San Andrés Mixquic, para vivir la experiencia del Día de Muertos

Este Barrio Mágico, es el mejor lugar para vivir la experiencia del Día de Muertos en la región centro del país. Conócelo y admira la decoración que “pinta de amarillo” las tumbas de su panteón principal.

Pocos lugares tienen tanto poder de convocatoria durante el Día de Muertos como San Andrés Mixquic, población situada en el extremo sureste del Distrito Federal. A finales de octubre y principios de noviembre, recibe a miles de visitantes dispuestos a admirar, como cada año, la magia que demuestra su gente cuando de festejar a sus difuntos se trata. Pero más allá de esta celebración, Mixquic posee otros valores histórico-culturales que es necesario difundir.

Para empezar, la palabra Mixquic significa “en el mezquite”, árbol que produce cierto tipo de goma. Originalmente, la población era una isla rodeada por las aguas del lago de Chalco. Tribus chichimecas, chalcas y cuitlahuacas fundaron este pueblo alrededor del año 1168 y, debido a su situación geográfica, hicieron de la pesca su actividad principal junto con una forma especial de cultivo: las chinampas.

Durante el Virreinato, Mixquic nunca tuvo autoridades españolas, aunque sí colaboraba con la mano de obra para la construcción de la primera catedral de la Ciudad de México. Los frailes agustinos fueron los encargados de evangelizar a esta comunidad, y para ello construyeron el Templo y Convento de San Andrés Apóstol. Mixquic proveía a la Ciudad de México de pescado blanco, frijol, maíz y productos de sus hortalizas.

A principios del siglo XIX, en 1813, Mixquic y otros pueblos aledaños sufrieron las llamadas cocoliztlis o epidemias. En 1910 sus habitantes decidieron formar una alianza con las tropas zapatistas y luchar por su derecho sobre los terrenos del ya extinto lago de Chalco. Todavía hace unos sesenta años, Mixquic conservaba el patrón de los antiguos pueblos basado en una economía de chinampas; un buen número de turistas acudía aquí los domingos o días festivos para dar un paseo en las quince canoas que recorrían lo que restaba de su manantial principal. A pesar de los años transcurridos, éste no ha perdido su aire de pueblo gracias a los espacios verdes y las tierras agrícolas que aún posee y que lo mantienen un tanto aislado de la mancha urbana.

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Anécdotas del lugar

La celebración del Día de Muertos es la atracción principal de Mixquic. Doña Juanita Suárez nos cuenta qué hacía ese día: “Cuando yo crecí poníamos el altar para nuestros difuntitos, teníamos un lugar especial para ellos. Era una mesa de un metro o metro y medio de largo, y se le colocaban las frutas que les gustaban en vida; también la cera, y se compraba el sahumador para el incienso. Cuando llegaban los niños difuntos se tendía una tira de flores de color para que entraran, y si eran los difuntos grandes se tendía una tira de flores amarillas (cempasúchil). Y salía uno a encontrarles, a darles el paso para que entraran. Ese día se les ponía un farol de colores en forma de estrella, de barril, para que supieran dónde llegar, porque antes no había luz. Ahora ya casi no se usa eso, muy pocos ponen los faroles”.

Tómalo en cuenta

La celebración del Santo Jubileo se efectúa en la primera semana de marzo, y es organizado por los habitantes de los seis barrios de Mixquic. Este acto se significa por la integración social y el sentido de pertenencia de los seis barrios cuyos pobladores desayunan, comen y cenan durante los cuatro días. Cada barrio realiza seis tapetes de aserrín pintado de colores para los cuales participan niños, jóvenes y adultos. El sacerdote recorre las cuatro capillas con el Santísimo expuesto; ahí, la gente reza y canta. A lo largo de los tapetes de aserrín las calles se adornan con papeles, motivos religiosos, luces y flores de mucho colorido. El Santo Jubileo se realiza año con año y es el evento más importante después del Día de muertos.

1. Al noreste de la Plaza Juárez, la plaza principal, se halla el Templo y Ex Convento de San Andrés Mixquic, el patrimonio arquitectónico más importante de esta comunidad. Tu recorrido puede empezar en el ex convento que aún conserva sus recios muros de piedra; tres arcos de tezontle señalan su entrada y su claustro tenía doce columnas cuyas bases todavía se pueden ver.

2. El patio de la casa cural exhibe los restos del antiguo teocalli o templo prehispánico ubicado debajo del conjunto religioso: un chac mool; la figura en piedra de Miquiztli (la diosa de la muerte); los aros labrados del juego de pelota; y las columnas de piedra con figuras de Quetzalcóatl, entre otras. La torre aislada que observamos correspondió al primer templo, destruido por un temblor en San Gregorio Atlapulco, Xochimilco.

3. El siguiente punto es el segundo templo o Parroquia de San Andrés Apóstol, a quien se le ve en el remate con un pez en la mano, rememorando la actividad principal que tuvo Mixquic en el pasado: la pesca. La fachada, que se terminó hacia 1620, tiene como acceso un arco de medio punto y muestra la ventana circular del coro, mientras que el portón de madera conserva todavía los chapetones y clavos originales. El interior es hermoso, limpio y bien conservado; está adornado con grandes hojas de acanto y pequeñas cabezas de ángeles. El espacio resulta muy acogedor a pesar de la amplitud de las tres naves o corredores que lo conforman. Vale la pena apreciar, en el costado derecho, al Cristo de caña de maíz conocido como el Señor de las Maravillas, articulado en los tobillos, rodillas y hombros para darle movimiento; su cabello es natural y la corona de latón es original.

4. Por último, recorre su famoso panteón, donde se lleva a cabo la mágica celebración de los muertos. Cabe mencionar que este atrio?panteón es quizá el único que logró sobrevivir con esta doble función en el Distrito Federal, porque los panteones en los atrios fueron clausurados o cambiados de lugar por razones de higiene.

Otros monumentos que vale la pena conocer son las cinco cruces las cuales representan el corazón de cada uno de los barrios de Mixquic, y un par de casonas típicas, las más antiguas que se conservan. Las cruces presentan una ubicación singular, ya que forman un marco alrededor de la parroquia y el ex convento; están hechas con piedra volcánica tallada y sus brazos son muy cortos; cuatro de ellas se tallaron a inicios del siglo XX. Su recorrido es conocido como el Sendero de las Cruces y se realiza en Semana Santa y el jueves de Corpus, así como en otras festividades religiosas.

5. Saliendo de la parroquia camina por la Avenida Independencia rumbo al sur, hasta la calle Hidalgo, en la esquina con Nuevo México, encontrarás una piedra antropomorfa (con apariencia humana) como base de un muro.

6. Sigue por Nuevo México rumbo al sur hasta el cruce con Morelos, desde ahí podrás ver la primera de las dos cruces en el barrio de San Agustín, con fecha del 3 de mayo de 1887.

7. Toma la calle Emiliano Zapata rumbo al norte y ve la segunda cruz, que tiene dos fechas marcadas: 3 de mayo de 1915, y 1942; se localiza dentro de un pequeño cuarto a manera de capilla.

8. En la siguiente cuadra da vuelta a la izquierda y en la calle de Misioneros, hallarás una de las dos casonas antiguas que sobreviven aquí; está construida de adobe y tiene el techo inclinado a dos aguas revestidas de lámina, hoy en día es una peluquería con sus sillones tradicionales.

9. Volviendo sobre Emiliano Zapata estás a unos pasos de ver la tercera cruz, en el barrio de los Reyes; se ubica en el interior de una capilla construida ex profeso y cuya inscripción es del 3 de mayo de 1928.

10. Sigue por la calle de Insurgentes y en el estrecho callejón de Madero, verás la segunda casa más antigua del lugar, con un techo inclinado de lámina.

11. Si continúas por la calle de Insurgentes llegarás al cruce con Josefa Ortiz de Domínguez, donde está la cuarta de las cruces; en el barrio de San Bartolomé, cuyos habitantes le construyeron una llamativa capilla.

12. Por la calle Josefa Ortiz de Domínguez, rumbo al sur, verás otra piedra antropomorfa en un muro cuarteado.

13. Al llegar al cruce con la calle de Morelos hallarás la quinta cruz, en el barrio de San Miguel. No está dentro de ningún nicho, pero en su parte posterior se construyó una moderna capilla.

14. Otro atractivo es el Museo Comunitario San Andrés Mixquic, ahí se exhiben piezas prehispánicas. Destacan también dos figuras de guerreros finamente labrados en tezontle.

Además de la celebración de muertos y su valiosa arquitectura, Mixquic se ha convertido, en los últimos años, en un barrio agrícola. Posee más de 1,000 hectáreas de producción de hortalizas (espinacas, romeritos, apio, lechugas, betabel, etc.); al día se envían más de 100 tonealdas de verduras a la central de abastos. Junto a este Barrio Mágico hay una zona de humedales de más de 600 hectáreas de las lagunas pertenecientes a los ejidos de Mixquic, San Pedro, Tulyehualco, Tecomitl, Tetelco y San Juan Ixtayopan; hábitat de una gran variedad de aves lacustres.

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