Artes visuales
Germaine Gómez Haro
El gran acontecimiento este año en España ha sido la inauguración de la Galería de las Colecciones Reales, un nuevo museo en Madrid que reúne una vastísima e imponente selección de los acervos artísticos atesorados por la monarquía española a lo largo de cinco siglos y que, desde la Segunda República, pertenecen al Estado. La exhibición, dispuesta en 4 mil m², presenta una selección de 650 obras de un total de 170 mil inventariadas del acervo concebido en su origen para los espacios del poder real, incluyendo pinturas, esculturas, dibujos, estampas, artes decorativas, mobiliario, porcelana, vidrio, instrumentos musicales, armaduras, joyas bibliográficas, tapices, bordados, carruajes, fotografías… El guión museográfico lleva al visitante a recorrer la historia de España a través de sus bienes artísticos, desde el fin de la Edad Media –la dinastía de los Trastámara, Isabel y Juana de Castilla– haciendo énfasis en las dinastías de Austria y Borbón, los grandes mecenas del arte que conformaron una de las colecciones artísticas más soberbias de todos los tiempos.
El edificio, diseñado ex profeso para albergar estos tesoros, es una obra de arte en sí. El proyecto arquitectónico de Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla es de una elegancia sublime, tanto en su exterior como en su interior, logrando la perfecta integración del portentoso recinto del siglo XXI al conjunto palaciego de la Plaza de la Armería, próximo al Palacio Real, con una espectacular vista al Campo del Moro, que se disfruta a través de numerosos ventanales estratégicamente ubicados para inundar el recinto de luminosidad. El diseño museológico de las tres monumentales salas de exhibición de 103 metros de largo y 16 de ancho con alturas que varían entre los seis y los ocho metros fue todo un desafío. Destaca el impecable discurso museográfico que construye un recorrido cronológico por cinco siglos de mecenazgo y coleccionismo a través de las variopintas colecciones de artes aplicadas y mobiliario, acompañadas de deslumbrantes pinturas y esculturas de los grandes maestros, como Caravaggio, Pedro Pablo Rubens, José de Ribera, Juan de Flandes, Goya, Velázquez, Mengs, Lorenzo Bernini, entre los que se incluye la presencia poco común de dos reconocidas mujeres: la pintora Lavinia Fontana y la escultora Luisa Roldán.
Durante los trabajos de construcción fueron descubiertos los restos arqueológicos de la muralla árabe del siglo IX, donde se ubicaba una de las puertas fundacionales de la ciudad, hoy a la vista del público en una sala dentro del recinto, hallazgo que resulta de máxima importancia para entender los orígenes de Madrid. Atrapó mi atención la presencia de piezas mexicanas de particular interés: los manuscritos originales de la Historia Universal de las cosas de la Nueva España, de fray Bernardino de Sahagún (siglo XVI); la Historia general y natural de las Indias, de Gonzalo Fernández de Oviedo (siglo XVI) y la Relación de Michoacán atribuido a Jerónimo de Alcalá (siglo XVI). Objetos preciosos como una arqueta de maque de Michoacán (ca. 1600), y la excepcional mitra del siglo XVI realizada en mosaico de plumas siguiendo la técnica de los amantecas mexicas. Como dato curioso se incluyeron ejemplos de búcaros de barro de Tonalá, cuya popularidad se asocia a la práctica de la bucarofagia: las damas consumían fragmentos de esta cerámica porque supuestamente tenían propiedades para mantener la palidez y fomentaban el adelgazamiento.
El recorrido termina con la mención de los períodos históricos del siglo XX (República, Guerra Civil, Dictadura y Democracia) y cierra con un magnífico tapiz del célebre pintor andaluz Guillermo Pérez Villalta (1948), que hace una alegoría de la Constitución española de 1978 en un lenguaje simbólico plenamente contemporáneo. La Galería de las Colecciones Reales se perfila como el nuevo centro de peregrinación obligada para los amantes del arte y la historia.