En entrevista con La Jornada, las investigadoras Eugenia Roldán y Anel Pérez hablan del aporte innovador y revolucionario de la maestra argentina en los procesos de alfabetización
El innovador y original legado científico-cognitivo que aportó a la educación de los niños la renombrada sicóloga y pedagoga argentina radicada en México Emilia Ferreiro (1937-2023) fue resultado de su fructífera investigación en torno a la sicogénesis de la lengua escrita.
En sus palabras, fue descubrir que los menores tienen sus propias ideas e hipótesis sobre cómo escribir y leer antes de ingresar a la enseñanza escolar formal; es decir, concebir a los niños como sujetos activos de su propio aprendizaje
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Para comprender la importancia y vigencia de ese revolucionario conocimiento en la educación, conversaron con La Jornada las investigadoras Eugenia Roldán, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y la historiadora y docente Anel Pérez, titular de la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se prepara un homenaje a la maestra Ferreiro, con fecha por confirmar, en colaboración con los sellos Siglo XXI y Fondo de Cultura Económica (FCE).
La maestra Ferreiro, fallecida en agosto pasado en la Ciudad de México, fue la primera latinoamericana que obtuvo su doctorado con el reconocido epistemólogo y sicólogo suizo Jean Piaget, quien, entre otras cuestiones, sostenía que los niños, desde sus primeros años de vida, antes de aprender a hablar, interactúan con el mundo y van construyendo conceptos básicos lógicos.
De acuerdo con Eugenia Roldán, “Ferreiro desarrolló esa idea, en particular y de manera original enfocada a la escritura y la lectura. Emilia no decía: ‘hay que enseñar a los niños de tal o cual forma’; fue más allá de un método didáctico o pedagógico. Emilia decía: ‘hay que investigar cómo piensan y aprenden los niños’”.
Añade: Emilia descubrió cómo antes de aprender a leer y a escribir, los pequeños desarrollan ideas respecto de las letras, las palabras, los signos de puntuación y su relación con el mundo
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Independientemente del método de enseñanza para leer y escribir, añadió Roldán, los niños van aprendiendo con una mezcla de ideas propias y clases formales escolares
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Cuando llegan a la escuela, los pequeños no son pizarras en blanco a las que se les enseña por primera vez, sino que ya traen ideas e hipótesis que irán desarrollando conforme van aprendiendo
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De ahí que el principal legado de Ferreiro es entender el desarrollo cognitivo de los niños como sujetos activos de su propio aprendizaje
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Ese conocimiento tiene importantes implicaciones para la forma en que los maestros aplican un sistema educativo, destacó Roldán. Los docentes tienen gran responsabilidad, pues ellos deben aprender cómo las infancias aprenden, lo que a su vez implica que en México exista un sistema educativo sensible que atienda las necesidades de los niños y de los docentes.
Ferreiro, agregó la especialista, “siempre tuvo enorme respeto por escuchar las opiniones de los pequeños en el proceso de su aprendizaje. Junto con todos sus estudiantes desarrolló técnicas sobre cómo los niños aprendían y usaban los signos de puntuación, cómo espaciaban las palabras, qué significaba si escribían una ‘c’ o una ‘s’, cómo se usan las mayúsculas y las minúsculas, y eso, en principio, implica escucharlos”.
Roldán recordó que en junio de 2015, con la finalidad de promover, fortalecer, convocar y difundir la investigación sicolingüística y educativa en torno a la alfabetización, en Argentina, donde nació la reconocida especialista, fue creada la cátedra internacional en estudios interdisciplinarios en alfabetización Doctora Emilia Ferreiro, con la que se reconoce en ese país las aportaciones de la también profesora emérita del Cinvestav, donde desarrolló investigaciones por 44 años.
Situación en AL
Los estudios de Ferreiro se redimensionan cuando se aplican desde una perspectiva de la docencia universitaria, comentó la historiadora Anel Pérez.
El legado de Ferreiro tiene que ver también con el fomento a la lectura, pues ella resignificó los actos de leer y escribir; en particular se preocupó y enfocó en la realidad de América Latina
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Llegó a México reconociendo que el constructivismo de Piaget estaba muy bien, pero lo que ocurría en Argentina, México y demás países de América Latina era cuestión de desigualdad escolar
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Ferreiro no se quedó en el orden de la lingüística epistemológica ni se limitó a pensar el problema de la lectoescritura únicamente desde lo didáctico o pedagógico, sino que se preocupó por el sistema cotidiano de la escuela pública, por quiénes son los maestros, quiénes son los padres de familia y, sobre todo, cómo son las infancias latinoamericanas, aspecto fundamental en el legado de Emilia, explicó Pérez.
Así como descubrió que los niños no esperan a llegar a la primaria ni a tener un maestro para construir conocimiento, Ferreiro supo que la lectura comienza mucho antes que la escuela, que ésta empieza con la escucha y el habla.
Eso quiere decir que la lectoescritura no se consigna nada más a un mundo donde el libro es el único conductor de conocimiento, sino a la palabra dicha, a la palabra escuchada, la tradición oral. Por eso, se preocupaba mucho también por los procesos de alfabetización en América Latina.
La maestra reivindicaba que la alfabetización es un derecho, no un lujo. Cuando hablaba de la desigualdad escolar, se refería a la inequidad en las oportunidades y en el acceso a la lectura.
Por ejemplo, más que poner a escribir a los niños: Anita amasa la masa, ella comenzaba por los nombres de los niños, cómo se escriben y por qué es importante responder a ese nombre, con palabras que dan identidad y significado. “Emilia decía: ‘hay todo un mundo escrito que está antes de llegar a la escuela, como los anuncios y la lista del mercado de la mamá’. Hablaba de que la educación escolar es sólo una de las posibilidades de la construcción del conocimiento en la cultura de la lectoescritura”.
Es muy importante, subrayó Pérez, que las universidades, y en este caso la UNAM, como universidad pública, ponga mayor atención al trabajo de Emilia Ferreiro para pensar y repensar qué son la lectura y la escritura en la infancia, pero desde las aulas universitarias, porque es de no creer que en un colegio de letras se olvida la literatura infantil.
Por otra parte, Eugenia Roldán informó que con la finalidad de preservar y continuar con su legado se planea crear un micrositio en la página web del Cinvestav que incluya obra bibliográfica y archivos de la maestra Ferreiro.