la palabra. «Era mi primer western y lo he hecho como cualquier otro género que he abordado, y traté de no ser anacrónico para que los estadounidenses, que son quienes lo crearon, no me dijeran que había errores en ninguna de las imágenes que mostrábamos…
«Y es un western muy abstracto, no se me pasó por la cabeza… A ver, aíslo a estos dos personajes en una situación muy particular, que se convierte en otra situación: parecía que se unían para amarse, pero no, cada uno tenía una segunda intención…
«A veces es completamente teatral, a la mitad cuando se levantan de la noche orgiástica es muy teatral, lo hice en base a los diálogos de los dos. Decidí no mostrarlos físicamente desnudos, sino sus voces desnudas. Lo que dicen es mucho más impactante en la sexualidad que si hubiera mostrado sexo explícito. He rodado este western a mi manera, no iba a hacer un spaghetti western», dijo el director.
«En muchas de mis películas hubo sexo explícito, pero pasa el tiempo y me dan más pereza, y quiero mostrar el placer de otro modo. En la escena de la cena quería insinuar que había algo en estos dos hombres, y pensando en el cine clásico, la máxima desnudez se llegaba a un primer plano. En los filmes noir yo veía algo más explícito que en las películas de los ’70, donde había desnudos…
«En la cena, el modo de mirar de Silva, que intenta todo el tiempo recordar lo que pasó hace 25 años, es el único argumento que puede argüir para pedir piedad -él está ahí por otra razón-. Es un gesto casi femenino el de Jake, al decirle “por favor, no me mires así”. El otro personaje juega, ¿cómo quieres que te mire? Vemos que han tenido una relación hace 25 años, las miradas están llenas de sensualidad, y la discusión es la de dos amantes que reaccionan de modo distinto a una noche de orgía.
«Jake si fuera posible diría que no, que no ha ocurrido, y el otro reacciona de modo apasionado, lo lleva a la relación del pasado, que es lo último que quiere recordar Jake. Estas dos facetas las entendieron muy bien los actores, en las dos escenas en la casa de Jake», cerró Almodóvar.
Hawke no era que tuviera puesto un cassette, pero sus respuestas no quedaron a la altura del as del director de Todo sobre mi madre.
“Toda la experiencia de actuar son actos de amor, estas personas son importantes y las cosas que sienten y piensan son importantes, y para mi es siempre acerca del amor, lo que queremos, amamos, deseamos, hace el mundo girar, es siempre lo que hago, disfruto hacer lo que quiero con gente que como Pedro está detrás de cada detalle, y es muy excitante ser visto como actor. Cada detalle, todos los grandes directores con los que trabajé tienen obsesiones con los detalles.”
Y luego se marcharon juntos, como dos buddies, dos nuevos amigos de cualquier película de Hollywood.
Enviado especial