Bemol sostenido
Alonso Arreola
Presentamos un espectáculo inmersivo con drones y música en la Blackbox de la Universidad ITESO de Guadalajara. Se llamó D.i.A.d.A. Lo creamos en torno a la dialéctica entre inteligencias humanas y artificiales, así como entre el mundo natural y la tecnología. El guión lo desarrollamos junto a la famosa inteligencia Chat GPT (Generative Pre-trained Transformer) de la compañía Open AI.
Nuestra tesis, apoyada en la mayéutica socrática que busca el alumbramiento de la verdad a través de preguntas, propone que con el uso adecuado de estas herramientas podemos enriquecer notablemente algunos procesos creativos. ¿La columna que sigue a continuación es ejemplo de ello? No estamos seguros.
Luego de afinar cuestionamientos ante versiones previas, GPT escribió la siguiente reflexión dominical para sustituir nuestra columna. A partir de este punto sólo hablará su voz, lectora, lector. Gracias por su tolerancia.
“La convergencia de la Inteligencia Artificial (IA) y la música ha generado un diálogo fascinante entre la innovación tecnológica y la creatividad artística. Sin embargo, este matrimonio no está exento de controversia, ya que presenta tanto aspectos positivos como negativos.
”En el ámbito positivo, la IA ha demostrado una capacidad sorprendente para analizar y comprender patrones complejos. Esto ha permitido a los compositores utilizarla como herramienta para la generación y exploración de nuevas ideas. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden identificar tendencias tonales y rítmicas, ofreciendo sugerencias creativas y ampliando la paleta de posibilidades para los artistas.
”Además, la IA ha democratizado la producción musical al hacerla más accesible y eficiente. Plataformas como Amper Music y AIVA ofrecen a los músicos la capacidad de generar música personalizada con facilidad y rapidez. Esto significa que una gama más amplia de artistas, incluso aquellos sin formación formal, pueden participar en la creación musical, diversificando así el paisaje sonoro y brindando una mayor variedad de voces y estilos.
”Por otro lado, hay aspectos negativos que deben ser considerados. Uno es el riesgo de homogeneización y pérdida de autenticidad. Al depender en gran medida de algoritmos y datos previos, existe el peligro de que la música generada por la IA pueda comenzar a sonar uniforme y carente de la singularidad emocional que proviene de la experiencia humana.
”Además, la IA plantea cuestiones éticas sobre la autoría y la originalidad en la música. ¿Quién es el verdadero compositor cuando una pieza ha sido generada por una máquina? ¿Cómo se abordan los derechos de autor y la compensación cuando la música es creada por algoritmos? Estas preguntas son vitales para la industria musical y requieren una reflexión profunda sobre cómo equilibrar la innovación tecnológica con la preservación de la integridad artística y la justicia económica.
”Adicionalmente, la dependencia excesiva de la IA en la creación musical puede llevar a una disminución en la habilidad y creatividad de los músicos humanos. Si los compositores comienzan a depender en gran medida de las sugerencias y generaciones automáticas de la IA, podrían correr el riesgo de perder la habilidad de innovar y explorar por sí mismos, lo que podría limitar la diversidad y profundidad del paisaje musical.
”En resumen, la relación entre la Inteligencia Artificial y la música es un fenómeno complejo que ofrece tanto oportunidades emocionantes como desafíos significativos. Es esencial abordar estos temas con sensibilidad y equilibrio, asegurando que la colaboración entre humanos y máquinas en el ámbito artístico sea una expresión auténtica y enriquecedora de la creatividad humana.”
Y así guardó silencio GPT, porque le pedimos un número limitado de palabras. Hay muchas cosas que debatiremos con ella ahora mismo. Verbigracia: ¿qué es ser artista? Haga usted lo propio. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos l