Qué composiciones más estimulantes las de György Ligeti en Musica ricercata.

Bemol sostenido

– Alonso Arreola

Qué composiciones más estimulantes las de György Ligeti en Musica ricercata. De lo libre a lo ceremonial seguido por el divertimento franco, en ellas fluyen cambios de compás, tonalidad, tesitura y velocidad; dinámicas extremas; estacatos, tenutos, crescendos diminuendos sorpresivos… Todo a lo largo de once experimentos o “investigaciones” que, por la limitación de su propio concepto, extremaron su forma. (Nos explicaremos mejor párrafos abajo.) ¿Por qué hablar de ello? Porque este mes de mayo de 2023 –el próximo domingo 28 para ser exactos– se cumplen cien años de su nacimiento en Rumania.

En Musica ricercata, decíamos, Ligeti llevó a cabo un experimento que anuncia el carácter de su obra futura. Compuestas entre 1951 y 1953, estas piezas breves para piano han sido motivo de muchas aproximaciones y reinterpretaciones notables, como prueba el histórico acierto de Stanley Kubrick en la película Eyes Wide Shut. ¿Recuerda nuestra lectora, nuestro lector, el momento en que Tom Cruise se disfraza para asistir a la extraña fiesta de la casona? ¿Esos semitonos estresantes mezclados con voces de bajo y barítono? Se trata de la segunda pieza del conjunto de Ligeti. Para ella utiliza únicamente tres notas conjuntas: Mi sostenido, Fa sostenido y Sol.

Aquí la tesis del experimento. Para la primera de las once composiciones de Musica ricercata Ligeti utiliza sólo dos notas: La y Re. Para la segunda, como ya dijimos, tres. Para la tercera usa cuatro y así sucesivamente hasta llegar a la décimo primera pieza, donde finalmente emplea las doce notas del sistema dodecafónico. Un trabajo cromático, complejo y expresivo que requirió de gran imaginación. Un anuncio del concepto masa que desarrollaría en su carrera, apostando por la acumulación instrumental que elimina a la “debilidad” individual. Dicho eso, Eyes Wide Shut no fue la primera vez en que Kubrick utilizó la música del genio rumano.

La relación entre ellos comenzó negativamente alrededor de 2001: una odisea del espacio. Para ese filme el cineasta empleó fragmentos de cuatro piezas de Ligeti (“Atmosphères”, “Kyrie”, “Lux Aeterna”, “Aventures”), pero sin su consentimiento. Verbigracia: ¿recuerda las texturas estelares del inicio?, ¿o el momento de transición narrativa entre los simios y la era espacial, cuando el hueso de un animal vuela por el aire?, ¿o el collage de psicodelia final entre las auroras y aquella extraña habitación vacía? En fin. El caso es que, al enterarse de esta falta de cortesía, el autor demandó a Kubrick por la cuantiosa cantidad de… un dólar. Así es. Sólo quiso llamar su atención elegantemente por la falta de educación, pero sin causar polémicas o desfalcos.

Lo anterior derivó en que a partir de ese momento el cineasta le pagara los derechos de esas y otras obras de su catálogo que utilizaría después. Una de las más famosas fue “Lontano”, empleada en El resplandor. Sobra decir cuánto apreciaba esa música como complemento de su visión fílmica. Gracias a ello la obra de Ligeti traspasó los límites de la música electroacústica y fue escuchada por un gran público. Nada mal para un judío sobreviviente del Holocausto en que murió parte de su familia (su hermano y padre en campos de concentración); que huyó a Austria para luego dar clases en Budapest y que pudo contar con la complicidad de colegas tan reconocidos como Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen. Nada mal.

Finalmente le diremos que, escuchando a Ligeti y cruzando información, dimos con el canal de Youtube Listening In. Estamos sorprendidos por el contenido que exhibe. Ellos lo describen como un espacio para video-ensayos sobre música, bandas sonoras y música en el arte y la literatura. Espléndido de verdad. Ya le hablaremos sobre su perspectiva y valor en la red. Por lo pronto, hasta aquí llegamos. Ya sabe: escuche a György Ligeti a cien años de su nacimiento y celebre su visita al pueblo de los vivos. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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