Cadereyta de Montes, Qro.,
Debido a la falta de caminos y suministro de agua potable, pobladores de La Luz y Las Joyas, dos de las 21 comunidades indígenas de Maconí, en Cadereyta, municipio de la Sierra Gorda de Querétaro, deben caminar varias horas por estrechas y escarpadas veredas –algunos montados en burros– para surtirse del líquido en manantiales lejanos.
En La Luz, con una veintena de casitas construidas en un cerro, irónicamente carecen de electricidad.
Angélica Arteaga Sánchez explicó que para obtener agua, cada tercer día recorre con sus tres burros cuatro horas: dos para ir a un manantial y dos de regreso a su casa. Los animales cargan dos garrafones de 20 litros cada uno.
Desconoce cuántos kilómetros camina por veredas y pendientes peligrosas para llegar al venero. Lo que sí sabe es que es un trayecto largo y difícil. A veces la acompañan sus pequeños hijos; a uno lo carga en los hombros. Otro vecino dijo que tienen que salir a diario y se avientan
largas caminatas cargando los envases de plástico con el líquido.
La familia de Angélica está integrada por ocho personas, y el agua de la que disponen sólo alcanza para consumo humano, bañarse dos veces a la semana y preparar los alimentos. La ropa la lava cuando va al manantial.
Tampoco tienen luz
Por las noches el pequeño caserío se queda en tinieblas ante la falta de servicio eléctrico. De ahí se puede ver la luminosidad de las potentes lámparas de la hidroeléctrica de la presa de Zimapán, ubicada entre los estados de Querétaro e Hidalgo.
La única fuente de electricidad con la que algunas familias cuentan en La Luz se genera por una celda solar que el gobierno de Cadereyta les entregó hace unos meses. En la casa de Angélica sólo sirve para encender el foco de una habitación.
La Luz es uno de los pueblos que el gobierno del panista Maurico Kuri, con el pretexto de no poder instalar servicios básicos, pretende reubicar en un polígono que aún desconocen, aunque indicaron que los quieren enviar a El Vizarrón, en el municipio de Ezequiel Montes.
Las familias se han opuesto a la reubicación porque estarán hacinados en un predio, y en el caso de Angélica, no podrá tener a sus animales. En Las Joyas, aunque hay un pequeño manantial, la mayor parte del año está seco, y desde las primeras horas de la madrugada varios vecinos se forman para obtener un poco del recurso natural.
María del Carmen Sánchez Robles relató que el líquido no alcanza para todos; además, la mayor parte del año no hay agua por lo que se ven obligados a trasladarse a un paraje denominado La Blanca, a varios kilómetros de allí, donde hay otro venero.
Bajamos del cerro por una veredita por tres o cuatro horas hasta La Blanca, cerca de una carretera y a cargar los garrafones. Pero en ese lugar a veces hay agua y otras no. Entonces regresamos al otro día a ver si encontramos
, manifestó.
Aquí tampoco hay luz, para iluminar nuestras casas usamos velas, porque no tenemos celdas solares
.
La familia de María del Carmen se dedica a la agricultura de temporal; es decir, sólo cuando llueve cultivan, el resto del año se trasladan a la cabecera municipal en busca de trabajo.
Habitantes de La Luz y Las Joyas, junto con pobladores de otras 19 comunidades de Maconí, mantienen un plantón desde el 24 de octubre frente al palacio de gobierno en la capital de Querétaro en demanda de agua y servicios.