La flor de la palabra
Irma Pineda Santiago
Suenan los tacones danzando sobre el tablado, suenan los sones con los que Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú alegran los corazones en Xoxocotla, Morelos. Es la fiesta de clausura de la XII Feria del Libro en Nuestra Lengua Materna Matlahome Amoxilhuitl in Tonanyoltlahtol in Xoxogulan 2023, después de tres semanas de actividades virtuales y presenciales, talleres, conciertos, teatro, lectura de poesía, cine indígena, radio, muestra editorial, conversatorios y conferencias magistrales, que los pobladores y visitantes pudieron disfrutar en el parque municipal y en algunas escuelas de la comunidad, del 16 de septiembre al 7 de octubre.
Realizar estas actividades fue posible gracias al esfuerzo de un generoso grupo de personas, coordinadas por Alma Benítez y Marcos Tafolla quienes, desde hace varios años, promueven la cultura en Xoxocotla desde el Centro Cultural Yankuik Kuikamatilistli, las calles del pueblo o el kiosco municipal. Involucran de igual manera a las infancias que a personas de la tercera edad, a campesinos y amas de casa, lo mismo que a renombrados académicos y artistas emergentes o de amplia trayectoria. Como en todo proceso cultural que busca despertar conciencias y generar cambios en algún lugar, Alma y Marcos, junto con el equipo de colaboradores, han sufrido hostigamientos y otras formas de violencia, como el reciente asalto a sus instalaciones y el robo de equipo y materiales de trabajo.
A pesar de los obstáculos, Yankuik Kuikamatilistli camina desde 2009 impulsando la formación creativa, el pensamiento comunitario, la memoria como resistencia, la recuperación del conocimiento ancestral que aún vive en la palabra de la gente mayor y el fortalecimiento de la lengua nahua, que es el lenguaje originario del estado de Morelos. Quienes viven en Xoxocotla tienen acceso a una diversidad de cursos y talleres que se imparten en este espacio, que van desde las más diversas formas de arte hasta el análisis y la revisión histórica de la cultura, sin hacer de lado el aprendizaje para la gestión cultural y social como una forma de contar con herramientas que permitan acompañar las propuestas de las comunidades.
Para impulsar la lectura y generar espacios para compartir las expresiones artísticas, desde 2010 Alma y Marcos se dieron a la tarea de organizar la Feria del Libro en Nuestra Lengua Materna con el apoyo de varias personas de la comunidad. Dicha feria tuvo su pausa debido a la pandemia del Covid-19. Por mi parte, tuve la fortuna de acompañarlos antes y después de esa pausa. Si bien este año los organizadores lograron conseguir algunos apoyos institucionales, es importante destacar que la mayoría de las emisiones se han realizado con el tequio comunitario, donde florece el cariño de la gente, de los jóvenes que colocan y levantan entarimados, lonas, sillas, materiales de uso y ornamentos; de las mujeres del mercado que gustosas donan y cooperan con sus productos “para ofrecer un taco” a las visitas; de los ancianos líderes comunitarios que llegan a compartir sus historias de lucha, de represión, de compañeros caídos en el camino, para que los más jóvenes sepan que las cosas que disfrutan han costado sangre.
En las conversaciones con los veteranos de varias luchas, escucho su preocupación por el futuro, pues ahora el teléfono celular les arrebata espacio a las antiguas narraciones, aquellas con las que los abuelos y las nanas enseñaban el valor de la tierra, del agua, de los montes o las plantas, aquellas palabras con las que sembraron el amor por las cosas importantes. Por eso les alegra que se hagan las ferias de libro y los festivales culturales en su pueblo; porque les da esperanza que los libros y el arte devuelvan a las nuevas generaciones la memoria sobre las cosas realmente valiosas y así, estas mujeres y hombres de conocimiento y experiencia, tienen un pequeño espacio para recordar y compartir lo que saben.