Juan José Arreola
(Juan José Arreola Zúñiga; Ciudad Guzmán, 1918 – Guadalajara, 2001) Narrador y ensayista mexicano cuyos cuentos figuran entre los más originales y sugerentes de la literatura hispanoamericana por su factura fantástica o absurda. Su producción, ciertamente no muy extensa pero de un estilo muy depurado, que algunos estudiosos han comparado con el del argentino Jorge Luis Borges, se mueve en un delicado equilibrio, casi metafísico, entre las inquietudes de índole personal y las preocupaciones sociales. Corre por sus páginas un aliento creador próximo al del realismo mágico, pero teñido siempre de una invencible angustia y una innegable originalidad, de la que es buena muestra su novela La Feria, premio Xavier Villaurrutia de 1963, cuya propuesta formal es un ensamblaje riguroso y coherente de distintas técnicas narrativas.
«Soy el cuarto hijo de unos padres que tuvieron catorce y que todavía viven para contarlo». Así inició el propio Arreola unos sucintos apuntes autobiográficos en los que introducía a su interlocutor en los meandros de una infancia y una juventud bastante alejadas de las preocupaciones literarias y los intereses culturales, aunque jalonadas por un rosario de numerosas y variopintas ocupaciones. Nacido en 1918 en Ciudad Guzmán, en el Estado de Jalisco, abandonó sus estudios muy pronto, apenas a los doce años, entrando a trabajar primero como aprendiz en el taller de un maestro encuadernador, y más tarde en una imprenta.
Tal vez ese contacto artesanal, aunque epidérmico, con el mundo de la edición y de los libros hiciera nacer los sueños que dominarían la vida del joven Arreola, la vocación que iba a convertirle en una de las figuras señeras de la literatura mexicana del siglo XX. Pero tenían que transcurrir muchos años aún, durante los que la trayectoria vital del muchacho se llenaría de inquietudes recientes e insólitas experiencias que irían moldeando su trabajosa formación de autodidacta. Fue sucesivamente vendedor ambulante, periodista, mozo de cuerda, cobrador de un banco, actor, camarero, panadero «y lo que ustedes quieran», como él mismo apuntó, con innegable sentido del humor, en su ya mencionada autobiografía.
En 1936 se estableció en ciudad de México, donde cursó estudios de arte dramático en el Instituto Nacional de Bellas Artes y conoció a los dramaturgos Rodolfo Usigli y Xavier Villaurrutia, que emprendían por entonces una profunda renovación de la escena mexicana. En 1943 vio la luz en la revista Eos su primer cuento, «Hizo el bien mientras vivió», y dos años más tarde, en 1945, conoció a Louis Jouvet, brillante director de teatro francés que realizaba una gira por México, y le acompañó en su regreso a París.
El joven Arreola permanecería allí durante un año, becado por el Instituto Francés de la América Latina, estudiando declamación e interpretación con Pierre Renoir, Jean Barrault y el propio Jouvet, a la vez que trabajaba como figurante en las producciones teatrales de la Comédie Française y se impregnaba del estimulante clima cultural de la capital francesa. De nuevo en tierras mexicanas, disfrutando de una beca de la sección de filología de El Colegio de México, pareció perfilarse definitivamente su dedicación a las letras. Comenzó a ganarse la vida como corrector de pruebas para la editorial Fondo de Cultura Económica, con la que colaboraría frecuente e intensamente.
Su primera recopilación de cuentos, Varia invención (1949), da testimonio del carácter inclasificable y misceláneo de su obra, surgida en un impulso lúdico e imaginativo. Atraído por lo imprevisto y la singularidad expresiva, su prosa se halla saturada de buen humor y recorre una amplia gama de temas y situaciones. Su género es impreciso: participa libremente del cuento, de la estampa paródica, de la fábula o, incluso, del aforismo y del poema en prosa. El libro Confabulario (1952) lo confirmó como uno de los más brillantes prosistas mexicanos; más adelante ampliaría su contenido, recopilando su obra entre 1941 y 1961 bajo el título de Confabulario total (1962).
Poseedor de una prodigiosa imaginación y de una aquilatada prosa en la que cada frase ha sido pulida al máximo, Juan José Arreola fue, junto con el también jalisciense Juan Rulfo, uno de los renovadores del cuento mexicano y una de las figuras clave en el desarrollo de este género en Hispanoamérica. Por caminos muy distintos a los de su coterráneo, exploró los entretelones de la condición humana en narraciones que se distinguen por su brevedad e ingenio. Sus relatos ostentan un carácter irónico y juguetón que, en algunos casos, deriva hacia lo tragicómico y en otros hacia lo alegórico. Manejó con sutileza y elegancia el humor, la fantasía, la erudición y el sarcasmo.
Tales rasgos se aprecian en toda su obra, y de manera particular en cuentos como el citado «Hizo el bien mientras vivió», «Cocktail Party», «Un pacto con el diablo» y «El guardagujas». Dueño de una amplia cultura libresca, algunas de sus historias se presentan como parodias y recreaciones de ciertas formas narrativas, tales como la fábula, la biografía imaginaria, el falso reportaje, el ensayo-ficción, el relato de ambiente mitológico o la descripción zoológica; a esta última variante pertenece el volumen Bestiario (1958), serie de concisas descripciones de animales ilustradas con veinticuatro dibujos de Héctor Xavier.
La feria (1963), única novela de Arreola, está escrita de manera fragmentaria y sin seguir un orden cronológico. Narra la vida en Zapotlán el Grande (hoy Ciudad Guzmán), pueblo natal del autor. Es un libro en el que la intimidad de los personajes, cuyas voces orientan el relato, contrasta con el contexto social y el devenir histórico de dicha comunidad, cuyo retrato se esboza mediante viñetas correspondientes a diferentes épocas, trazadas en variedad de estilos. De su producción teatral cabe destacar farsas como la titulada La hora de todos (1954), en la que satirizó la vida de un potentado, y las piezas tituladas Tercera llamada…, tercera… o empezamos sin usted (1973) y Y ahora la mujer (1975).
Tampoco se prodigó Arreola en el ensayo, aunque dedicó estudios a Montaigne y al poeta mexicano Ramón López Velarde. Director y actor de la compañía teatral Poesía en Voz Alta, redactor y fundador de revistas literarias (Eos y Pan), editor de la colección «Cuadernos y Libros del Unicornio» y de la revista Mester, publicada por el taller de escritores que él mismo fundó, Juan José Arreola vertió asimismo sus colaboraciones en las más importantes publicaciones literarias mexicanas, como Letras de México, El Hijo Pródigo o los suplementos culturales de ¡Siempre! y Novedades.
Su dominio de la técnica narrativa, especialmente del relato corto, su sorprendente rigor semántico y el alto nivel estético de su prosa puesta al servicio de una fantasía desbordante le valieron multitud de premios y distinciones, de entre los que pueden destacarse el Premio Nacional de Lingüística y Literatura (1976), el Nacional de Periodismo (1977) y el Premio de la Universidad Nacional Autónoma de México (1987), de la que, además, fue catedrático en su Facultad de Filosofía y Letras, así como la condecoración del Ministerio de Cultura francés como Oficial de las Artes y las Letras Francesas.
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena.